No sé cuándo empecé a notar que Soledad buscaba mi compañía; no hace mucho. Tenía que quitármela de encima, ¡con lo ocupada que estaba yo! Empecé enseñándole un poco sobre cerámica, pintura, jardinería… pero esta endemoniada no tenía saciedad… todo se lo tragaba y en unos meses pedía más. La literatura la había tenido entretenida pero ahora no le bastaba, es más, le aburría. Recurrí a las piedras, sus cualidades, colorido, dureza… le advertí sobre la adulteración por la que pasan las piedras en estos duros tiempos … Pasé a inspirarla en el diseño… eso la tendría absorta, ¡quién sabe cuánto tiempo! Le hice componer cientos de collares, cada cual con su personalidad… Pero la ladrona se empezó a aburrir y, sin que yo me diera cuenta, repetía ciertos patrones y colores, hasta que ella misma se cansó y renegó de ellos.
Me sigue y me atosiga…
He intentado recordar cuándo demonios se coló en mi vida.
Pudo ser cuando mis hijos se marcharon a la universidad. Quedaron dos dormitorios libres, el frigorífico lleno de comida que nadie aprovechaba. El silencio de la casa la pudo conquistar. Pero no, lo que le gustaba a esta maldita era estar conmigo. Yo, demasiado ocupada para hacerle caso: tantos estudiantes, una nueva casa en Chicago que absorbía mi poco tiempo libre… veranos, inviernos, primaveras.
Cuando menos lo esperaba volvimos a Boston. Nuevos proyectos: otro jardín… cortinas, colores en las paredes…¡Tanto cuadro que colgar! Las piedras, los collares… Dejé de enseñar y empecé a trabajar en casa.
¡Ah!, eso es lo que la traidora estaba esperando para hacerse por completo conmigo… Ahora la ignoro, la espanto, la maldigo, la empacho y emborracho.
Esta descarada puede con todo, nunca me dejará.
Anoche buscaba unos documentos que necesito para finalizar el proceso de mi nacionalidad estadounidense. Entre ellos aparecieron fotos de hace años; los tiempos en que no conocía a Soledad… ni rastro de ella. Un antiguo cuaderno salió de una de las cajas. Era del primer año en la Facultad - en la Complutense - un cuaderno de apuntes. Hojeándolo vislumbré entre las páginas una letra que no era mía. Me detuve en esas páginas; parecía que en una clase, algún compañero (seguro que era un chico) había usado mi cuaderno para matar su aburrimiento. Me hacía preguntas, yo le contestaba escuetamente y no muy interesada en el juego:
- ¿En qué piensas?
- ¿Qué quieres ser?
- ¿Qué te importa?
- ¿Qué esperas de la vida?
- ¿Tu primer pensamiento al despertarte?
- ¿Tu último al acostarte….?
Y entonces…
- ¿Qué te entristece?
- “La soledad”
- ¿De quién? ¿de todos?
- “Soy muy egoísta… La mía”
- ¿Esperas salir de ella? ¿Cuándo?
- “Lo intento todos los días”
Estas respuestas de hace más de treinta años me han desconcertado. No recuerdo - ni puedo imaginarme - que a esa edad ‘temiera a la soledad’. Siempre fui una niña alegre; una adolescente con éxito: lo que hoy llamaríamos ‘popularidad’. Una familia que me quería. Ese año en la facultad disfruté hasta el máximo de la experiencia…
¿De dónde salieron aquellas respuestas? Las únicas autenticas del ‘tonto juego’ que ocupó tres folios de mi cuaderno de apuntes en 1974.
Why doesn’t Soledad leave me alone?
Me sigue y me atosiga…
He intentado recordar cuándo demonios se coló en mi vida.
Pudo ser cuando mis hijos se marcharon a la universidad. Quedaron dos dormitorios libres, el frigorífico lleno de comida que nadie aprovechaba. El silencio de la casa la pudo conquistar. Pero no, lo que le gustaba a esta maldita era estar conmigo. Yo, demasiado ocupada para hacerle caso: tantos estudiantes, una nueva casa en Chicago que absorbía mi poco tiempo libre… veranos, inviernos, primaveras.
Cuando menos lo esperaba volvimos a Boston. Nuevos proyectos: otro jardín… cortinas, colores en las paredes…¡Tanto cuadro que colgar! Las piedras, los collares… Dejé de enseñar y empecé a trabajar en casa.
