lunes, julio 23, 2007

SOBRE LA IRONIA: MATEMATICO DEMENTE



Según el diccionario, la ironía es una figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice. Voy a glosar por encima está definición. Lo primero que salta a la vista es que el irónico no se manifiesta abiertamente y a las claras, sino de forma solapada: no dice aquello que piensa sino que lo da a entender, diciendo lo contrario. Que lo da a entender implica que la ironía debe de ser manifiesta pero no exagerada, a fin de confundir a los imbéciles y enterar tan sólo a los que están en el secreto; debe de ser, en suma, sutil, a tal extremo que la expresión “una fina ironía” es casi una fórmula estereotipada (como “un merecido descanso” o “una sana alegría”). Una ironía demasiado burda o exagerada deja de ser ironía para incurrir en el sarcasmo. (Como es natural, esto de no hablar nunca en serio y abiertamente acaba resultando fatigoso para quienes nos escuchan. Por este motivo, no es aconsejable ironizar sin tregua sino tan sólo de cuando en cuando. Las personas con tendencia a ironizar obrarían con cordura reprimiendo tales impulsos mediante un régimen estricto- por ejemplo, pueden ironizar únicamente los jueves por la tarde (las tardes parece como que se prestan más a estos juegos) y guardar una cierta circunspección el resto de la semana-). Más interesante que la ironía en sí se me antojan aquellas formas aparentes- o impuras- de la ironía, pues sucede a menudo que se tomen (o quieran pasar) por irónicas declaraciones que no lo son propiamente o que no lo son en absoluto y que, por consiguiente, habría que entender literalmente. Por ejemplo, una declaración demasiado chocante o disparatada puede muy bien pasar por irónica, aunque su autor no tenga en modo alguno la intención de ironizar. El caso más conspicuo es el de Sócrates, que pasa por ser uno de los grandes ironistas de todos los tiempos cuando, en verdad, el pobre hombre- si bien no le faltaba cierta sorna- hablaba casi siempre en serio. (Un caso particular de esto último es la hipérbole, que se confunde a menudo con la ironía, a pesar de que son dos figuras bastante distintas, por no decir antagónicas). Asimismo convendría entender literalmente la ironía en aquellas ocasiones en las que ésta se utiliza de forma defensiva o con la finalidad de que nuestro interlocutor no nos tome demasiado en serio. Sucede a menudo, en efecto, que decimos simplemente la verdad- y la verdad suele ser desagradable-, pero de forma equívoca y, por así decir, envolviéndola en un halo irónico. En castellano hay una expresión muy atinada para esta forma de hablar: “entre bromas y veras”. Se trata, en ambos casos, de formas aparentes y no verdaderas de la ironía, tanto si el falso ironista se propone que se le tome en serio como si no. Un caso peculiar- y que es, tal vez el, que más me interesa- de falsa ironía es aquel en el que el presunto ironista se complace, so capa de ironizar, en decir burradas, infamias o meras estupideces (me refiero, para entendernos, a bromas de corte sexista, racista, homófobo y cosas por el estilo). Si damos por bueno que el irónico da a entender lo que piensa diciendo lo contrario, no podemos considerar a estos mamarrachos dentro de la categoría de los irónicos, pues resulta evidente que no piensan en absoluto. Los españoles somos muy dados a esta suerte de ironía degradada, por no decir abyecta. Merced a esta estratagema, perviven entre nosotros- quiero decir, entre los españoles- muchas actitudes de todo punto anacrónicas y que sería deseable, en aras del bien común, extirpar para siempre de una puñetera vez.

66 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de este exhaustivo análisis tendré que hacer examen de conciencia porque estaba convencida que de lo mío era la ironía, claro que no la fina, sino esa descafeinada de hacer broma de todo. solo los jueves por la tarde? es que no me viene bien, los lunes sí que estoy de un humor especial. tengo que releerlo. bsos

´´ dijo...

No se , a mi las cosas claras.

Anónimo dijo...

Estoy haciendo introspección y he recordado el comentario de Graciela. por cierto chiqui, dale recuerdos de mi parte y olajá que nos visite pronto.

Recordaba su excelente explicación sobre el concepto de "autoironía". de ésta no habla matemático y reconozco que es con la que me siento identificada. Graciela decía: "la autoironía es uno de los procedimientos lingüísticos mediante los que el hablante se burla de sí mismo, se toma el pelo a sí mismo. Es una ironía no dirigida al interlocutor, sino a uno mismo, por razones muy, muy diversas."

me ha gustado mucho lo de "entre bromas y veras". sdos

Anónimo dijo...

Me parece muy bien la ironía en jueves por la tarde, me va bien; porque así la encontraré en horas laborales, y yo en ese momento estoy muy bien dispuesta para recibirla como dios manda, con mis mejores modales y una sonrisa de oreja a oreja.

Lo malo es combinar ironía con resentimiento, o sarcasmo y resentimiento; o sea, que lo malo es el resentimiento que le suele acompañar, y de un grado de sadomasoquismo poco divertido.

Como francis, prefiero las cosas claras, y las risas abiertas, jaja

Buenas noches a todos. B7s

estrella dijo...

