A Juan Ramón Jiménez le gustaba pensar que sus versos recogían, como los de Bécquer, la voz del pueblo. Se olvida a veces de su amor por la copla y el romance, en parte por la imagen de un Juan Ramón neurótico, 'esquisito', que quería encerrarse en una torre de marfil con las paredes cubiertas de corcho. Imagen contra la que luchaba el propio Juan Ramón:
Mi 'apartamiento', mi 'soledad sonora', mi 'silencio de oro', que tanto se me han echado siempre en cara, y tanto me han metido conmigo en una supuesta 'torre de marfil', que siempre vi en un rincón de mi casa y nunca usé, no los aprendí de ninguna falsa aristocracia, sino de la única aristocracia verdadera. / Los aprendí desde niño, en Moguer, del hombre del campo, del carpintero, del afilador, del talabartero, del albañil, del marinero...
Sin duda, el canto-- y el cante--del pueblo formaría parte de esa soledad sonora, y, paradójicamente, de su silencio de oro.
Hace poco llegó en el correo un hermosísimo regalo que pone en relieve las raíces populares de la poesía de Juan Ramón. Se trata de un libro y CD, Juan Ramón y el flamenco, colaboración de la cantaora Rocío Márquez y el profesor Francisco Robles Rodríguez: deliciosa introducción cantada, y bien pensada, a un Juan Ramón que pocos conocen. Acompañada por el guitarrista Juan José Rodríguez Millán (Niño de Brenes) y la recitadora Amalia Sánchez, canta Rocío siguiriyas juanrramonianas:
Seré siempre tuya
me dijo en un beso.
Y entonces sonaron con tristes gemidos
campanas de muerto.
y un "tango guajira":
Cuando lloraba yo tanto / cuando yo tanto sufría, / mis penas, solo mis penas / fueron constantes amigas...
El CD--dulzura, delicia--se publica con un texto ejemplar de Francisco Robles que no sólo estudia a Juan Ramón y el flamenco, sino que nos da una lúcida introducción a toda la obra del poeta, una guía excelente para el que quiera adentrarse en el laberinto de una extensísima obra.
En otra ocasión, en su visita a Boston, pudimos ver con qué gracia y qué fuerza Rocío siente y transmite la poesía -- la suya propia, la de Lorca, de Miguel Hernández, la del cante en general. Juan Ramón y el flamenco lo vuelve a demostrar, de modo memorable. "Cantiñas en lo más alto del deseo", dice Robles hablando del arte de JRJ y de Rocío. Y es cierto.
¿Por qué el alma llora tanto, / muerta para sus amores,/ si sabe que hay otro llanto / temblando entre las flores?
La voz de Rocio Márquez, traspasa paredes de corcho y torres de marfil.
Una nota para dar las gracias a C.Maurer por esa interesante cita de JR que me ha pasado. También para aclarar que no he encontrado en la Red ninguna de las canciones de este disco de Rocio. Si saben de alguna, por favor, déjenla aquí. Gracias
Es verdad, Amalia. Aunque no soy ninguna experta, hay veces en las que el flamenco te llega muy adentro, por tópico que suene. Menos mal que la chica dejó de pedalear, prima. La música es mucho mejor que el ejercicio, por lo menos para mí.
No me había dado cuenta de que no había puesto nada nuevo desde hace tanto. Estoy tan ocupada estos días que el tiempo se pasa volando. Queridas, siento que ese tipacillo no os haya inspirado a salir correr en un maratón
Rocio, va a dar al flamenco una nueva dimensión. Yo no entiendo pero aprecio lo que me llega adentro. Gracias a todos por no abandonar esto. Si no fuera por vosotros ya lo habría dejado hace tiempo.
Prima una opción es hacer ejercicio escuchando música! Por lo menos tenía pensado intentar caminar unos cuántos minutos distrayéndome con Mozart o algo que me haga olvidar el tedioso esfuerzo físico. Eestrella, no desanimes, siempre hay altibajos en estos espacios virtuales. Ya retomará
Sí que es una buena opción, Amalia, y un magnífico propósito, pero me temo que para que sea efectivo, tiene que ser constante y para eso, tiene que gustarte.
Estoy de acuerdo en que esta Rocío tiene algo especial, prima.
Si, querida Amalia, en los virtuales y en los reales. Llevo puesta tu sortija y no sabes cómo llama la atención...te voy a mandar clientes, y espero que no sean virtuales!
Cambie el disco de Rocio por uno de Fandangos, para que os hagais mejor idea de la potencia y finura de su voz.
Buenísima, estrella, qué música y qué manera de cantar. Qué gracioso el trueque de dulce, por dulse, y ese tono menor en "mis coplas no tienen dueño" o algo así. Un regalo; gracias.