¡Ah!, eso es lo que la traidora estaba esperando para hacerse por completo conmigo… Ahora la ignoro, la espanto, la maldigo, la empacho y emborracho.
Esta descarada puede con todo, nunca me dejará.
Anoche buscaba unos documentos que necesito para finalizar el proceso de mi nacionalidad estadounidense. Entre ellos aparecieron fotos de hace años; los tiempos en que no conocía a Soledad… ni rastro de ella. Un antiguo cuaderno salió de una de las cajas. Era del primer año en la Facultad - en la Complutense - un cuaderno de apuntes. Hojeándolo vislumbré entre las páginas una letra que no era mía. Me detuve en esas páginas; parecía que en una clase, algún compañero (seguro que era un chico) había usado mi cuaderno para matar su aburrimiento. Me hacía preguntas, yo le contestaba escuetamente y no muy interesada en el juego:
- ¿En qué piensas?
- ¿Qué quieres ser?
- ¿Qué te importa?
- ¿Qué esperas de la vida?
- ¿Tu primer pensamiento al despertarte?
- ¿Tu último al acostarte….?
Y entonces…
- ¿Qué te entristece?
- “La soledad”
- ¿De quién? ¿de todos?
- “Soy muy egoísta… La mía”
- ¿Esperas salir de ella? ¿Cuándo?
- “Lo intento todos los días”
Estas respuestas de hace más de treinta años me han desconcertado. No recuerdo - ni puedo imaginarme - que a esa edad ‘temiera a la soledad’. Siempre fui una niña alegre; una adolescente con éxito: lo que hoy llamaríamos ‘popularidad’. Una familia que me quería. Ese año en la facultad disfruté hasta el máximo de la experiencia…
¿De dónde salieron aquellas respuestas? Las únicas autenticas del ‘tonto juego’ que ocupó tres folios de mi cuaderno de apuntes en 1974.
Why doesn’t Soledad leave me alone?
Oleo de Nick Patten
55 comentarios:
Hablar, sentir la soledad como algo triste, negativo, no deseado....
Yo creo que hay soledad y soledades. Hay soledad tuya y soledad compartida. Se puede estar/vivir sólo y sentirte "muy acompañado" y estar acompañado y sentirte tremendamente solo.
Como suele, las referencias que tengo sobre la soledad son las mias, y de ella puedo hablarte. En mi caso a algunos amigos/as les suelo decir, cuando entienden que "detectan" algo, que no tengo conciencia de ello, que me encuentro estupendamente conmigo, con quien no discuto, no discrepo. La soledad de afectos, de continuados silencios, la soledad "de uno", "interna", seria otra cosa, pienso yo.
Y salir de la soledad implicaria estar en ella: es obvio. Y cuando como parece ser tu caso, estas llena de valores, bueno no se, no te conozco, segun se deduce de lo que cuentas, que al parecer no te satisfacen... habria que buscar otras causas. Al menos que la soledad sea soledad de silencios, de indiferencias... estariamos hablando de otra cosa.
Temer a la soledad a edad tan temprana... me sorprende. A lo mejor, las circunstancias "tus circunstancias" hayan derivado en una soledad forzada. Me despista tu premonición.
¿No será insatisfacción mas que soledad, chiqui?
Me parece que me he extendido demasiado.
Chiqui siempre pensé lo siguiente:
Venimos a este mundo en una soledad inexorable.O sea, la soledad es una especie de fantasma squater vitalicio dentro nuestro.
Pero:
Hay ciertos inquilinos que la mantienen a raya, a veces hasta hacerla casi imperceptible.En mi experiencia de vida dichos inquilinos son: el amor,dado o recibido, en minúsculas o mayúsculas, y una pasión por la que sientes que vives; en mi caso mi trabajo, ya sabes.
Más no conozco; desalojarla, imposible.
Si, Adriano, es un creer popular ‘estar a gusto solo y solo en compañía’. Nos ocurre con frecuencia. Gracias por tu intento de sicoanalizarme…que ya me lo hago yo a mi misma con frecuencia. La anécdota de esta narración no es tanto la soledad en si sino el haber olvidado durante tantos años que ya, a una temprana edad, temiera ese sentimiento. No recuerdo haberme sentido sola en aquella época.