Matemático, no sé si he dicho esto en alguna parte. Tuve un profesor bastante irónico, pero cuando le devolvía la ironía, con una de las mías, se quedaba desconcertado. Un día le pregunté directamente, en frente de su mujer, si entendía mi ironía. La mujer contestó rápidamente: No, nunca sabe si la gente va en serio o en broma. El mismo admitió que lo pasaba mal cuando las cosas no estaban totalmente claras y nunca sabía cómo tomarlo. Esto, una persona que -tanto escribiendo como hablando- era de lo mas irónico.

Usted admitió el otro día que no usaba la ironía sino la exageracion.Entiende usted fácilmente la ironía de otros?

estrella dijo...

Qué pasó con Don Fulgencio, ahora que se nos estaba suavizando va y desaparece. Quizá fuimos demasiado duros con él. El pobre parece no saber mucho de los blogs!

Anónimo dijo...

Gracias, Matemático, por tus observaciones sobre un tema bien complejo.
Te copio la definición de Covarrubias, que me gusta mucho: “Ironía. Nombre griego, es una figura de retórica, quando diziendo una cosa, en el sonido o tonecillo que la dezimos y en los meneos, se echa de ver que sentimos al revés de lo que pronunciamos por la boca”. Como cuando la gente puntúa irónicamente con las manos, dibujando comillas en el aire. Las “pinzas” digitales de la ironía, ya sabes. ¿Y cual es el “emoticono” de la ironía? Quizás < < !! > > Se lo preguntaremos a Graciela, que ha escrito sobre la ironIa, y al resto del grupo.

Anónimo dijo...

La definición de ironía que analiza Matemático, la del diccionario, explica solamente, y solo hasta cierto punto, las ironías más simples y carentes de interés: las que consisten en decir “qué bien” cuando uno quiere decir “qué mal”. Es verdad que en la ironía suele haber significados opuestos o al menos diferentes, pero el fenómeno es mucho más complejo que eso. Según la filosofía del lenguaje actual, se llama ironía al procedimiento comunicativo que consiste en imitar, con intención crítica negativa, lo que otra persona u otras personas dicen, piensan, dirían o pensarían en ciertas situaciones. Esas personas citadas pueden ser conocidas y presentes (por ejemplo, el interlocutor), o un grupo de personas, o la vox populi, o meramente un tonto no identificable. La ironía es cita: en la ironía resuena las evaluaciones, lugares comunes, opiniones de otros, que el ironista critica, a veces despiadadamente, en complicidad con aquellos que, por compartir sus valores, tienen acceso a la ironía y la pueden celebrar, generalmente con sonrisas o risas.

Les pongo un ejemplo. Mi médica es negra, y ahora tengo también una dentista negra. Una conocida mía me sugirió que cambiara de médicos. No dijo nada más, pero todos sabemos que ella jamás se dejaría atender por negros, porque es racista, digamos para simplificar. Yo conté esto a una amiga, y mi amiga me dijo, con su habitual ironía: “Pero claro, ¿cómo es posible que una persona inteligente como tú se pueda fiar de estos pobres negros a los que dejan graduar de médicos por política, no por méritos?”. Al decir eso irónicamente, mi amiga no hacía más que citar las creencias posibles de la mujer, quizá enunciadas en otra ocasión, quizá no, pero muy probables (y compartidas por otras personas igualmente racistas). Ese es un caso típico de ironía. (Noten que la definición del diccionario no sirve en estos casos.) En otras ironías se cita lo que cree la gente, lo que diría una persona ignorante, etc. El ironista se hace el tonto (como Sócrates, y de ahí la palabra “eiros”) pero se siente superior. Quintiliano considera que la ironía es la más excelsa de las figuras, y lo mismo han pensado generaciones de retóricos y filólogos.

El ironista, por creerse superior, desprecia al que cita, y, si el citado es el interlocutor, resulta muy ofensiva, y suele llamarse sarcasmo (ironía agresiva que pretende atacar al interlocutor). La mujer que le dice al marido, que llega medio borracho a la madrugada, “Así que mucho trabajo en la oficina, eh”, es sarcástica porque está repitiendo lo que él le anunció, o lo que posiblemente le dirá o le ha dicho en otras ocasiones, o lo que a él le gustaría decirle, y restregándoselo por la cara. Alguna de las burradas a las que se refiere Matemático, esas cosas que dice la gente y que nadie debería decir, son o intentan ser imitaciones de otras burradas que dicen o podrían decir o pensar otras personas. En la medida en que uno reconozca que hay imitación lingüística e intención negativa, y que el hablante se disocia de lo que dice (no lo dice él, sino que imita a otro), tenemos una ironía. Sin simulación, sin teatro, sin hablar con otra voz, no hay ironía, y esto vale para los casos más simples y para los más sutiles, ya que al ser irónico uno no afirma lo que está diciendo, sino alguna otra cosa implícita.

La hipérbole es muy común en las ironías, es un rasgo típico, especialmente en la lengua escrita, cuando no podemos recurrir a la entonación. Al imitar a otro con intención irónica, exageramos mucho, caricaturizamos a nuestra víctima, para que se note que no es uno el que dice esa cosa estúpida u horrible, sino que se está imitando a otro. El significado irónico es siempre gradual: se puede ser un poco irónico, más o menos irónico, muy irónico. Y por supuesto hay ironías más sutiles que otras. Si en un día de calor espantoso el vecino que quiere ser gracioso dice “Qué frío, eh”, esa es una ironía más bien burda, una mera bromita. Pero hay ironías muy sutiles. Si ustedes leen a Borges, allí encontrarán ironías de todo tipo, algunas sutilísimas. Recuerdo ahora el cuento “El aleph”: gran parte del cuento está dedicada a criticar a ciertos poetas argentinos, con saña, y hasta el aleph, que permite verlo todo, incluso las cartas obscenas de la amada Beatriz (!), puede entenderse como una ironía. Borges, que fue profesor mío de literatura, era irónico con mucha frecuencia, y no una vez por semana, contrariando el modo de vida que nos propone Matemático.

