sábado, junio 09, 2007

Graciela Reyes: TAQUICARDIA

Quiero estar en la misma habitación que vos nada más que eso quiero tenerte cerca y mirarte le dije

me gusta verte andar sonreír tomar el té cambiar los discos dar vuelta la página me gusta que estés distraído que te quites el pelo de la frente me gustan estas horas magníficamente silenciosas tus manos tu cuerpo tus ojos qué m
irada la tuya que me provoca taquicardia no le dije

una larga vida buscando la sabiduría y a veces equivocándome y perdiéndome en detalles pero siempre estoy atenta yo siempre estoy atenta y siempre deseo que son dos cosas que podrían haberme llevado a la sabiduría toda una larga vida y ahora te encuentro como la medida de las cosas como la belleza donde convergen mis pasiones estás conmigo pero remoto de mí en estas tardes de verano incipiente con el olor del jardín entrando por la ventana y apenas puedo concentrarme en mi libro tengo que mirarte no le dije

si te acercás se me doblan las rodillas creo que si estuviera muerta y te acercaras me levantaría y me metería entre tus brazos no le dije


soy tan feliz por haberte encontrado soy feliz en este país cada vez más detestable en que vivimos a pesar nuestro vos extranjero y yo extranjera cada uno de distint
os y hasta más de una vez enemigos países pero los dos coincidentes en nuestros desprecios aunque los dos queremos esta hermosa ciudad y estos atardeceres largos como en la pampa que no conocés esta ciudad feroz y vulgar que sin embargo tiene el esplendor de la luz del mármol y del agua en ese esplendor te amo con un amor adolescente con las rodillas que se me doblan con el corazón saliéndoseme por las orejas no le dije

te amo no te quiero sino que te amo si es que esa palabra existe fuera del libro de primer grado te amo con toda mi alma que es una prodigiosa maquinaria capaz de conocer de amar de recordar y desear y temer el alma diseñada por cientos de millones de años para llegar a esta tarde al tesoro de este momento a tu lado a percibirte sentirte saberte el amor que siento por vos es un amor extemporáneo que sin embargo justifica mi vida mis búsquedas mis reflexiones y me salva de entrar en la vejez sin pena ni gloria un amor que en su insensatez me redime de todas mis insensateces eso nunca se lo hubiera dicho

solamente quiero estar en la misma habitación que vos y mirarte y charlar con los chicos que entran y salen y después si acaso irnos a caminar un rato entramos los dos en el aire caliente y cruzamos al parque miramos cada cosa las ardillas las primeras luciérnagas las flores lujuriosas los árboles y bajamos a la playa donde las gaviotas chillan y los veleros rezagados van pasando como fantasmas y nos sentamos en la arena y entonces la luz final del día te hace parecer un dios refulgente y yo me dejo abrazar y el corazón no sé dónde esconderlo para que no oigas el escándalo ay no se lo dije pero él ya lo sabía

después volver a casa y preparar la cena el perro salta entre los dos los chicos hacen los deberes yo te miro condimentar el cordero con menta y vos me sonreís me escribiste po
r email que te gusto porque soy serena y silenciosa qué gran malentendido yo no soy silenciosa ni serena pero estamos tan bien todos cenando en el comedor a la luz de candelabros les hablo a los chicos de los verbos irregulares y vos y yo nos miramos

solamente quiero estar en la misma habitación que vos tenerte cerca mirarte le dije y él no me dijo nada.

63 comentarios:

Anónimo dijo...

me gustan las cosas que no se dicen, pero claro, si alguien como Graciela las expone así de esta manera, no cabe más que rendirse a la emoción y dejarse envolver por el ritmo de las palabras ("no le dije" me gusta esa cadendia).

creo que alguna vez sentí algo parecido, lo he olvidado, tenía que seguir respirando... que bello!!! "y ahora te encuentro como la medida de las cosas".

chiqui, sigo con la costumbre de comentar la primera: es una manía que he adquirido, como puedes ver. otro momento sigo. bsos

Anónimo dijo...

ahhh siempre estropeo el momento...

repetir 100 veces: cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia cadencia...

estrella dijo...

Graciela, ya sabes cuanto me gustó esta narración cuando la leí por primera vez. Tantas cosas callamos. Me pregunto: si las dijéramos...cambiaría el rumbo de nuestra vida? Quizás lo intente a ver que pasa...hay cosas que uno no se puede llevar a la tumba. Leyendo esto, esta noche, encuentro que la personalizo más de lo que lo hice la primera vez que la leí. Será España…?Todo está más condensado aquí. Abrazos.

estrella dijo...