Llevas razón, la soledad puede ser triste, pero - con frecuencia - la he buscado y la sigo buscando. La necesito. La incomunicación, la falta de entendimiento con otros (no la indiferencia) pueden aislarte y traer ese otro tipo de soledad que puede ser temible. Tampoco creo que sea lo que describo aqui.
Amalia, nos hemos cruzado. Fundamental. Yo no podría decir lo mismo de mi trabajo, aunque haya disfrutado de todo lo que he hecho en mi vida, y en el momento en que lo hago parezca que nací para ello. Gracias
A mi me encanta la soledad. Cuando te haces a ella y disfrutas de su compañía la acabas buscando. Es un refugio que se llega a hacer imprescindible para no ahogarte.
Claro que yo no hablo de la soledad impuesta porque afortunadamente la desconozco, supongo que esa debe ahogar tanto o mas que su ausencia.
Pero es que yo creo que debes luchar por tener lo que quieres tener, cueste lo que cueste. Y si no quieres tanta soledad busca resortes para combatirla. Ya se que es muy fácil decirlo y que a veces es misión casi imposible cambiar tu realidad pero darse por vencido... nunca.
Pero Prozac, por qué crees que expresé tan rápida y espontáneamente, en ese juego, mi temor a la soledad...sigo sin entenderlo.
Sabes que estoy pensando ir a Buenos Aires, quién sabe cuándo, a visitar a Leda. Me dicen que los sicoanalistas cobraban 15 dólares la hora (aquí $150) Así que el día que la visite me voy a sicoanalizar; a ver si llegan a ese lugar hondo de mi psique donde yo no llego.
Esto va 'medio' en broma, eh... Estoy de acuerdo con Amalia cuando habla de la imposibilidad de expulsarla.
La verdad, Prozaz, esta pregunta que te hago se la tendría que hacer a mi prima que es la que me conoce, no sólo personalmente sino muy bien. Pero… aventúrate y dime.
Sé que te gusta Lope.
A MIS SOLEDADES VOY...
(De "La Dorotea")
A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.
No sé qué tiene el aldea
donde vivo y donde muero,
que con venir de mí mismo,
no puedo venir más lejos.
Ni estoy bien ni mal conmigo;
mas dice mi entendimiento
que un hombre que todo es alma
está cautivo en su cuerpo.
Entiendo lo que me basta,
y solamente no entiendo
cómo se sufre a sí mismo
un ignorante soberbio.
De cuantas cosas me cansan,
fácilmente me defiendo;
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio.
Él dirá que yo lo soy,
pero con falso argumento;
que humildad y necedad
no caben en un sujeto.
La diferencia conozco,
porque en él y en mí contemplo
su locura en su arrogancia,
mi humildad en mi desprecio.
O sabe naturaleza
más que supo en este tiempo,
o tantos que nacen sabios
es porque lo dicen ellos.
«Sólo sé que no sé nada»,
dijo un filósofo, haciendo
la cuenta con su humildad,
adonde lo más es menos.
...............
Es largo, dejo aquí el link:
http://www.albalearning.com/audiolibros/lope_amissoledades.html
Pero Chiqui, comentarios como ese a esa edad y encima "jugando" con un chico yo creo que carecen totalmente de importancia y sobretodo no son premonitorios en absoluto.
Dirías eso para hacerte la interesante o para vacilarle un rato al muchacho ya que tu misma reconoces que no era esa tu realidad ni tu temor en ese momento.
Cuando eres joven te tomas pocas cosas en serio. O mejor dicho, te permites frivolizar con conceptos que te resultan ajenos pero nombrarlos te hacen aparentar madurez (soledad, vejez, fracaso...que ni intuyes lo que son)
Lo que importa es tu soledad actúal que por lo que cuentas te pesa demasiado. Esa es la que deberías tomarte en serio. Los juegos de la niña que fuiste ya no tienen ninguna relevancia...en mi humilde opinión.
Pero qué bien contestas, Prozac; claro que estaría vacilando...pero ya he dicho - en la entrada anterior - que no soy vacilona! Bueno, juguetona sí.
Yo estaba pensando que quizás observé, cuando crecía, esa soledad que ahora yo siento y - por puro mimetismo - recurro a ella. ¿Sabes? como dicen que ocurre con la depresión, fumar, el alcoholismo… el suicidio, etc. Accidentes que ocurren en cadena a los que rodean a la persona afectada de estos males. Vamos que los otros lo ven como una solución, un escape a sus problemas.