Recordemos que la ironía es el fenómeno contextual por excelencia: sin contexto, no existe, lo que significa que necesito conocer al que ironiza para entender sus intenciones, y compartir con él muchísimos conocimientos y presupuestos. La ironía es siempre complicidad con otro u otros que piensan como uno, y por eso causa placer. Pero cuando falta terreno en común, es fácil malinterpretarla o no notarla. De ahí algunos malentendidos que surgen en este blog (y en todos, supongo, pero este es el único que conozco), donde, con pocas excepciones como Chiqui y yo, nadie sabe quién es su contertulio, ni qué piensa realmente. En una situación así, la ironía tiene que ser más bien tosca o muy exagerada para que se note, y aun cuando está muy marcada, puede tomarse literalmente, o al revés, podemos tomar irónicamente lo dicho en serio.

La comunicación es una aventura que siempre puede salirnos mal, y sin embargo vale la pena.

Anónimo dijo...

Estimado Matemático Demente, me complace mucho leer sus reflexiones sobre la ironía. Los que estudiamos estos temas no logramos que los hablantes no especialistas nos expliquen sus intuiciones o nos describan sus propias prácticas lingüísticas. Si lo hacen, es normativamente, diciendo cómo deben ser las cosas, no como son. Su texto, aunque tiene su lado crítico y prescriptivo (solamente los lingüistas y filósofos del lenguaje no nos quejamos de cómo usa la gente el lenguaje, simplemente los observamos para construir nuestras teorías), su texto, digo, expresa buenas intuiciones y sentido del humor. Gracias.

Anónimo dijo...

Anónimo americano, no puede haber emoticono de la ironía, porque la gracia está en no señalarla nunca explícitamente. Es una comunicación implícita, de sobreentendidos y acuerdos previos entre los que están en el ajo. Fíjate que podemos decir cosas como "hablando metafóricamente, tal cosa", pero no "hablando irónicamente, tal cosa", porque, si la anunciamos, destruimos la ironía. Esto hace que las interpretaciones de la ironía varíen, y más en el caso de la ironía literaria, especialmente la del autor del texto. Yo creo que el Quijote es irónico en cada página, y con diferentes niveles de ironía, y creo que La Celestina también lo es, especialmente cuando se trata de Calisto, que me parece un bobo de quien el autor se burla sin misericordia. Pero nunca podré comprobarlo, supongo. En el caso de otros autores con los que comparto contextos y a los que conozco personalmente, como Borges, me resulta más fácil interpretar sus significados implícitos. Es un juego, un juego que complica la comunicación y la enriquece, creando otros significados simultáneos y a veces incongruentes.

estrella dijo...

Bueno, Graciela...me he quedado boba!, pero no sorprendida. Tu sabes lo que nos reímos cuando estamos juntas y las barbaridades que nos decimos. Con frecuencia sólo necesitamos una mirada...y Leda? Como echo de menos esas veladas. Dile que entre al blog con un seudónimo...no tiene nada que perder y nosotros todo que ganar. Gracias

estrella dijo...

MATEMATICO, EL QUE CUELGA COMENTA...NO SE LE OLVIDE.

estrella dijo...

AMERICANO: nos conocemos?
Gracias por la cita de Covarrubias, mucho más simple y graciosa que la actual.

estrella dijo...

Francesca, yo reconozco que uso la ironía con mucha frecuencia...los americanos tienen mucha dificultad en entenderla, aunque te conozcan y reúna las cualidades que Graciela ha enumerado. Es verdad, en esos casos la claridad es lo mejor.

Por escrito es peligrosa, por eso hay gente que entra al blog y no vuelve...me encuentran agresiva, cuando al otro lado de la pantalla me sonrío cuando escribo (si me pudierais ver)

Como dice Francis: Las cosas claras!

Anónimo dijo...

bueno, qué placer y qué envidia leeros por la mañana. claro que me despierto a las 6.30, tengo que dormir... impresionante descripción de la ironía. me da la sensación que cualquier cosa que diga va a ser una solemne tontería, asi que por ahora baste con demostrar mi admiración.

Francesa, qué divertido! si tú eres irónica los jueves y yo los lunes, podemos jugar a entendernos, que te parece por ejemplo los domingos? el otro día dijiste que hablarías de Deleuze, espero que sea pronto.

vaya! me está entrando complejo de irónica, ahora todo parece sonar a ironía, se pasará? bsos

Anónimo dijo...

hanako, quitate ese complejo ahora mismo!! tú no utilizas la ironía, sí la autoironía y si acaso tienes un sentido del humor raro, obtuso pero bien intencionado!

perdonen que me conteste a mí misma, pero como ahora estoy sola, no me quedaba tranquila sin una respuesta. bsos

Anónimo dijo...

la definición de covarrubias es muy bonita. en cuanto al análisis de graciela, aunque mucho más penetrante y minucioso que el mío, no desdice en nada lo que yo decía. tan sólo quisiera llamar su atención sobre algunos puntos.