Hanako. Todos esperamos a que comentes tú para entrar después. Lo normal es que la entrada la cierres tú también. Como haría un buen director de orquesta.
He leído por ahí el nombre de un perfume que huele a mi…

Anónimo dijo...

El sentimiento es tan palpable, tan cercano, que hasta quema, Graciela. Ni siquiera parecen palabras, ni lenguaje. Es una declaración que trasciende lo declarado, que va mucho más allá. Es verdad lo que dice Hanako. Lo único que cabe hacer es releerlo una y otra vez y dejarse vencer por la emoción.

Unknown dijo...

Si, precioso pero creo que describes un momento.
Durante un momento, un día, una temporada, puedes sentir eso...
Pero luego...siempre hay un luego porque la realidad contamina esa magia y ese sentimiento acabará dejando paso al desengaño y los reproches...
Y entonces da igual como se toque el pelo o como condimente el cordero, se acaba el encanto porque gana el desencanto..
Y acabas añorando aquello que sentiste mucho más que al que te lo provocó.
Algo así nunca dura, y quizás eso es lo que lo hace valioso...La intensidad es inversamente proporcional a la resistencia del sentimiento..
Pero yo te leo y aparte de reconocer tu magnífica capacidad de sumergir al lector en tu relato, o por eso mismo, me frustra recordar cuando sentí algo parecido, hace tanto, y tan lejos... Hoy me he sentido mayor y cansada leyéndote Graciella.
Eres buena, endiabladamente buena.

Unknown dijo...

El amor es una mezcla de éxtasis y agonía, dijo alguien que sabía.

Si tu relación es amable y tranquila, enhorabuena, pero eso se llama simplemente armonía.

No se puede tener las dos cosas a la vez...a veces una deriva en la otra...dicen..

Anónimo dijo...

La locura de amor puede perdurar. ¿Por qué no?. Pasar los años y seguir sintiendo la atracción del imán que te arrastra en su dirección, que te pega a su piel con más fuerza que la de la misma gravedad. Seguir tiempo y tiempo escuchando su voz, la única voz que oyes, la única de la que quieres provocar las palabras que deseas oir. La única, el único. Ni armonía, ni tranquilidad. Emociónn y pasión eternas. Eso existe, tan cierto como la historia de Graciela, que escribe y transmite la realidad de lo que siente. Eres endiabladamente buena, Graciela, porque eres endiabladamente auténtica.

Anónimo dijo...

No, no dura, señores. La locura de amor no dura. Quizás la locura a secas. La locura y punto.

ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja

estrella dijo...

Vaya comentarios, Prozac, con quien estoy más de acuerdo, y Tierra.Tendrías que leer un comentario (de hoy) en Azua -de ISIS- sobre las relaciones de pareja, muy sensato.También me viene a la memoria una entrada de Verdú, de hace tiempo, donde hablaba del amor imposible. Muy buena. Eso es lo que tú, Tierra y el cuento de Graciela tenéis...un amor imposible. Si eres romántica lo vives en tu imaginación, si eres como seas buscaras esas emociones en otros cuando la magia se acabe. Yo soy romántica.Becquer me marcó para toda mi vida...cada vez mas corta.

Unknown dijo...

¿Emoción y pasión eternas, Tierra?
¿De que planeta vienes?

Locura de amor, sí, se va el amor y permanece la locura, y ahí quedas, atrapada y fuera de juego para siempre....porque no lo dudes, él no estará, estarás sola con tu autoengaño...Patético

Anónimo dijo...

