He estado intentado escanear una serie de dibujos que Manuel Montero hizo de mí mientras hablábamos en el Café Gijón. No he tenido suerte, los resultados no hacen justicia a los originales. Voy a esperar hasta volver a Boston para hacerlo en mi scanner.
Encantadora Eve, pareja de Manuel. Conectamos inmediatamente, periodista y excelente fotógrafa. Manuel sacó sus lápices de colores y decidió escucharnos mientras dibujaba.
Mi primera impresión fue como si nos conociéramos, como si hubiéramos mantenido charlas con frecuencia. Manuel menos intimidante en persona que por escrito…más niño tímido y mimado, se deja querer fácilmente.
Me regaló dos series de tres novelas cada una: "El proletariado en Apuros" y "Desde el Hotel". Las dos las regalaré a la biblioteca de Harvard en cuanto vuelva a casa. Yo las tengo en mi disco duro.
Al final, cuando nos despedíamos, se produjo un mal entendido: Le dije a Manuel y a Eve que si pasaban por EE.UU. en Boston tenían su casa…No se trataba de la formula con la cual se quita uno a un pesado de encima; añadí que tenía un dormitorio de huéspedes, hermoso y cómodo. A esto Manuel me contestó que, en todo caso, por qué no lo invitaban a Harvard? Quedé algo desconcertada. Yo no tengo nada que ver con Harvard, y si lo tuviera – aclaré – Harvard sólo invita a personas destacadas y conocidas en su campo…Esto no le gusto a Manuel. Francamente, no era mi intención ofenderlo.
Espero que así lo reconozca
16 comentarios:
Me hubiera gustado compartir con vosotros ese escenario de encuentro grato, el Madrid de octubre, en el Gijón, charla amistosa, seguro que jugosa.... ¡Estoy tan lejos!
Muchos abrazos
Pinguino, como no se le ve a usted ni una pluma pues ya ve lo que se pierde!
Estás tan estupenda -por lo menos- como esos mantecados, Chiqui. Y perdona la grosería poética que me recuerda la del bueno de James Dean en Gigante, cuando le dice algo parecido a Elisabeth Taylor, ¿recuerdas? Y ésta le atiza un sopapo.
Salgo para Valenciaaaaa, el miércoles. Se me está poniendo difícil el viaje a la Villa. ¿Seguro que no quieres pasear por el Molino un fin de semana próximo?
Después del piropo que me has echado...Tengo un puente que anda cerca y a lo mejor lo cruzo para pasearme por ahí. Prometo no dar la lata y ayudarte a fregar los platos.
Oye, esa molinera se parece a ti!...hasta lleva el mismo gorro.
ah, Estrella, aquí en París, ya, el niño mimado ha recuperado (a modo de sopapo) el reuma crónico de las noches de trabajo en el taller, las tazas de achicoria para ir matando el hambre sin los nervios que me daban las de café, y otras cosas que se ven entre visillos... con esto : besillos
Que si, chiquitina, que te favorece Madrid.tienes que poner los nombres debajo de las fotos para que no os confundan
Manuel, parece que tienes una resaca del Ritz...No te lo tomes a mal, eh?
Te acepto los besillos y te los devuelvo.
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Anónimo, Madrid es mi ciudad y aquí quedaran mis cenizas. En cuanto a las fotos: es imposible confundirlas.
Quien es la francesa? Y la granaina? Manuel y yo parecemos primos lejanos.
Lo cierto es que no había visto el video del todo, Estrella. Toda una historia, ¿eh?, de lo que es la vida y de los encuentros y desencuentros que contiene. Y de cómo hay que tomársela-la vida- con calma y alegría porque no merece la pena entristecerla más de lo que ella quiere. He dicho.
"Toda persona honrada prefiere perder el honor antes que la conciencia".
Es asombroso el parecido de Chiqui y Manuel. ¿Seguro que no sois más que amigos?
Claro Michel, sin conciencia no hay honor…no hay nada.
Anónimo. Estoy segura que viniendo nuestros antepasados de la sierra granaina algo tendremos en común. En cuanto a mí, me identifico con los árabes, los judíos y los gitanos…Vaya mezcla, eh?
Vayan al blog de Elvira y lean “Melancolía del adiós”. Hermoso texto.
http://cartasdelmolino.blogspot.com/
¡Estupenda la foto, Estrella! Buenas noches.
Gracias Sofia!
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