en primer lugar, no es cierto que la definición que analizo (aunque mucho menos vistosa que la que nos da anónimo) dé cuenta tan sólo de las ironías más simples y carentes de interés. me parece una definición canónica que da cuenta
de todas las ironías posibles. esto tiene que ver con lo que yo decía de que, en muchos casos, se toma por ironía lo que no lo es propiamente o no lo es lo es en modo alguno. el hecho de que se confunda la ironía con cosas que no lo son, aunque se le parezcan, es lo que hace parecer oscuro o enrevesado un asunto que no lo es particularmente. no es ironía, por ejemplo, la autocompasión y, sin embargo, quienes la practican pretenden a menudo hacerla pasar por tal. denigrarse o hacerse de menos a sí mismo, en tono burlón y como si se tratase de una broma, cuando lo que se pretende es adelantarse al juicio de los demás con un propósito defensivo, no puede ni debe ser considerado propiamente como ironía. tampoco puedo tomar como irónicas las declaraciones simplemente estúpidas, cuando el que las formula se complace y regodea de forma evidente en formularlas. la ironía, en tales casos, no es más que un pretexto para revolcarse en la propia abyección, y por lo tanto, tales declaraciones se me aparecen como meramente abyectas. en cuanto a lo de la hipérbole... es un asunto que me interesa mucho y quisiera tratar más despacio... en todo caso, reitero lo dicho de que muy a menudo se toman por irónicas declaraciones que no lo son en absoluto en el ánimo de quien las formula, por el mero hecho de que parecen exageradas, chocantes o fantásticas. yo ponía el ejemplo de sócrates, pero es evidente que no la he convencido, pues que se empeña en decir que "se hacía el tonto". es verdad que bromeaba a menudo y que se burlaba pero no se hacía el tonto en lo esencial. o, en todo caso, se hacía el tonto con tal seriedad y convencimiento que se dejó matar por ello (igual es que era tonto, a secas). y sin duda debe de haber otras muchas formas de la ironía que lo son sólo aparentemente y que no se me ocurren ahora mismo...

yo dejaba de lado un aspecto que usted saca a colación y que es, en efecto, esencial, a saber: el aspecto teatral o histriónico de la ironía, en cuanto remedo o imitación burlona de aquello que se pretende atacar. es muy cierto y, por este motivo, la ironía se degrada en alguna medida- siempre desde mi punto de vista, que no es meramente prescriptivo, como usted dice, sino abierta y desvergonzadadamente moralizante- cuando se practica tan sólo entre aquellos que "están en el ajo" y pueden reirnos la gracia y no frente a aquellos contra quienes, en teoría, se dirige. en tal caso- que es quizá el más frecuente- la ironía acaba siendo poco más que un chiste o una broma inofensiva para regocijo de nuestros acólitos. el recurso a la ironía es, ciertamente, muy tentador, porque, como usted bien dice, parece como que nos eleva por encima de los demás mediante el más barato de los procedimientos, a saber, el de imitarlos de forma burlona. por este motivo, lo más lamentable que le puede suceder a un irónico es tener que apearse de su ilusorio pedestal para- mostrando con fingida inocencia sus manos vacías- explicar a sus no menos ilusorias víctimas que “sólo hablaba de forma irónica”.

salud.

Anónimo dijo...

este blog se va a pique, doña chiqui... francesca no se manifiesta respecto al gato, don brevemente está de vacaciones- en tanto que hanako permanece- y, para acabar de arreglarlo, usted está cada vez más vaga y ni siquiera ha puesto usted fotos a mi comentario...

don don fulgencio, ¿dónde estás?

Anónimo dijo...

les pongo otro ejemplo- que se me acaba de ocurrir- de falsa ironía:

"igual si doña graciela nos contase algún cotilleo sobre borges conseguíamos levantar esto".

en efecto, sucede a menudo que, por discreción, acabamos diciendo irónicamente y como en broma, lo que, en verdad quisieramos decir abiertamente y a las claras.

salud.

Anónimo dijo...

mmmmmmmmmm ya, pero me estoy quitando. estoy leyendo unos bonitos artículos sobre curar las adiciones (tengo varias) y en cuanto surtan efecto, ya verás, ya.

una noticia matemático (sin ironía) que a lo mejor no sabes: han pillao al "solitario". ala toma esa!!. perdonen la broma que no viene a cuento, pero se la debía.

fotos irónicas, difícil tarea te ha tocado chiqui. sdos

Anónimo dijo...

"adicciones" que si no no se entiende... las adiciones son otra cosa me parece

Anónimo dijo...

Muchas gracias matemático y muchas gracias Graciela, impresionante su escrito¡ lo he entendido!


Enhorabuena, chiqui, qué nivelazo tienen los contertulios. No deje de cuidar el blog, merece la pena. Si necesita ayuda seguro que no le faltará.

estrella dijo...

MATEMATICO Y GRACIELA, buenos contrincantes!

Efectivamente, Grillo, el nivel está por las nubes...quién cierra un blog con semejantes participantes. Ayuda?...anímate.

estrella dijo...

por este motivo, lo más lamentable que le puede suceder a un irónico es tener que apearse de su ilusorio pedestal para- mostrando con fingida inocencia sus manos vacías- explicar a sus no menos ilusorias víctimas que “sólo hablaba de forma irónica”.