en 1895, chéjov publicó un reportaje titulado "la isla de sajalín", en el que describía las espantosas condiciones de vida en una colonia penitenciaria. como algunas voces le reprocharan la crudeza de ciertos pasajes, chéjov respondió que, en realidad, la vida de aquellas gentes era mucho más horrible de lo que el libro daba a entender, pero que se había visto obligado a suprimir muchas cosas y a suavizar otras para conseguir un resultado artisticamente aceptable. no se puede, en efecto, hacer literatura con el horror absoluto. el horror absoluto- como la pura y simple tontería- se resiste a ser plasmado en una narración literaria: cualquier procedimiento que no sea el de nombrar expresamente se nos antoja inapropiado y, hasta cierto punto, inmoral, pero, al nombrar expresamente, no hacemos sino subrayar y poner de manifiesto su insoportable inanidad. con ciertas restricciones, esta consideración puede hacerse extensible a la totalidad de las afecciones humanas. las pasiones furibundas y los éxtasis sublimes rechazan un tratamiento literario explícito, so pena de resultar exagerados y ridículos. si una persona dichosa- o que se proclama tal- ya nos resulta asaz insoportable en la vida ordinaria, ¿por qué habríamos de soportar a un personaje que disfruta de la misma condición? por este motivo, el arte de escribir ficciones es, en buena medida, el arte de aludir y dar a entender y no nombrar expresamente. el filósofo debe decirlo todo- sólo por mezquindad, por vileza o por cálculo tendría motivos para callar algo-, porque la filosofía comporta algo así como una distancia previa con respecto a la experiencia inmediata (maneja conceptos y abstracciones y, en la experiencia inmediata, no nos las habemos con abstracciones sino con ejemplares de dichas abstracciones, o sea, con cosas concretas), pero la literatura no comporta, de entrada, distancia alguna con respecto a dicha experiencia: la distancia, cuando efectivamente la hay, es siempre un logro singular del literato. una carta privada puede tener interés literario si su autor ha adoptado dicha distancia de forma exitosa; en cambio, una novela en la que el autor se empeña en servirnos su experiencia en crudo y sin mayor aderezo resulta, de ordinario, una mala novela o, mejor todavía, una no-novela.

Anónimo dijo...

Pues no estoy de acuerdo. No me importa la distancia, no me importa si uno narra algo verídico o inventado, solo me importa lo que un texto es capaz de provocarme, ya sea tristeza, risa, nostalgia, emoción o anhelo; y eso, creo, porque obviamente no tengo ninguna posibilidad de contrastarlo, solo se logra desde la autenticidad del sentimiento que el autor es capaz de dibujar, ya sea sentido en sus propias carnes, o percibido e interiorizado de las de los demás; en este último caso, un genio.

Por lo demás, creo en la locura, creo en la pasión, me gusta ser insensata, a pesar de poder parecer patética. Viva el patetismo de los sentimientos vividos y bebidos al límite, estrujados y apurados, reinventados y revividos para volverlos a engullir sin pudor y sin remilgos.

La sensatez, la previsibilidad, la conformidad, ¿para mi?. No, gracias.

Anónimo dijo...

La generalidad de las historias que conozco me llevan a darle la razón a Prozac, pero así, en términos generales.
Aunque también conozco excepciones.
Excepciones que viven personas que, obviamente, no gozan de la dicha absoluta que al Domador de Gatos le repugna tanto, pero que en ese plano, el del amor/pasión duraderos, se mantienen bastante tiempo.

Y, por otra parte, supongo que una novela no debe responder a unos cánones preestablecidos en cuanto a sus contenidos o fórmulas de captar al lector. Igual que las noticias. Se nos ha dicho que es mejor noticia -en términos periodísticos- que un perro muerda a un hombre, que no la viceversa. Sin embargo, depende de las circunstancias y, casi siempre, del talento del periodista que nos la cuenta. Hay columnistas que se dedican a comentar cualquier aspecto de la vida cotidiana, incluso de sus propias vivencias, que podría parecer anodino, hasta que ellos lo recogen en su corto espacio y lo dotan de garra o de simple belleza literaria, comunicándonos sus sentimientos, los suyos, sin distancia. Por eso, me parece que un autor que nos ofrezca su experiencia desnuda con inteligencia, talento y amenidad literarias, podrá hacer una gran novela. Y, por contra, un tonto, por mucha distancia que ponga, poco podrá ofrecer.

estrella dijo...

DOMADOR...qué duro se lo pone a los novelistas. Pero pensamos muy parecido...quizá soy un poco más flexible. Hay personas que tienen un “yo” tan rico que sería un error distanciarse de él. La cuestión es que el lector no se sienta fuera del juego y apaleado por ese insistente yo. No se, como Hanako diría “hoy no es mi dia”

Tengo una gatita en Boston…no sé como se portara cuando me vea. Es arisca, sólo se deja acariciar cuando ella quiere. Un domador me vendría muy bien.

Habrá que leer su párrafo varias veces y pensar.Gracias

estrella dijo...

Ay tierra...andas por los aires!
Muy joven debes de ser.

