miércoles, abril 15, 2015

El delirio de Eduardo Galeano

Mucho tiempo sin  entrar por el blog. No es que no tenga nada que decir. El mundo en estos momento nos da demasiadas razones para  hablar con una voz, al menos así me  ocurre. Sentimientos negativos contra el ser humano y la incapacidad de opinar sobre los temas más candentes sin que la sangre se revuelva. Lo mas sencillo en estos casos es  ver, oír y callar. Y eso hago. 

La muerte de Eduardo Galeano me ha llevado esta mañana  a un video en el que habla de todo aquello que yo  he callado. Esta voz merece oírse: esta llena de templanza, esperanza, y paz.


You Tube: Uploaded on Oct 24, 2011
¿Qué tal si deliramos por un ratito?
¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?
El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones...
En las calles los automóviles serán aplastados por los perros...
La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será, tampoco, mirada por el televisor.
El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha, o el lavarropas.
Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar en vez de... vivir por vivir nomás... Cómo canta el pájaro sin saber que canta y cómo juega el niño sin saber que juega.
En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen por cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.
Nadie vivirá para trabajar, pero todos trabajaremos para vivir.
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.
La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie, nadie, tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.
La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.
La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio... porque la comida y la comunicación son derechos humanos.
Nadie morirá de hambre... porque nadie morirá de indigestión.
Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.
La educación no será el privilegio de quiénes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quiénes no puedan comprarla.
La justicia y la libertad... hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda..
En Argentina, las locas de plaza de mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará: festejar el cuerpo. La Iglesia también dictará otro mandamiento que se le había olvidado a Dios: amarás a la naturaleza de la que formas parte.
Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.
Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar.
Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza, y voluntad de Justicia... hayan nacido cuando hayan nacido y hayan vivido donde hayan vivido, sin que importe ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.
Seremos... imperfectos, porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses.
Pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada día cómo si fuera el primero y cada noche cómo si fuera la última.

5 comentarios:

amalia dijo...

Gracias Estrella, Galeano era un tesoro viviente, ahora un tesoro inmortal

estrella dijo...

Ya ves, Amalia, dicen que la muerte “nos iguala”, así es; pero no quedamos igual por donde hemos pasado. Algunos dejan huellas a la medida de muchos.

Elvira dijo...

Lo que me encanta es que mi televisor lleva días estropeado y nadie en esta casa hace nada por remediar la situación. Ahí hago lo que dice Eduardo. Que descanse en paz.

estrella dijo...

Sin el televisor - la televisión - viviríamos más tranquilos pero, al fin y al cabo, viviríamos una mentira. Creo yo.
Elvi, tengo dos en casa...te mando uno?

Lola dijo...

Realmente maravilloso todo lo nos trasmite, pienso como él, lo considero los verdaderos principios del hombre, la auténtica verdad de la vida, aprovechemos y demos gracias por el despertar y despidámonos con el descansar de la noche.