Con que troteras y danzaderas, ¿eh Estrellita? Espero que haya alguna croniquilla detenida de ese hablar sin parar. Ojito con lo de no parar de comer, que eso no merece tanto la pena.
Pues no sé, según en qué momento y con qué compañía, lo de comer tampoco está nada mal por aquello de cultivar los excesos descomunales para compensar las costumbres moderadas.
Quién será esa “estoica”? Si es quien me imagino, de estoica no tiene NA! Para que sepais: tengo a mi tia --mi segunda madre— aquí. Tiene 85 años pero como si tuviera treinta, me puede en todo…sobre todo en lo de hablar. Estoy de acuerdo con mi prima con aquello de los excesos, que ya vendrán tiempos más secos; aunque me vuelvo con ella a Madrid donde pasaré un par de semanitas; así que…
Ya me extrañaba a mí que solo os dedicaseis a comer, andar y charlar. Una buena discusión no debe faltar y puede ser muy divertida si no se implica una mucho en la cuestión. ¡Qué os sea leve!
Oh, what a beautiful moooorning yes, what a beautiful dayyyyy Los pajaritos cantan, las nubes se levantan... Está la primavera que no se pué aguantá de bonica, oyes.
Todo bajo control, prima, son discusiones divertidas.
Ada, te escribo cuando me asiente por esos madriles, cómo no.
Petirrojilla? o petirrojillo...por aquí también tenemos primavera, de momento un poco aguada pero no veas lo bien que le va a mi recién plantado césped!
Qué extraño silencio cuando se para el mar, cuando se paran las olas, cuando se calla el viento y los árboles se aplanan con el paisaje y todo parece desaparecer lentamente. Se difumina el horizonte. No se altera, pero no se puede ver con nitidez. Allí está, o no, quizás ya no esté. Solo creo percibirlo en ese silencio profundo, en esa quietud más amenazante que la peor de las tormentas. El sol brilla sin iluminar. Temo que la luz de mi faro, apagada en el día inacabable de la calma infinita, no se encienda cuando llegue esa noche, ni la noche siguiente, ni ninguna otra noche. Temo haber acabado. Así, con mi faro en pie, que permanecerá sobre el acantilado, apagado y terminado sin nada que hacer, sin luz que emitir, sin mensajes que enviar, solo y quieto ya, siempre y nunca, ya.
Temor de los días callados que presagian nuevas tormentas, nuevos días de rugido de olas, de espuma en el mar, de blanco en el cielo, de horizontes nítidos, de árboles que aplauden al silbido del viento, de luz viva y de vida luminosa, pero temor entonces ardiente y presente que lastima y que muerde, que suspende mi mundo y paraliza mi alma de tierra y piedra.
Qué sorpresa verte por aquí, Cabo. Agradable sorpresa… Así nos sentimos muchos pero no acabamos de rendirnos; muestra que tú no lo has hecho es que estás aquí. Te recibo con una sonrisa y paz. Gracias
Cabo de Formentor. He leído varias veces tu comentario y he reprimido las lagrimas; no soy llorona, pero qué bello y triste lo que escribes. También he vuelto a otros comentarios que has hecho en el pasado y tu prosa me suena -- esa dualidad – quizás te he leído antes, o no?
29 comentarios:
Una nota para dar las gracias a C.Maurer por esa interesante cita de JR que me ha pasado. También para aclarar que no he encontrado en la Red ninguna de las canciones de este disco de Rocio. Si saben de alguna, por favor, déjenla aquí. Gracias
Emocionante su canto, Estrella!
El flamenco es lo más sanguíneo que conozco
Es verdad, Amalia. Aunque no soy ninguna experta, hay veces en las que el flamenco te llega muy adentro, por tópico que suene.
Menos mal que la chica dejó de pedalear, prima. La música es mucho mejor que el ejercicio, por lo menos para mí.
No me había dado cuenta de que no había puesto nada nuevo desde hace tanto. Estoy tan ocupada estos días que el tiempo se pasa volando. Queridas, siento que ese tipacillo no os haya inspirado a salir correr en un maratón
Rocio, va a dar al flamenco una nueva dimensión. Yo no entiendo pero aprecio lo que me llega adentro.
Gracias a todos por no abandonar esto. Si no fuera por vosotros ya lo habría dejado hace tiempo.
Prima una opción es hacer ejercicio escuchando música!
Por lo menos tenía pensado intentar caminar unos cuántos minutos distrayéndome con Mozart o algo que me haga olvidar el tedioso esfuerzo físico.
Eestrella, no desanimes, siempre hay altibajos en estos espacios virtuales. Ya retomará
Sí que es una buena opción, Amalia, y un magnífico propósito, pero me temo que para que sea efectivo, tiene que ser constante y para eso, tiene que gustarte.
Estoy de acuerdo en que esta Rocío tiene algo especial, prima.
Querida prima, no sabes que troteras de andar y comer me estoy dando en estos dias...ah, y de hablar!!!