Anónimo dijo...

yo soy un mero impostor, doña chiqui. pero el domador de gatos es un personaje real. una vez leí una noticia sobre él en el periodico. se trataba de un ruso que, en efecto, hacía un número de circo con gatos: un caso único en el mundo porque, como usted sabe, se puede domesticar- en el sentido de enseñar mañas o habilidades- a un tigre o a un león, pero no a un simple gato común. el ruso explicaba que, en realidad, el no amaestraba a los gatos sino que, por así decir, se aprovechaba de sus aptitudes y disposiciones naturales. aún así, me parece admirable. ¿cómo será ese número con gatos? los manuscritos que kafka arrojó al fuego en sus días postreros no me intrigan tanto como ese número imposible. si yo pudiese elegir a un maestro de entre todos los hombres en el mundo han sido, elegiría sin dudarlo a ese artista ignoto. ya me veo viajando por caminos polvorientos, en un viejo carromato destartalado, arrullado por los maullidos y ronroneos de mi troupe... tendría un amor en cada puerto y dormiría a la luz de las estrellas... pero, ay, eso no sucederá jamás. tal vez ese hombre no existe y yo lo he soñado. en caso de existir y de encontrarlo, ¿quién me garantiza que mis reclamaciones no serían denegadas? y, aún cuando fuesen atentidas, ¿quién me asegura que tenga yo aptitudes para una profesión tan singular? además, soy mayor y ya no estoy para muchos trotes. y, sin embargo, ah, sin embargo...

salud.

Anónimo dijo...

querido domador de gatos, yo también me lo imagino vestido de zíngaro con sus gatos y su carromato... buena suerte con sus sueños (dicen que soñar es gratis, no?)

del texto de Graciela me llama además la atención el último párrafo, pero ninguno habéis hecho mención de ello: "solamente quiero estar en la misma habitación que vos tenerte cerca mirarte le dije y él no me dijo nada."

cómo interpretáis el silencio de él? todavía sigo dándole vueltas. bsos

Anónimo dijo...

claro, ya caigo: el silencio siempre es negación, nunca asentimiento.

Anónimo dijo...

En realidad, yo creo que no hacía falta que el dijera nada, por eso se callaba. Los hombres, desde luego, manejan estupendamente sus silencios.

En este caso, no creo que fuera negación. El momento descrito por Graciela rebosa complicidad de pareja, amor en las dos direcciones.

Anónimo dijo...

Perdón, algunos hombres. Hay otros que no manejan bien ni sus silencios ni sus palabras.

Anónimo dijo...

prima, deduzco entonces que piensas que nosotras somos más abiertas, decimos lo que sentimos y no jugamos con el silencio?... no siempre es así, no te parece? jugamos con las mismas armas, pero nos desespera más el silencio? probablemente te he interpretado mal, pero creo que se ha abierto una línea interesante. bsos

´´ dijo...

hola , el silencio es importante , no hace falta decirlo todo , dices cuando el silencio no afirma .

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo contigo francis que no hace falta decirlo todo... y claro que valoro el silencio, pero no entiendo cuando dices "dices cuando el silencio no afirma"... me ha quedado un poco reiterativo...

bueno, no me quería poner muy seria. chiqui, mi "hoy no es mi día" es mañana, ya sabes los lunes... besos y buenas noches

Anónimo dijo...

No me gusta generalizar sobre hombres y mujeres.
Bueno, miento, sí que me gusta, pero supongo que me equivoco porque cada uno es cada cual, sea hombre o mujer, como bien dices, Hanako.

Pero, por lo que tengo observado, nosotras utilizamos más las palabras, la expresión oral, no como arma o por lo menos, no solo como arma, sino más bien como un instrumento para hacernos llegar, hacernos sentir. Los hombres suelen ser mucho más lacónicos, más literales, más concretos. Nosotras divagamos, nos contradecimos, nos reinterpretamos continuamente. Quizás por eso sí que nos desespere a veces un silencio como respuesta.
La verdad es que no lo sé, Hanako.

En este caso me temo que hablo por propia experiencia. Yo no me callo ni debajo del agua. Y eso que considero que Francis Black también tiene toda la razón. El silencio es importante. A veces es mucho mejor saber callar. No hace falta decirlo todo.

´´ dijo...

hanako

Me refiero a que si lo que intentas transmitir se pude hacer en silencio no hace falta verbalizarlo , a mi me cansa cuando se pansan el dia diciendome sus sentimientos , hasta banalizarlos , luego las palabras pierden valor .

Unknown dijo...

Prima, perdona, pero ese texto no rebosa amor en dos direcciones como dices tú, en ese texto ella se lo dice todo que él solo calla, y bueno, le escribe un e-mail donde le dice que le gusta porque es serena y silenciosa...
Y (generalizando, claro) el hombre calla cuando no quiere decir nada, el que suele estar cargado de contenido es el silencio femenino...
En fin ¿sois igual de románticos todos en la familia de Chiqui?