Ya he dicho que me sicoanalizo demasiado!
Anonimo, efectivamente pensaba en ese poema. El enlace que dejaste se cortó y no se abre. Dejo éste:
http://tinyurl.com/6ejc8x
Dime si quieres que de enseñe a usar el tinyurl, es facil.
Gracias, justo te quedaste en la parte que más me gusta!
Lo que he notado es que en ocasiones dejas tu lenguaje directo y conversacional y optas por otro más literario, donde te distancias de los lectores, incluso usando la primera persona. Este Post es uno de ellos. No quiero decir que la "narración", como tu ya la llamas, no sea real, pero tampoco hay que tomárselo todo al pie de la letra.
Como bien ha dicho Amalia la soledad es compañera de todos y cada uno se confronta a ella de una forma diferente. Lo importante es que no nos paralice. No creo que este sea el caso.
Hola Estrella. Que bonito el cuadro de la ventana en otoño, más bien seria invierno por aquí. Me fui a la Web del pintor, recuerdo que tenias un cuadro suyo en el salón, o quizás sería de otro pintor parecido.
Lo que tu echas de menos en estos años son a tus alumnos, te lo aseguro. Tienes que volver al aula de clase. Si que hay momentos en que uno se siente quemado, pero es difícil no echarlo de menos después de tantos años de enseñar. Yo ni pienso en retirarme, y ahora menos tal como está la economía. Búsca algo part time por ahí que hay tantos Colleges y Universidades.
Que paséis, a todos los que lo celebreis, un Thanksgiving tranquilo y en familia.
Sherlock HOME (?) Pues sí, unas cosas se ajustaran más que otras a mi realidad, pero desde luego no me siento obligada a usar el blog como un confesionario o el diario de un adolescente. Me imagino que - lo he dicho en el pasado - se entiende, ¿no? Pero os aseguro que no os miento…aunque haga cambios de tiempo, lugar, sujeto… Y llevas razón, detective, si más bonito suena…
Como el dicho dice:
¿Cómo he de creer que sientes lo que dices,
Viendo cuan bien dices lo que sientes?
Ángela, cuanto sin aparecer por aquí. Recuerdas bien, el cuadro que colgaba en el salón de Nashville es de Nick Patten. Tengo una foto por ahí pero no la he puesto porque los colores ni se parecen al original. Si la encuentro te la mando.
De acuerdo, no te imaginas cuánto echo de menos el aula y a los estudiantes, que siempre me mantuvieron tan joven. Estoy pensando en volver, volver, volver…todo se andará. Espero que el tráfico – para ti – no sea muy pesado durante estas fiestas. Por lo menos no te nevará. Besos y un abrazo a tu madre.
Sigo con la lucha de los canalones. El viejito llegó hoy; ya no cumple los 80...le tuve que poner la capucha de anorak porque creía que cogería una pulmonía... me dio un buen precio. Le pagamos la mitad de lo acordado y volverán a hacer el trabajo en cuanto no haga viento y la temperatura suba un poco. Ahora me pongo a pensar que todo pueda ser un timo de un viejecito espabilado.
Estoy tan escarmentada… ¡La paranoia!
Me voy a cenar con dos de mis mejores amigas de hace años.
Chiqui al final no limpió los canalones (canaletas en portenio) el hijo de Mike?
Y otra pregunta.Anteayer se hizo sentir el invierno por aquí con todo su poder de crueldad (literalmente el frío lastima!), muy decidido a imponerse.En el diario evocaban un poema de J.Eichendorff cuyos primeros versos son: "El mundo entero yace nevado,/no tengo nada que me alegre".
Ese día sentí un vacío en el pecho, algo de lo más parecido a una visita de Soledad.
No te habrá aprovechado una situación semejante para visitarte también a ti?
No, Amalia. El hijo de Mike vino, las inspeccionó y puso un par de tornillos sujetando uno de los desagües. Me aseguró que estaban limpias…yo le eché un sermón para que dejara de fumar. Cuando se fue subí al ático y desde la ventana pude ver que con las escaleras había destruido parte del sistema ‘leaf guard’:
http://tinyurl.com/6eveyp
… Inmediatamente, en menos de cinco minutos de haberse ido, lo llamé a su móvil pero no contestó. Lo hemos vuelto a llamar una docena de veces, dejado recados. Las ‘canaletas’ siguen sin recoger el agua y goteando más que cuando el llegó.
