Ha
sido una suerte tener la compañía de la
música a mi vuelta de España. Me gusta el silencio y raramente pongo
música, menos aun cuando estoy sola, pero tengo que admitir que es un buen
aislante de la fea realidad.
El
nuevo año ha llegado cargado de tristes recuerdos, ilusiones perdidas, de
esperanzas engañosas. La muerte de personas queridas y la sensación de que uno
puede sentir el dolor y la angustia de los que sufren por su reciente ausencia…La
seguridad, por nuestra parte, de que esa ausencia siempre estará presente y que
no habrá nada ni nadie que la reemplace.
La derrota de los que han luchado durante su vida sin llegar a conseguir ese “equilibrio”
que pocos alcanzan pero que, para los que fracasan
en ello, parecería que es la norma por la que el ser humano debe regirse. No
ven ellos la forma de alcanzar este “estado de gracia”. Llega el día que esa
cuerda floja no los sostiene: falla y caen
donde habían temido. A esa caída siempre asistirán espectadores sobrecogidos,
indiferentes, los de : “se veía venir” , “ya os lo dije” y hasta los más ruines que nos descubrirán “datos” desconocidos para demostrar que “no tiene arreglo”
y la única salida es la autodestrucción.
Para
ellos, para los caídos, mi esperanza de
que vuelvan a la lucha y que encuentren esa mano amiga; que siempre hay más de una y no necesariamente la Divina!
25 comentarios:
Es bastante más que todo eso, creo, Estrella.... Por su capacidad evocadora cumple a las mil maravillas como compañera fiel. Yo aquí, en Japón, la oigo permanentemente. Tengo la suerte de que no me distrae ni molesta.
Lleva razón, pinguio, la música es buena compañia... ¿fiel ? No será porque no lo distrae ni lo molesta? Abríguese si se acerca a la orilla del mar.
La música es una de las cosas que me reconcilian, a veces, con el ser humano como especie e, incluso, con algunos individuos en particular que solo me parecen buenos cuando cantan. Que no es el caso de Moustaki, con el que he pasado un buenísimo rato gracias al enlace de la entrada anterior.
Porque no quiero seguirte en ese tono tan lúgubre, prima. Es demasiado triste lo que dices porque es demasiado cierto...
Es un poco raro lo de la música. La pongo muchas veces pero muchas veces se termina el disco y no soy consciente de haberlo oído sonar. Es como el conducir. Llegas a tu destino y te preguntas ¿como he llegado yo aquí?
Prima, pasan y a veces hasta conocemos a las personas que lo sufren. La impotencia es inquietante.
Anisia, cuidado con lo de ‘no saber cómo has llegado’ cuando conduces. Me solía pasar con frecuendia cuando viviamos en Nashville. Me escapaba para corretear esos amplios caminos rurales donde el paisaje era casi pastoral…Claro, esas carreteras estaban desiertas pero, efectivamente, era preocupante cuando se me iban un par de horas como si hubieran pasado en un sueño. Y no, no llevaba la música puesta!
Dicen que el conducir, a mucha gente, le produce el mismo efecto que hacer yoga.
En cuanto a mi entrada: Dios aprieta fuerte pero algunas veces no ahoga!
Lo que ahoga son nuestros pensamientos que se empeñan en atacarnos, en hacernos infelices. Está claro que la realidad es distinta para según quien la mire (lo del color con que se mira y todo eso). El reto es mirarla con alegría y mirarnos con compasión. La tarea es ser capaz de perdonarse, perdonarnos nosotros mismos. Hercúlea y necesaria, Chiqui. Qué bien escribes.
Sé que eres capaz de perdonar y perdonarte, Elvi. Haces lo que pregonas.
Carne para la cena? Vayan a Cuarto Poder.
Totalmente de acuerdo, Elvi.
He vuelto... por el momento.
ELVIRA! vengo de tu Molino; has vuelto y espero que sea por más de “de momento”. No me encontraré tan sola.
Pinchen en en nombre de Elvi o aqui esta el enlace.
http://www.cartasdelmolino.blogspot.com/
AMALIAAAAA...FALTAS TU!
Aquí estoy Estrella!!!
Sumida en una etapa de relativa (hago hincapié en lo de relativa) adversidad, de ahí mi silencio en los últimos tiempos. En un estado así veo lo importante que es tirar "pra frente"-como dicen los brasileros-, estés donde estés.Lamentarse no ayuda...
Cuando leo a Doreen Carvajal la mente vuelve hacia la ESTRELLA de la Plaza de la Magdalena.
Amalia, que bien , me has oído. De acuerdo con lo de "no lamentarse", pero es de humanos , aunque es mejor no hacerlo. Lo peor es cuando hay que pagarle a un siquiatra para que te escuche! Un amigo fiel siempre viene bien cuando el lamento se nos escapa. Tu creas, con tus manos; una salvación.
Anda, no te distancies.
Miguel, interesante la historia; y hay tantas! Pero no te olvides, en la Magdalena hay más estrellas árabes que judías. En mi caso debe ser una mezcla. Mi tía favorita dice que también tenemos sangre gitana.
Cuanto se aprende viajando. Gracias, Miguel.
Ya lo sabia.
Qué bonita historia, MV; y qué bonita la tía Luz de la foto. Siempre me divierte la reflexión de Chiqui sobre su probable sangre árabe. Con esa carita... Y precisamente hoy me he fijado en una foto antigua de la Reina Madre inglesa -que ya no se encuentra entre los vivos- y para mí Estrellita que provienes de ese linaje. A ver si encuentro la foto. Se la ve a la izquierda en primera fila, con su nieto Carlos Orejón, de pequeñito, la infanta Nargarita y no me acuerdo... Ah sí: durante la ceremonia de coronación de Isabel. Seguro que MV es capaz de encontrarla.
Amalia, Amalita... vente p'acá y lloramos juntas, que consuela mucho. Un chocolate caliente y las galletas veganas de avena que preparo, que me salen muy ricas. ¿Invitamos a Chiqui? Síííííííííí
Chocoatle dulce,claro que con Chiqui!En el Molino?
Cuando querais !!!
Judios sefardies son invitados a volver a España pasados 500añas de su expulsión
Si que es isteresante. Gracias!
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