Tierra, dices: "Por lo demás, creo en la locura, creo en la pasión, me gusta ser insensata, a pesar de poder parecer patética. Viva el patetismo de los sentimientos vividos y bebidos al límite, estrujados y apurados, reinventados y revividos para volverlos a engullir sin pudor y sin remilgos."
Vale, si a mi también me va esa marcha, la diferencia por lo que veo es que yo (que no he tenido nunca remilgos en vivir una pasión a pesar de los palos que me he llevado) sé que esos sentimientos traen fecha de caducidad, cosa que ya verás, ya.

Unknown dijo...

Releyéndome el cuento de Graciela, por si la primera vez estaba yo poco receptiva, me ratifico, es más, me surgen nuevas dudas.
Ella está encantada de su maridito, al que adora, que llena su vida, y que cumple a la perfección sus tareas domésticas, pero ¿y él? Graciella no nos dice nada más que que se calla. Puede significar que siente lo mismo que ella, pero también puede ser que el tío se lo monta de miedo en casa...¿y fuera? No lo sabemos.
Su silencio podrá significar amor, pero también resignación...¿Y si lleva una doble vida?

Anónimo dijo...

No me asusta tu tono agorero, Prozac. No me asusta en absoluto. Hay caducidad y hay perdurabilidad.

Anónimo dijo...

Ella no diría lo que dice, si no supiera perfectamente el significado del silencio de su pareja. Yo también me ratifico en mi interpretación.

Pero hay una cosa en que coincido contigo, Prozac. Los hombres callan cuando no quieren decir nada. Pero la clave es el motivo de esa voluntad de callar. Callan porque lo dicen todo en una palabra, o con un gesto, ya ves lo que nos cuenta Francis Black. O sea, que son más pragmáticos, mas lacónicos, más concretos, menos locuaces y, por tanto, manejan estupendamente sus silencios; algunos, claro.

´´ dijo...

tu prima

los hombres callan cuando no quieren decir nada ? hablar cuando no quieres decir nada ya seria el colmo , el tema es que hay personas capaces de decir sin hablar y otras que no, yo no diferenciaria por sexos

Unknown dijo...

Tierra:
No soy agorera, soy realista.
Caduca la pasión, perdura el acoplamiento, pero no siempre, que si la pasión ha sido mucha puede arrasar con todo.
¿Sabías que fisiologicamente es imposible mantener lo que llamamos enamoramiento?

Prima:
Ella puede haberse montado una película en su cabeza y vivir tan a gusto, los silencios de su marido, tan claros para ella pueden significar mil cosas y tu lo sabes, que hoy vas de ingenua pero se nota que no te has caido de un guindo

Unknown dijo...

Francis, normalmente cuando un hombre no tiene nada que decir se calla, una mujer puede más facilmente parlotear sin contenido y callarse lo importante. Es simplemente cuestión de formas, pura estadística.

Pero tienes razón, el silencio puede ser manejado de mil formas por todos, sin diferencia de sexo.

Unknown dijo...

Una última apreciación antes de irme a la cama:
¡El ECG de la entrada muestra una situación muy grave! Ese corazón necesita urgentemente una descarga eléctrica o poca pasión le queda por vivir!
Por despedirme con una broma.
Buenas noches amigos

Anónimo dijo...

Bueno, bueno. Me apuesto lo que sea, sin pecar de ingenua, que Graciela describe en su historia un amor compartido.

Por otra parte, no pretendo hacer ningún tratado sobre los silencios ni femeninos, ni masculinos. Ya empecé diciendo que seguro que me equivocaba y que cada uno es cada cual, obvio, sea hombre o mujer. Pero Francis, no me resisto a responderte que ese colmo, el hablar sin querer decir nada, es frecuentísimo y no necesariamente malo, ni bueno, sino todo lo contrario.

Vale, vale. Ya me callo.

Anónimo dijo...