¿No tienes el poema entero?
Estrella disculpame pero si lo traduzco lo asesino. Sólo puedo decirte que en el campo hay un árbol desnudo al que el viento atosiga. Y el pobre árbol suenia con la primavera y su suave vestido de hojas y flores y no sigo porque hasta en prosa no se puede traducir.Así es el alemán: otra cabeza.
Verschneit liegt rings die ganze Welt,
Ich hab nichts, was mich freuet,
Verlassen steht ein Baum im Feld,
Hat längst sein Laub verstreuet.
Der Wind nur geht bei stiller Nacht
und rüttelt an dem Baume,
Da rührt er seine Wipfel sacht
Und redet wie im Traume.
Er träumt von künftger Frühlingszeit,
Von Grün und Quellenrauschen,
Wo er im neuen Blütenkleid
Zu Gottes Lob wird rauschen
Ya dijo Borges:
Al Idioma Aleman
Mi destino es la lengua castellana,
El bronce de Francisco de Quevedo,
Pero en la lenta noche caminada,
Me exaltan otras músicas más íntimas.
Alguna me fue dada por la sangre-
Oh voz de Shakespeare y de la Escritura-,
Otras por el azar, que es dadivoso,
Pero a ti, dulce lengua de Alemania,
Te he elegido y buscado, solitario.
A través de vigilias y gramáticas,
De la jungla de las declinaciones,
Del diccionario, que no acierta nunca
Con el matiz preciso, fui acercándome.
Mis noches están llenas de Virgilio,
Dije una vez; también pude haber dicho
de Hölderlin y de Angelus Silesius.
Heine me dio sus altos ruiseñores;
Goethe, la suerte de un amor tardío,
A la vez indulgente y mercenario;
Keller, la rosa que una mano deja
En la mano de un muerto que la amaba
Y que nunca sabrá si es blanca o roja.
Tú, lengua de Alemania, eres tu obra
Capital: el amor entrelazado
de las voces compuestas, las vocales
Abiertas, los sonidos que permiten
El estudioso hexámetro del griego
Y tu rumor de selvas y de noches.
Te tuve alguna vez. Hoy, en la linde
De los años cansados, te diviso
Lejana como el álgebra y la luna.
Amalia, siempre vuelves a Borges…no sabes cómo te lo agradezco. Hermoso poema, me gusta el comienzo: “Mi destino es la lengua castellana”… “Pero a ti, dulce lengua de Alemania,/Te he elegido y buscado, solitario.”
Y qué buen final, todavía hablando del alemán:” Hoy, en la linde
De los años cansados, te diviso / Lejana como el álgebra y la luna.”
El puñetero de Borges, siempre levantando polvo, bien que la armó en aquella ocasión donde se le ocurrió decir que el inglés era una lengua mucho más rica que el español. Cosa que en si no habría sido una injusticia, pero creo recordar que implicó, o dijo, que prefería el inglés al español. No recuerdo con precisión. Gracias, Amalia
Y sí, estuve buscando a J.Eichendorff en la Red (inglés/español/francés) pero parece que no hay nada suyo traducido. Ese principio que nos has dado me ha dejado con ganas de saber más de él… Los dos versos que mencionaste, y el resumen, me recordaron a Pessoa. Seguro que en la realidad no tienen nada que ver, aunque la actitud fatalista del portugués es bastante romántica.
Chiqui a mí siempre me resuenan los versos en que habla acerca del diccionario, porque es verdad que aún sabiendo el significado de las palabras, a veces es imposible armar una frase mínimamente coherente en espaniol.
Típico para mí es un dicho intraducible equivalente a nuestro "Hagas lo que hagas siempre estará mal".
Ellos dicen: "como se hace está mal y si se hace mal, tampoco está bien."
Wie man\'s macht, ist's falsch, und macht man\'s falsch, ist's auch nich richtig
Buen ejemplo, Amalia. Pero tendrás que admitir que la frase en español es superior: "Hagas lo que hagas siempre estará mal".
Qué fatalista, ¿verdad?
Te diré Chiqui que me resulta de un fatalismo reconfortante, si cabe el oxímoron.
Porque así te sacas la carga de tratar desesperadamente de hacer las cosas "bien",total...