Matemático, me doy por aludida. Voy a ver si le encuentro un dibujito bajándome del pedestal...para ponerlo contento. Que irónico, quién habría dicho que le importan tanto esas frivolidades!

Anónimo dijo...

http://www.elmundo.es/elmundo/muestra_foto_grande.html?foto=/elmundo/imagenes/2007/07/20/1184948987_g_0.jpg&alto=459&ancho=364&md5=1d34260695497969885136b5474c42ad

¿Esta foto vale para ilustrar la ironía o son ustedes monárquicos?

Anónimo dijo...

Un enlace interesante-- un blog sobre el libro, las artes editoriales, etc.
http://weblogs.madrimasd.org/futurosdellibro/

estrella dijo...

Ya, anónimo madrileño. Yo no soy monárquica...no puedo hablar por el resto, pero intento ser original y esa foto ya está muy vista. Gracias por mandarla.

estrella dijo...

EL BLOG QUEDA ILUSTRADO. SI ALGUIEN TIENE ALGO MEJOR, MAS IRONICO, QUE LO MANDE!

DON FULGENCIO? POR AHI LO LLAMAN!

Anónimo dijo...

La ironía del caso es que todos han salido ganando:

- El censor que censura y puede seguir haciéndolo cuando quiera.
- La revista que ve incrementadas sus ventas.
- La momarquía, que seguirá existiendo mientras alguien no tenga un par de... para acabar con esa absurdez.

Y lo más irónico de todo es que el chiste era cierto. En fin, qué país!!

Unknown dijo...

La verdad es que lo hacéis muy bien, el jugo que le habéis sacado a la ironía.
Yo nunca me había parado a pensar todo eso.
Simplemente me parece que "la ironía" es un recurso del lenguaje hablado de lo más socorrido y de lo más común, de hecho hablando nadie es "literal" cien por cien, sonaría muy raro y muy aburrido. Yo creo que ya sea con toques de humor, con sarcasmo, con socarronería, con doble sentido, con metáforas...con todo tipo de argucias que no se si se incluyen en el término ironía o no, todo el mundo adorna su discurso en más o menos grado.
Pero me habeis dejado impresionada, he caido en un blog de expertos que realmente intimida un poco.

Unknown dijo...

Anónimo americano, muy interesante la página que mandas.

Para mí nada comparable al placer de leer un libro en papel, pero la verdad es que la consulta profesional es ahora increiblemente más rápida, eficaz y cómoda. Reconozco sin ningún reparo que cambié hace tiempo mis suscripciones a revistas por otras on line y la mejora es sustancial, amén del sitio del que dispongo ahora en las estanterias de casa.

Me gusta leer, pero los libros ya leídos no son más que un nido de polvo del que no tengo reparo en prescindir aunque suene a barbaridad. El espíritu práctico y mi minipiso me han hecho así.

Anónimo dijo...

que no, que no, prozac! espero que nunca nos intimide el blog y sus participantes. cada cual sabe de lo suyo y algunos no sabemos ni eso. pero siempre digo lo mismo: no me interesa lo que sabes sino quien eres. y eso es lo que me gusta de las explicaciones de Graciela y matemático y de los demás en general, no exponen los temas para demostrar lo que saben, lo hacen para compartir, dialogar... y a mi me da igual si lo que digo después es una chorrada o no, intento aportar algo a la conversación como hacemos todos, no?

hay que perder el miedo a decir cosas, lo importante es no dejarlas en el tintero, ahí no hacen nada. bsos

Anónimo dijo...

¿Expertos?!!!! No sea irónica abyecta, doña o don Prozac, que aquí nadie es experto en nada, y por eso hablan tanto. Los verdaderos expertos a estas horas de la tarde están trabajando en sus despachos, bibliotecas y laboratorios o tomándose unas cañas con sus colegas.

Aquí estoy, aquí estoy, doña Chiqui. Volví al blog con la mejor buena voluntad no abyecta, después de un régimen para purificarme de la mala leche. Es un régimen abyecto, líquido, a base de infusiones de cicuta diluida en miel de las abejas del Himeto, y me dejó razonablemente y también abyectamente higienizado, pero al abrir el blog me salió una entrada kilométrica de don Matemático Demente, y pese a mi temple y fortaleza, diome tal pánico y tan abyecto, que eché a correr, hui, fugueme, y después me entregué a una frenética mala leche de la que he querido librar a todos ustedes, quedándome en silencio.

No he hincado el abyecto diente en las elucubraciones de don Matemático, ni pienso hacerlo. He leído lo demás, sin embargo, y otra vez he lamentado la abyecta verborrea que aflige a todo aquel que cree tener algo que decir a los demás, los ejemplos penosos con que ilustran sus ideas, la abyecta facilidad con que simplifican todo, las palabras raras y relamidas que usan y lo mal que emplean los signos de puntuación. Pero nunca descarto las buenas intenciones de la gente, y menos las suyas, doña Chiqui, aunque sospecho que se ríe usted de mí, lo cual non mi frega niente, confieso. Yo seguiré echando margaritas ad porcos, si es necesario. Un antepasado mío, don Ray Radrágaz de Ramáraz, fue cruzado templario, y creo que algo de su valor y nobleza he recibido por los medios genéticos habituales.

Quedo a sus gratas órdenes, y lo mismo digo de mi gato Fulgencio, que en este momento saborea una cucaracha.