Cómo fue la historia de Manuel Román de la Blanca y su mujer María del Carmen? Muy sencilla. Terrible, es cierto, pero muy sencilla. Primero la edad. La esposa 82 y él un par de años más. Luego su estado; ella impedida, en silla de ruedas, aunque no importaba demasiado porque él lo asumía y podía ocuparse de todo. Manuel iba a la compra, limpiaba, cocinaba y se ocupaba principalmente de lo referente a ella, que no podía valerse por sí misma. Pese a sus 84 años no estaba dispuesto a mendigar ayudas. Ni siquiera de sus dos hijos de un anterior matrimonio y con los que no se llevaba bien después de casarse en segundas nupcias con María del Carmen. Eran unos viejos que vivían solos en la avenida de Sant Ildefons de Cornellà (Barcelona), él cordobés y ella asturiana de Avilés. Y sucedió que una mañana, con toda probabilidad cuando trajinaba por la casa, a Manuel le vino un infarto y se quedó tal como era y tirado en el suelo. Ahí terminó el drama y empezó la tragedia, una tragedia nada griega sino muy común y sencilla, como digo, pero no menos tremebunda. Un anciano echado y muerto, y enfrente su mujer, impedida, imagino que mirándole, ¿qué otra cosa podía hacer?

Anónimo dijo...

Tremenda historia. Me descubro con profundo respeto ante el sufrimiento, la abnegación apasionada, el amor apasionado, la tragedia descarnada y la desolación del momento que nos trae, D. Gregorio.

estrella dijo...

BUENO, BUENO, BUENO... Que ciclón de opiniones.
El silencio entre parejas, el silencio en general no existe. Es mi opinión. Yo no sé como acallar mi mente. Como dice Prozac; mis momentos de silencio son los más intensos y personales y debido a ellos, creo, se puede mantener una relación...o destruirla.
Los hombres (no todos) cuando están en silencio están pensando en otras cosas ajenas a la relación. Ellos dan por hecho que la relación va bien, mientras que no oigan a ella quejarse.
No estáis familiarizadas con la pregunta: ¿por qué no me lo has dicho?..
El refrán… “El que calla otorga” y otro “hay silencios que matan”
Estoy segura que Adolfo nos traerá un poema que venga al caso...

Anónimo dijo...

El que calla otorga, como la pareja de la mujer que habla en la historia de Graciela.
Los silencios que matan siempre se hacen notar, porque al final acaban gritando.
Esto es una tontería de última hora. No me la tengáis en cuenta. Ya me retiro.

estrella dijo...

Si pinchan en Don Gregorio Morán les llevará a la página donde da mas detalles y habla de otro caso de silenciosa soledad.

Don Gregorio, es bastante preocupante que tanto aquí en España, con un sistema social más humanitario que el de los EE.UU., pasen cosas así.
Ahora tenemos el síntoma de los que estamos en los cincuenta. La pregunta es ¿ Quién va a cuidar de nosotros? La situación va empeorando y con el Baby Boom, en EE.UU. mi generación será la primera en que habrá mas viejos que jóvenes, produciéndose un colapso en la seguridad social. Prácticamente no podemos esperar ayuda del gobierno y los que tenemos hijos, no hijas, dudamos que de ellos. Es duro, pero una realidad apremiante. Gracias por detenerse aquí.

estrella dijo...

DOMADOR, Chata, mi gata, que ha crecido con tres perritos casi de su tamaño, se comporta como un perro, sólo de observarlos.

Conque viejo, pero un amor en cada puerto...muy pesado eso ¿no? No será tan viejo cuando sueña con tales aventuras…

Anónimo dijo...

un gato nunca será un perro, doña chiqui. vale que los animales tienen su carácter y no son todos iguales, pero los gatos son los gatos y los perros, los perros. a un perro se le pueden enseñar mañas y hasta infundirle manías y neuras, si uno es lo bastante malvado como para eso. los gatos- aunque mucho más afectuosos y manipulables de lo que piensa la gente- son más impermeables a la influencia humana y, desde luego, no se les puede enseñar a hacer gracietas y a que te traigan el periódico, como a los perros. pensé que la historia del domador de gatos- que es una historia verdadera- suscitaría algún comentario algo más jugoso por su parte, pero en fin...

Anónimo dijo...

Como no, Chiqui? Todo el mundo conoce estos versos de Neruda:

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
...Eres como la noche, callada y estrellada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Anónimo dijo...

Buenos días!!!

cuantos comentarios y qué interesantes. Prozac: "sé que esos sentimientos traen fecha de caducidad, cosa que ya verás, ya" me has recordado una peli que echaban ayer en la tele, una comedia romántica de estas que sabes ya como terminan antes de empezar, y a una escena que ví entre juego y juego de la final de rolland garrós. bárbara streisand en una clase les pregunta a sus alumnos por qué nos enamoramos y los alumnos le daban varias explicaciones más o menos científicas o intelectuales. ella les contesta algo así como que todos tienen razón, pero principalmente es porque "te sientes de puta madre"...

da igual lo que dure, no? ufff
bsos

´´ dijo...