Andas más tranquilo por la vida...
Quizás en eso está el secreto…yo sigo tratándolo y es bien frustrante.
Estoy con unos pendientes que me llevaron toda la tarde de ayer, parte de la noche y esta mañana muy temprano me desperté porque me dormí pensando que los tendría que deshacer. Así lo he hecho.
Siempre tan perfeccionista, prima. Seguro que los pendientes estaban estupendamente, pero ahora los dejarás mejor. El dicho ese no va con vosotras, desde luego y en ambos casos lo digo con conocimiento de causa porque el trabajo de Amalia tuvimos oportunidad de verlo aquí.
Respecto a tu asombro actual por tu precoz temor a la soledad, no me resulta nada raro. Es verdad que con el tiempo solemos tener una memoria selectiva y tendemos a vernos como adolescentes alegres y seguros de todo, pero nunca es así. Creo que la adolescencia está cargada de temores y premoniciones de todas clases que, eso sí, las mentes sanas son capaces de contrarrestar sin mayores problemas. Pero tú fuiste una persona con grandes inquietudes, prima. Yo te recuerdo así y, sin ánimo de entrar en intimidades, a veces tus propios recuerdos nos traen a una niñita sola que añoraba a su madre y esa es la soledad más atroz que puede sentir una criatura en esas edades. Y claro, por muy bien que lo hubieras superado, era una herida demasiado profunda.
Lo que no tiene nada que ver con la resolución y energía que siempre has desplegado en todo lo que has emprendido.
Gracias, Prima. La verdad es que echo de menos a mi madre ahora más que cuando era niña. Cuando pienso en ella tengo que recordar la ironía de que ahora yo podría ser su madre.
La psicología no se te habría dado mal...
Adriano, te contesté en la entrada anterior.
Antes me venían los comentarios al correo, así sabía si había un comentario en una entrada antigua. Ahora se me olvida mirar en las entradas anteriores...
¿Alguien sabe cómo solucionar este problema?
Have a nice Thanksgiving !
http://es.youtube.com/watch?v=6BxlM-d6aWQ&feature=related
Camelot. Me extraña que no hayas puesto el video donde se le olvida la letra de la canción - sepa dios qué droga habría tomado - y simplemente se ríe. Creo que es genial. Trágico...triste. Te lo dedico a ti con mis deseos de que te diviertas con los tuyos.
http://www.youtube.com/watch?v=Ar3LJnDErX8&feature=related
MARIDOS:
Marido y mujer acuden al psicólogo tras 20 años de matrimonio.
Cuando se les pregunta cuál es el problemas, la mujer saca una lista larga
y detallada de todos los problemas que han tenido durante los 20 años de matrimonio:
...poca atención, falta de intimidad, vacío, soledad, no sentirse amada, no sentirse deseada...
La lista es interminable. Finalmente, el terapeuta se levanta, se acerca a
la mujer, y la abraza y besa apasionadamente mientras
que el marido los observa con una ceja más alta que la otra.
La mujer se queda muda, y se sienta en la silla medio aturdida.
El terapeuta se dirige al marido y le dice:
'Esto es lo que su esposa necesita al menos 3 veces por semana.
¿Puede hacerlo?'
El marido lo medita un instante y responde:
'Bueno, la puedo traer aquí los lunes y los miércoles, pero los viernes tengo pesca.'
Lo anterior lo recibí por correo. Querida “R”, habrá que pedir disculpas a todos esos maridos que no se ajusten al molde o les falte sentido del humor. Divertido. Gracias
Chiqui no se a que entrada te refieres. Desde que inicie este comentario y me consolidaste como Adriano, no he vuelto a decir nada: también me gusta oir.
Por cierto ¿solo los maridos son asi? ¿solo la mujer esta capaciotada para la sensibilidad, para ser querida, deseada, etc?
Adriano, me refería en la entrada “Otoño, malos augurios”.
Pero, no tienes arreglo…por eso que añadí las disculpas para los que no se vean retratados en la anécdota, o para los que no tengan sentido del humor: ¿Cuál de ellos eres tú?
Querida Chiqui, te dedico Shawarmaness, en bilingüe en mi blog, al menos la parte española. También trata de la soledad.