Anónimo dijo...

Somos tan raros, y difíciles de contentar, que a todo le buscamos la pega. Si nos hablan con tintes de humor, en seguida pensamos que no nos toman en serio, o que intentan tomarnos el pelo; que nos hablan en serio, haga frío o calor, en seguida sospechamos que quien habla está de mal humor o que intenta vendernos la moto.

La cuestión es si las cosas pueden significar tantas cosas distintas, como decía Alícia; o si empatizamos con el otro; o, como decía H. Miller, llegar a emborracharse, pero con agua del grifo.

Besos

Anónimo dijo...

don Fulgencio, ay!! que le quería preguntar una cosa, ay!! pero ya si eso lo dejo para otro momento.

Anónimo dijo...

Hanako, no diga ay de esa manera que se me ponen los humores ardorosos.

Anónimo dijo...

es que no sé cómo escribir el gesto de esquivar los golpes, asi que los recibo gustosamente y me duelo

Anónimo dijo...

ay!!! se lo dedico a sus humores. Me voy a la calle, parece que no he conseguido atraer su atención, caballero. ayy!! (este era un suspiro, de alivio???)

estrella dijo...

Pero Don Fulgencio, creía que ya se había apaciguado. Ahora llega y me asusta a Hanako...con lo valientemente que aconsejaba ella a Prozac (señora, tres veces casada) muy liberada y que nos da empujones a los cobardicas del blog, yo) En fin una caricatura lo que acabo de hacer!. Dónde demonios vive usted. Ese gato encuentra unas comidas bien exóticas( es esto una ironía, ahora estoy hecha un lio). La mía no pasa de una hormiguita o un mosquito.
La dedico el siguiente poema, alégrese:

Sucede que me canso de ser hombre./
Sucede que entro en las sastreríasy en los cines/
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro/
Navegando en un agua de origen y ceniza./
El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos./
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,/
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,/
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores./
Sucede que me canso de mis pies y mis uñas /
y mi pelo y mi sombra./
Sucede que me canso de ser hombre./
Sin Embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado/
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja./
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde/
y dando gritos hasta morir de frío
No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,/
vacilante, extendido, tiritando de sueño,/
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,/
absorbiendo y pensando, comiendo cada día./
No quiero para mí tantas desgracias./
No quiero continuar de raíz y de tumba,/
de subterráneo solo, de bodega con muertos/
ateridos, muriéndome de pena./
Por eso el día lunes arde como el petróleo/
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,/
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,/
y da pasos de sangre caliente hacia la noche./
Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,/
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,/
a ciertas zapatería con olor a vinagre,/
a calles espantosas como grietas...

PD. No sean quejicas, no me sale todo el texto entero.

estrella dijo...

MATEMATICO,el poema fue inspirado por usted y su uso del “sucede” que tanta gracia me hace.
Aquí tienen el enlace del ensayo de nuestro querido Ronaldo Grabielli (el enlace de su blog está en la primera página http://www.letras.s5.com/pn290405.htm

Anónimo dijo...

Chiqui, gracias por el abyectísimo poema de Neruda. Es de mis preferidos.

Me echaría a la calle a pedir disculpas a Hanako, pero no sé cómo reconocerla ni tampoco de qué pedirle disculpas. Por lo tanto me quedo aquí donde estoy, tomando mi copetín del atardecer en la abyecta ciudad de Madrid, donde hay más ruido que en los abyectos infiernos.

estrella dijo...

DON FULGENCIO, "le dedico", ME EQUIVOQUE, no soy laista , leista...ni loista, soy lista pero no estoy lista…

Anónimo dijo...

De común acuerdo conmigo mismo decido que ya está bien de la maldita mil veces palabra abyecto, y que no ensuciaré más las yemas de mis dedos tecléandola. Se le devuelvo a Matemático, a quien pertenece. Ha sido un placer, don Matemático, como siempre.

Anónimo dijo...

y por qué me tiene que pedir disculpas don Fulgencio? asustarme? ay!! (este es por el calor) cuantas preguntas sin respuesta aparente... es que me tenía que ir a la calle. creo que ya estoy un poco curtida en estos fueros y no me amilano tan facilmente, o sí? me pondré a prueba a ver: yo es que quería preguntarle a don Fulgencio, nada por hablar, se me ha ocurrido así de repente, que qué opina sobre la ironía...

(he encontrado una cosa bien interesante sobre la ironía como recurso filosófico: la razón irónica. esto lo dejo aparcado de momento.) sdos

Anónimo dijo...

y hablando de todo un poco (cuantos frentes abiertos!!) grillo, deja de hacer cri, cri, cri ("muchas gracias, gracias" en el lenguaje de los grillos según el traductor de google) y suelta algo, algún día hay que empezar, no?

me olvido de alguien?

estrella dijo...

HANAKO, ME TIENES OLVIDADISIMA....

estrella dijo...

MANDAME MAS FOTOS DE LOS GATITOS, A VER SI ENGATUSAMOS A FRANCESCA!

Anónimo dijo...

pero cómo te voy a olvidar chiqui?? si estoy en tu casa todo el día metida. (pero me estoy quitando, jajaja) son estos caballeros, que me distraen...

hoy no está matemático asi que mañana si eso le pregunto si tiene alguna más reciente. el otro día me quedé sin pilas en la cámara. bsos

estrella dijo...