Me refiero a hablar y decir cosas a nivel sentimental , emocional , hablar se puede hablar de mil cosas solo por el gusto de hablar . comentar , criticar... son cosas diferentes .

estrella dijo...

QUERIDO DOMADOR, anoche no quise entrar en más porque estaba rendida. La verdad es, que la sola imagen de tantos gatos viviendo juntos y yendo de pueblo en pueblo para divertir a la gente me horroriza. Tanto por el domador como por los animalitos. Los gatos son muy independientes, les gusta su libertad y a los domésticos el confor. Figúrese por lo que tendrían que pasar para aprender todos esos trucos, aunque fuera bonito verlo. Cómo los podría atender: tenerlos decentemente limpios y alimentados...cómo sabe que esa es la vida que querían, revueltos en el carromato como locos en un manicomio...Ya ve. Póngase en su lugar, aunque usted no sea gato.
De acuerdo, los gatos no son como los perros. En mi caso, por ser del mismo tamaño, cuando trajimos a Chata a casa debió pensar que los perros eran sus padres. Después de cinco años los sigue y juega con ellos y hasta los provoca con un dulce miau para que la persigan.Duermen juntos en el sofá y cuando llamo a uno de los perros ella va en busca de él. Yo no les he enseñado nada, todo es su propio merito.

Como hablamos del silencio… yo les hablo con frecuencia. Ellos no contestan, como el marido del cuento. Me miran con extraña expresión y ladeando la cabeza. Chata cierra lentamente sus ojos y ronronea. Ya sé que dije esto antes en algún sitio.

estrella dijo...

Gracias Adolfo, cómo se me olvidó?
Madrid está acabando conmigo!

Unknown dijo...

Tienes toda la razón Hanako, cuando te sientes de puta madre lo disfrutas y te trae sin cuidado saber que se acabará, ya tendrás tiempo de lamentarte luego.

Prima "Abnegación apasionada" ¿Que es eso? Es como decir calor helado, o sea incompatibilidad total. La abnegación lleva implícita la resignación y que yo sepa la pasión nunca es resignada.
Pero oye, que si te gusta ver pasión en todo mejor para tí, cada cual lo interpreta a su manera.

estrella dijo...

DON DOMADOR. Me da la impresión de haberlo desilusionado con mi respuesta. No creo que fuera mas jugosa, como usted esperaba, pero realista los 12 habría pensado como usted. Después de tener animales (13 años los perros) uno piensa en ellos como si fueran niños, tus niños. Una experiencia que nadie entenderá a no ser que haya pasado por ello.

Anónimo dijo...

http://youtube.com/watch?v=WZ88oTITMoM

Anónimo dijo...

en modo alguno, mi dilecta amiga. yo también tengo una gata, aunque todavía no he conseguido enseñarle ninguna habilidad inaudita, como hacer el pino o echar discursos. debo decir, empero, que las cosas que sí sabe hacer- comer a dos carrillos, afilarse las uñas en cualquier parte menos en el rascador (dispuesto para tal efecto), dormir la siesta, lavarse minuciosamente a lametones (haciendo unas contorsiones dignas de una prostituta tailandesa) y otras muchas cosas extraordinarias y pasmosas- las hace a las mil maravillas. lo que mejor sabe hacer, de todas formas, es no hacer nada. sin duda, usted se habrá fijado en lo bien que los gatos no hacen nada. puede parecer una paradoja- e incluso una tontería-, pero no hacer nada es sumamente difícil. en cuanto uno se descuida se encuentra haciendo cosas: pensando en la vecina de enfrente, por ejemplo, o tamborileando con los dedos, e incluso tarareando la musiquilla de un anuncio, lo cual ya me parece el colmo... ¡qué diferencia con la magnífica inactividad de mi leovigilda! se queda completamente inmóvil- ya sea tendida de costado, ya sea recogida sobre sí misma, con el mentón apoyado en las patas delanteras- y no se mueve en absoluto. no piensa (¿en qué diablos iba a pensar?), no mira (¿acaso hay algo digno de verse?), tan sólo se hincha y se deshincha de forma casi imperceptible y rebosa dignidad. no hace nada, bien es cierto- no contribuye al progreso de la humanidad ni a la grandeza de la patria ni a la buena marcha de la economía-, pero al menos lo hace con elegancia.

salud.

estrella dijo...

