No sabía
de la adicción de Hoffman a la heroína,
es más, siempre lo imagine como una persona equilibrada y fuerte. Cuando ayer vi su
foto en CNN presentí lo peor: un ataque al corazón. Sentí pena, como si de un
amigo se tratara, me acompañó todo el día. Sabida ya la causa de su muerte, me
entristece aun más pensar en la
vida que ha llevado; en la lucha que ha
perdido y que ha debido de ser atroz.
La
primera vez que vi en pantalla a Hoffman fue en Love Liza. Una historia intensa y una actuación única : un hombre fuera de si al no comprender las razones por las que su mujer se ha
suicidado. Liza ha dejado una carta para él y el drama de la película empieza
cuando no se atreve a abrirla por temor a que lo culpe de su muerte. Podría
haber sido un fracaso de película, ya que toda la acción se centra
exclusivamente en el protagonista, pero es precisamente Philip Hoffman quien salva la situación. Me fascinó
entonces. Recuerdo haber pensado: un buen actor; falta nos hace!
Esta película, que no recuerdo en detalle, me viene a la memoria de una forma insistente, como si el augurio de la temprana y trágica muerte del actor estuviera encerrado en ella y no lo hubiéramos podido descubrir a tiempo.
Lo echaremos de menos.
3 comentarios:
Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo. Truman Capote. Ahora mismo me voy a ver la inolvidable CAPOTE. Tan maravillosamente interpretada por Philip Seymour Hoffman.
Que buena la cita, Anisia...la tendre en cuenta.
Subir a los árboles como hizo el barón rampante, la novela de Calvino. Vidas extremas.
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