SUCEDE QUE...encontré hoy un blog de un señor, interesantísimo, que me recuerda a Matemático; ya sabemos que no es él. Matemático anda por los treinta, dijo en una ocasión! Esto es para mis amigas…que no se hagan ilusiones. Tengo muchas amigas que leen y las señoras no tienen nada que decir!

Anónimo dijo...

¿Que qué opino yo sobre la ironía? Nada. Señora Hanako, con todo lo que han dicho los sabios en este blog, creo que la mejor opinión es el silencio. Yo soy un irónico silente, máxima manifestación de la ironía sutilísima. Sé practicar el silencio, sé observar y seguir tomando mis copetines, mientras el gato sacude la cola a mi lado y piensa en lo que va a hacer por la noche, cuando salga al tejado. Nada original, pero peor sería que escribiera.

Anónimo dijo...

Ay hanako, gracias por animarme.

... Ah y si te has olvidado de alguien no te apures que ya me acuerdo yo.

Besitos

¿Cual era el tema del día?

Anónimo dijo...

Pues no, Pater Pencho, no.
¿Que demonios es ironía silente? Porque con el silencio podemos demostrar admiración, respeto, reprobación, miedo, bueno mil cosas, pero precisamente ironía no me cuadra, quizás en el lenguaje de los sordos, pero usted no parece sordo ¿o sí?

Por cierto ¿que le pasa al blog de Verdú? No puedo entrar ¿Se lo han secuestrado también, Grillo?

estrella dijo...

Anónimo Madrileño. Aquí tiene el enlace del amigo Verdú. Saludos



http://blogs.elboomeran.com/vicente_verdu/

Anónimo dijo...

Si ya lo tengo, pero anda hoy muy raro, estarán en obras.
Lo dejo para mañana, gracias Chiqui

Anónimo dijo...

Una ironía silente es un disparate, a ver si espabila, Anónimo.

Anónimo dijo...

una respuesta la suya tan respetable como otra cualquiera, don Fulgencio. pero da poco juego, no le parece? ahh! por favor apeeme del tratamiento de señora, ni lo soy ni quiero serlo, cuando me dicen eso me da la sensación de echarme 10 años encima de golpe y eso no hay cutis que lo resista.

grillo, que cual es el tema del día?? jajaja, anda ya! ya estás espabilao, no te hagas el tonto. toc toc toc (ligero y suave toque en la antenita izquierda): no me olvido de alguien, y tu dices que te acuerdas, me lío: hablamos de lo mismo?

en fin, buenos días!!

Anónimo dijo...

Pues sí, lo de la “ironía silente” tampoco lo entiendo yo (si ironizar es "citar" como dice Graciela, no sé cómo se cita silenciosamente (sunque parece haber una especie de silencio compartido –lo que no se dice, pero se entiende muy bien-- en toda locución irónica: ese “contexto” compartido que no es necesario enunciar. Graciela, ya que has pensado mucho sobre el tema, ¿no podrías relacionar el silencio y la ironía?

Anónimo dijo...

me ha interesado mucho la no-opinión de don don fulgencio sobre la ironía. nunca se puede estar seguro de estas cosas, claro está, pero creo no hacerme ilusiones si digo que le he entendido perfectamente. le agradezco, asimismo- por más que él no llegue a saberlo nunca-, que no me lea ni borracho (pues, en caso contrario, es decir, si supiese que escruta mis torcidos renglones con un mínimo interés, me sentiría coartado y como acoquinado y, finalmente, no sería ya capaz de soportarlo y no tendría más remedio que arrojar la pluma y darme a la bebida) y espero seguir disfrutando en el futuro de sus agudos no-análisis y observaciones sólo aparentes sobre los más diversos asuntos. en cuanto a la abyección, sin duda él sabe mucho más sobre eso- como sobre casi todo lo demás- de lo que yo pueda llegar a saber nunca, de modo que le concedo gustoso la última palabra, y aun la primera y la segunda y así sucesivamente. le concedo, en suma, todas las palabras. que él se lo diga todo y nos lo diga a los demás, que aguardamos sus comentarios como agua de mayo y le escuchamos como quien oye llover.

salud.

Anónimo dijo...

como no creo que valoren como merece a este genio del no-pensamiento, quisiera llamar su atención sobre uno de sus párrafos más característicos: "no he hincado el abyecto diente en las elucubraciones de don matemático, ni pienso hacerlo. he leído lo demás, sin embargo, y otra vez he lamentado la abyecta verborrea que aflige a todo aquel que cree tener algo que decir a los demás, los ejemplos penosos con que ilustran sus ideas, la abyecta facilidad con que simplifican todo, las palabras raras y relamidas que usan y lo mal que emplean los signos de puntuación". hasta los más renuentes de entre ustedes habrán de reconocer que el disfraz de ama dominante le sienta a don don fulgencio que ni pintiparado. me lo imagino embutido en un maillot de cuero negro, con las tetas al aire- pues para mí don don fulgencio tiene tetas, soy así de raro-, blandiendo un látigo de siete colas mientras apostrofa con tales dicterios a una temblorosa recua de blogueros... y casi tengo un amago de erección. ¡qué soberbia magnífica! ¡que extraordinario dominio de la situación! fíjense en que don don fulgencio, como la dominatrix, no da mayores razones de la animadversión que le merecemos. presupone nuestra abyección y no se digna explicarnos qué hemos hecho mal ni en qué nos hemos equivocado: eso sería una concesión imperdonable, pues, siendo malos por naturaleza- y sabiéndolo-, ¿qué necesidad hay de que nos vuelvan a explicar por qué merecemos ser castigados? aun cuando se dignase explicárnoslo, el motivo no pasaría de ser un pretexto circunstancial para lo único que importa: el castigo... ni siquiera le falta a la marimandona- como a los malvados de las películas de james bond- el complemento un gato despiadado que se desayuna con cucarachas y se merienda con murcielagos...

tan sólo una duda me asalta. ¿y si don don fulgencio no estuviese fingiendo para nuestro deleite, como la dominatrix? ¿y si fuese gilipollas de verdad?