Gracias Manuel. Me gusta la idea de la duplicidad de la soledad, nunca solo ya que siempre existe el otro con su soledad propia...la necesidad de escribir, la alusión a la infancia y lo tolerable de la soledad a esa edad…
Querida Chiqui, te respondo aqui a lo que me preguntabas en mi blog. Shawarmaness es para mi una forma de decir soledad. Suelo alimentarme de shawarmas en el sirio de la esquina cuando me falta el placer de cocinar en comun.
Y luego esta el toque arabe (pero podria haber sido mejicano o colombiano, que también tienen historias que contar) del prisionero politico que me conto la mitad de la historia. Shawarmaness, pues. Aunque cuando se comparte ese relato, y se rompe la barrera nostalgica de la soledad, el toque arabe puede ser un té negro Chai Ahmed, en dos tacitas o vasitos, o en el mejor de los casos una she-shah o narguila. Pero para mi basta con el té.
Chiqui decididamente...soy un verdadero novato. Y no se ni donde me encuentro ¡que quieres que te diga¡ Y en cuanto al sentido del humor, pues lo tenia incluido entre todos los demas... pero si no se percibe es que igual no lo tengo ó lo he perdido ¡que es peor¡ ¿Que puedo hacer para recuperarlo? Como no me veo retratado en la anecdota...
El chiste de Chiqui me pareció buenísimo.
Manuel, a eso creía que te referías. Hay varios sitios en mi barrio donde se consiguen los Warmasha a precios increíbles, y riquísimos.
Bueno, Don Consolidado. A ver si no se te ha perdido el sentido del humor…
Qué hace ese acento en tu comentario… ¿En una ‘o ‘? Pero no lo pones en los interrogativos. Me da la impresión de que lo que tienes es demasiadas tablas en este medio y… sí, sentido del humor.
Chiqui. maravilloso como expresas la soledad, es así viene con nosotros a todas partes, nacemos con ella y nos vamos con ella, es nuestra compañera a lo largo de toda nuestra vida, pero es con ella con la que podemos pensar, reflexionar, cantan, bailar, trabajar y vivirla como de una amiga entrañable se tratara, con la cual podemos compartir toda nuestra esencia, sin necesidad de tener que demostrar nada, por el contrario nos ayuda a evolucionar, dar un salto de gigante ante determinados momentos de nuestra vida.Amála porque es tu única compañera en el viaje de la vida.Carmela/Lola
Pues...si, si señora; ese acento "mece" ha colado, y a ti que no se te va una. Me alegro que me reconozcas que tengo sentido del humor. Dormiré mejor esta noche.
Lola, muy bonito y muy requetebién dicho. Como si te estuviera oyendo…y después de todos esos consejos tan sensatos me habrías dado un abrazo bien fuerte. Gracias, entrañable amiga.
Super Adriano, espero que hayas dormido bien, gracioso.
Como un bebé. (Casi como lo que soy).
Pues sí, jovencito debes de ser porque vas bien protegido: ¿punto y paréntesis?
¡Otra¡ ¡lo que estoy aprendiendo¡ Tienes razón, pero debes perdonar mi impulsividad... de jovencito;ya te he dicho que soy un novato-bebé.
¿Protegido? Si me subo al trapecio sin red.
¿A que me equivoco otra vez? ¿Que te apuestas?
Bueno, no voy a ser quisquillosa...Yo meto la pata con mucha frecuencia, pero:
‘Si me subo al trapecio sin red’(frase condicional) o:
!si me subo al trapecio sin red!
Lo sabia. Otra vez llevas razón. ¿No te lo dije? Yo, lo del trapecio, lo quise decir casi como lamento ¿me entiendes? No afirmando ni nada de eso, que no es lo mio. (pobre de mi). ¡Lo que estoy aprendiendo¡ (¿Está bien dicho-escrito?)
Pero Adriano, no seas tan dócil; no me gusta que me den la razón cuando no la llevo. Lo del trapecio estaba bien escrito. No podía ser una frase condicional ya que la acabaste con un punto. Como tú dices, casi un lamento…Tienes más paciencia que el Santo Job.
Escribe como quieras, lo importante es que se entienda ¿no?
¡Pero si es que la llevas¡ Bueno como conclusión espero que cuando escriba me entiendas. Porque supo ngo que hasta ahora he ido regular ¿no?
No, si entenderte te entiendo…
¡Que alegria¡ ¿Querras creer que tenia mis dudas? De que me entendieras.
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