domingo, junio 22, 2014

MADRID: JUNIO EN EL RETIRO

Y todo en menos de una semana....










Luis Eduardo Aute, firmando  CLAROSCUROS

sábado, junio 07, 2014

La casa que era rosada...


Me han pedido que ponga una foto de “la casa rosada” después de su transformación. Antes de salir para el aeropuerto he sacado esta foto y aquí me tienen en Logan esperando mi salida a Madrid. No es la misma casa, nunca lo será y así es la vida. Nos vamos y para  otros  lo que dejemos – ya sea robado o trabajado con el sudor de la frente... Bueno, el aeropuerto no parece sitio  como para hacer este tipo de reflexión. Me pongo rarilla  esperando el despegue; una vez en el aire – perdido el control – me sereno.
Innegable es que las cosas que se conservan, empiezan una nueva existencia solo por el hecho de que son vividas por otros. Este es el caso de la “casa rosada” – ahora de un verde tomillo seco- ocupada por nuestros nuevos vecinos: personas amables y comunicativas. Me pregunto si “Mimí” nos los ha buscado en recompensa al cariño que le hemos tomado a la que fue la única morada de toda la familia por mas de cien años.
Sea como  sea, y después de tomar confianza con mi nueva vecina, le ofrecí un marco-- al estilo Art Noveau-- grabado a mano y bañado en pan de oro que seguramente esperaba enmarcar alguna de las  pinturas de los artistas de la familia: marco que recogimos de los desechos de la casa rosada destinados a la basura. Con timidez se lo enseñé a Susana. Maravillada y después de unos segundos, dijo, “un espejo!” Sí, le va a poner un espejo…qué apropiado. En la casa verde, donde ahora todo es absolutamente nuevo, espero que este espejo recoja momentos de armonía y paz. Buena suerte!

domingo, junio 01, 2014

DESDE LA VENTANA: La primavera de un arbol





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Ah, ¿recuerdan aquel petirrojo que pensaba yo volvía a visitarme? Pronto me di cuenta que escaneaba el terreno en busca de comida. Mi césped, endeble y amarillento, arropaba  a cientos de larvas que habían engordado sacándole la savia al verdor de ha hierba.  Aquel pretendiente que me miraba fijamente desde el árbol solo me pedía permiso para traer a los amigos  en bandadas sin fin durante varios días. Devoraron el jardín al mismo tiempo que  se emborracharon del agua de la humilde fuente de mi patio.  A veces-- siempre--la imaginación vuela mucho más alta que la realidad.