Anónimo dijo...

Para una vez que no me doy por aludida en el comentario de otro, vas y me lo recuerdas, matemático. lo leí e intenté tirarle (suavemente) de la lengua pero no hubo forma. luego me enfado con don Fulgencio si eso es que ahora no tengo tiempo.

Por cierto, me has saltado como siempre??? pues nada, que eso. bsos

Anónimo dijo...

Para seguir con la ironía: sucede que desde la antigüedad se la ha considerado una actividad intelectual masculina, de la que son incapaces las mujeres, seres demasiado apasionados y poco cerebrales. Les copio una opinión típica:


L’espèce de gens à qui l’ironie est antipathique éclaire aussi sa nature. Ce son les femmes et le peuple. Le peuple ne comprend pas l’ironie; la femme non plus. Le peuple voit sous l’ironie un orgueil de l’intelligence, une insulte à Caliban. Quant à la femme, elle est peuple par son incompréhension et par son mépris de l’intelligence… La femme est surtout una physiologie et une sensibilité, non un cerveau. L’ironie, attitude de cérébral en qui s’affirme le primat de l’intelligence sur le sentiment, lui est suspecte et antipathique. La femme est et reste un être passioné dans sa chair et dans ses nerfs.

Georges Palante, “L’ironie; ètude psychologique”.


Palante (1862-1925) fue un filósofo francés, discípulo de Schopenhauer, marxista.

Anónimo dijo...

Anónimo, me pregunta si puede haber silencios irónicos. Sí. Para empezar, hay situaciones en que no hablamos pero nos comunicamos con toda claridad mediante gestos. Si, por ejemplo, al oír hablar al presidente de Estados Unidos aplaudo con gran entusiasmo, sin decir nada, el aplauso es irónico para cualquiera que me conozca. La cita, aquí, es cita gestual: repito un gesto, el aplauso, que se usa normalmente para celebrar con aprobación algo, pero lo aplico a una situación en que, por el contrario, no quiero aprobar sino condenar. Incluso, en el contexto adecuado, yo podría estar imitando a las personas que aplauden al presidente como abribocas y extendiendo mi desprecio a todas ellas.

Sin gestos, solamente con silencio, podría haber ironía si el interlocutor supiera exactamente qué pensamos, y nuestra cara de piedra fuera toda una declaración de opiniones. Esto puede pasar también, pero los silencios exigen muchísimos acuerdos con los interlocutores, y desde el punto de vista del éxito de la comunicación, son más arriesgados. Ya la ironía verbal, por sí misma, es un modo arriesgado de comunicarse, porque transmite significados implícitos, es algo que uno no dice literalmente (y por eso podemos luego negar que la hemos usado). Desde un punto de vista económico, la ironía nos da ganancias comunicativas que compensan el riesgo que asumimos al emplearla. Los hablantes siguen le ley del menor esfuerzo, y cuando se complican la vida y recurren a métodos complicados, esperan otros beneficios.

estrella dijo...

Graciela, Palante te vería como un objeto raro que requeriría investigación. Mon dieu! Yo siempre pensé que eran las mujeres las que ejercían la ironía…especialmente en silencio.

Anónimo dijo...

Matemático: por supuesto tengo tetas, y usted también, buen hombre, usted también. Descúbrase los pechos y mírese al espejo. Verá sus tetas, con pezones y pelillos. A medida que envejezca, crecerán y las verá mejor.

Es una suerte que la naturaleza nos vede a usted y a mí usar nuestras tetas para amamantar a nuestros vástagos. Con mi mala leche y sus escasas luces, las pobres criaturitas estarían condenadas a una vida miserable. Por lo menos yo sé que tengo tetas, desde temprana edad y no con poco fastidio, ya que todo lo innecesario y estúpido me exaspera. En cuanto a su ignorancia, pues nada, hombre, disfrútela. Dedíquese a criar gatines y a imaginar rollos masoquistas, eso le va muy bien.

estrella dijo...

DON FULGENCIO...se me está pasando. Usted también MATEMATICO. Aquí ya no hay ironía hay sarcasmo y como dicen en mi tierra mala follá. Don Fulgencio, matemático hace más de un año que lo sigo y persigo para mi blog. Usted también tiene ingenio pero esto no se puede permitir entre personas civilizadas. No quiero perder a ninguno de los dos, pero me temo que voy a ejercer la censura si es necesario. Lo de la libertad de expresión no les va a valer aquí. Compórtense como hombres que son y resuelvan esto a puñetazos...creo que los dos viven en Madrid , ¿no?. Por lo menos pínchense las ruedas de los coches, mutuamente.
Primer aviso!

Anónimo dijo...
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