Si, querida Amalia, en los virtuales y en los reales. Llevo puesta tu sortija y no sabes cómo llama la atención...te voy a mandar clientes, y espero que no sean virtuales!
Cambie el disco de Rocio por uno de Fandangos, para que os hagais mejor idea de la potencia y finura de su voz.
Bienvenidos los clientes, Estrella! Que ando con ambiciones de expansión!
Buenísima, estrella, qué música y qué manera de cantar. Qué gracioso el trueque de dulce, por dulse, y ese tono menor en "mis coplas no tienen dueño" o algo así. Un regalo; gracias.
Con que troteras y danzaderas, ¿eh Estrellita? Espero que haya alguna croniquilla detenida de ese hablar sin parar. Ojito con lo de no parar de comer, que eso no merece tanto la pena.
Pues no sé, según en qué momento y con qué compañía, lo de comer tampoco está nada mal por aquello de cultivar los excesos descomunales para compensar las costumbres moderadas.
Quién será esa “estoica”? Si es quien me imagino, de estoica no tiene NA! Para que sepais: tengo a mi tia --mi segunda madre— aquí. Tiene 85 años pero como si tuviera treinta, me puede en todo…sobre todo en lo de hablar. Estoy de acuerdo con mi prima con aquello de los excesos, que ya vendrán tiempos más secos; aunque me vuelvo con ella a Madrid donde pasaré un par de semanitas; así que…
Elvirilla, preparate para hacerme una visita.
¿Cuándo, cuándo? ¿Estarás para la feria del libro? Es el último fin de semana de mayo y siguiente. A lo mejor puedo escaparme a la Villa y Corte.
Estaré, Elvi, Estaré.
La pròxima semana vuelvo a Madrid.
Te escribirè desde......
Nos tomaremos otro cafelito en tazon?
Y con sopas de pan... Hmmmmmm
Te voy a invitar con Miguel. Panera!!! Que por falta de pan no sea...
Por aqui seguimos hablando, comiendo y discutiendo!
Ya me extrañaba a mí que solo os dedicaseis a comer, andar y charlar. Una buena discusión no debe faltar y puede ser muy divertida si no se implica una mucho en la cuestión. ¡Qué os sea leve!
Hola Estrella, me encantará volver a verte, si puedes, cuando estés en Madrid.
¡Pásalo bien con tu tía!
Oh, what a beautiful moooorning
yes, what a beautiful dayyyyy
Los pajaritos cantan, las nubes se levantan... Está la primavera que no se pué aguantá de bonica, oyes.
Todo bajo control, prima, son discusiones divertidas.
Ada, te escribo cuando me asiente por esos madriles, cómo no.
Petirrojilla? o petirrojillo...por aquí también tenemos primavera, de momento un poco aguada pero no veas lo bien que le va a mi recién plantado césped!
Qué extraño silencio cuando se para el mar, cuando se paran las olas, cuando se calla el viento y los árboles se aplanan con el paisaje y todo parece desaparecer lentamente. Se difumina el horizonte. No se altera, pero no se puede ver con nitidez. Allí está, o no, quizás ya no esté. Solo creo percibirlo en ese silencio profundo, en esa quietud más amenazante que la peor de las tormentas. El sol brilla sin iluminar. Temo que la luz de mi faro, apagada en el día inacabable de la calma infinita, no se encienda cuando llegue esa noche, ni la noche siguiente, ni ninguna otra noche. Temo haber acabado. Así, con mi faro en pie, que permanecerá sobre el acantilado, apagado y terminado sin nada que hacer, sin luz que emitir, sin mensajes que enviar, solo y quieto ya, siempre y nunca, ya.
Temor de los días callados que presagian nuevas tormentas, nuevos días de rugido de olas, de espuma en el mar, de blanco en el cielo, de horizontes nítidos, de árboles que aplauden al silbido del viento, de luz viva y de vida luminosa, pero temor entonces ardiente y presente que lastima y que muerde, que suspende mi mundo y paraliza mi alma de tierra y piedra.
Cabo de Formentor
Qué sorpresa verte por aquí, Cabo. Agradable sorpresa…
Así nos sentimos muchos pero no acabamos de rendirnos; muestra que tú no lo has hecho es que estás aquí. Te recibo con una sonrisa y paz. Gracias
Estrella, ¿vuelves a Madrid ésta primavera? ¡Me alegro mucho! Un fuerte abrazo, Sofia.
Sofia, me preguntaba por dónde andarías...una vez ahí y descansada me pongo en contacto contigo!
Cabo de Formentor. He leído varias veces tu comentario y he reprimido las lagrimas; no soy llorona, pero qué bello y triste lo que escribes. También he vuelto a otros comentarios que has hecho en el pasado y tu prosa me suena -- esa dualidad – quizás te he leído antes, o no?
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