¡Eso es una gata! ¿Qué haría la pobre en ese carromato de la feria?
Lo de afilarse las uñas es un poco preocupante. Dígale amorosamente: no, no, no...Y déle una palmadita en la cola. Puede poner una alfombra de sisal en el sitio que más le guste estar, cerca de usted, me imagino...ya se irá acostumbrando.
Veo que la está mimando.Vaya domador!
No se me ofenda…Yo soy peor que usted en ese sentido

Anónimo dijo...

asumo mi desconocimiento total sobre animales domésticos en general y los gatos en particular, pero se me antoja que el nombre de leovigilda es un poco feo, no? qué pensará la gata al respecto? seguro que suelta algún que otro gruñido, bufido o lo que hacen los gatos para mostrar su descontento que no tengo muy claro...

zombie, bienhallado!!... buena canción.

estrella dijo...

HOLA HANAKO, sí el nombre es un poco largo, pero si responde a él...Hanako es un buen nombre!

Anónimo dijo...

jajaja, vaya, lo tomaré como un cumplido

Anónimo dijo...

estaba buscando alguna cita sobre el silencio que me haga parecer inteligente y creo que la he encontrado:

"Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras." W. Shakespeare

Anónimo dijo...

hanako

muy inteligente , hoy Rioyo habla del atletico de Madrid

Anónimo dijo...

gracias, pla. mañana lo leeré. contenta me tiene el atleti, bueno como siempre... cada vez soy menos futbolera (aunque el corazoncito tira) y me paso a otros deportes más satisfactorios. esto de crecer con hermanos es lo que tiene. bsos y buenas noches

Anónimo dijo...

o bien: "es mejor ser rey de tus palabras que esclavo de tus silencios" (el domador de gatos). esas sentencias tan rotundas son como los calcetines, que se les puede volver del revés y se quedan igual que estaban.

¿cómo se atreve a decir que el nombre de mi gata es feo? bien por el contrario, es un nombre musical y como tintineante, amén de castizo. aparte de esto, admite diversas abreviaturas- que también son nombres-: leo y gilda son las más evidentes, si bien reconozco que la jodía no atiende por ninguno de ellos. su ignorancia acerca de los gatos sólo es equiparable a su falta de tino para discernir los nombres feos de los bonitos. ¿es usted china de veras o sólo se lo hace?

estrella dijo...

DON DOMADOR...a los animales les gustan los nombres cortos. No sé donde leí que sólo oyen las vocales (se lo dejo para que lo investigue). Hanako (japonés) es muy sonoro. También podría inspirarse en su color. De qué color es? Gilda no está mal, pero está usted pensando en la gatita?
De verdad?

El nombre de mi perro es muy pegadizo: chiqui o chita, Tana o Tara, como en "Lo que el viento se llevó"
Luego tiene los nombres de piedras:
Tópaz, coral, ágata... o nena (este último me gusta mucho). Algo simple, sonoro y cariñoso. Pruebe a ver a cual responde mejor. Me encantaría conocerla!!

Anónimo dijo...

Ya que estamos con las citas, esta de W.H. Auden: “The true test of imagination is the ability to name a cat."

Anónimo dijo...

en eso he de darle la razón, domador, le dándole la vuelta a la sentencia hasta queda más bonita, pero bueno no voy a ser yo quien contradiga a Shakespeare. ya veo usted es un atrevido...

en cuanto al nombre de su gata, sigo pensando que leovigilda (me suena a godo) no es muy agraciado, pero como dice que la gata no le hace caso, creo que ella misma le ha contestado, jajaja.

y sí soy china, o por lo menos me lo hago, me he comprado un libro de taichi y estoy dispuesta a meditar todo el día: el primer ejercicio es estarse quieta y no pensar en nada. hay que ver lo que podría aprender de los gatos! buenos días!!!

Anónimo dijo...

y hablando de gatos no me puedo olvidar de nuestro querido gato con botas y el marqués de Carabás, por supuesto. En el cuento de Perrault he encontrado dos fantásticas moralejas:

MORALEJA

En principio parece ventajoso
contar con un legado sustancioso
recibido en heredad por sucesión;
más los jóvenes, en definitiva
obtienen del talento y la inventiva
más provecho que de la posición.

OTRA MORALEJA

Si puede el hijo de un molinero
en una princesa suscitar sentimientos
tan vecinos a la adoración,
es porque el vestir con esmero,
ser joven, atrayente y atento
no son ajenos a la seducción.