domingo, septiembre 30, 2012

La siesta de la memoria



Me piden que cambie de portada, y uno de los antiguos de este blog ha tenido que ser… Pues aquí tienen a  Chata y Chiqui. Como es propio de su edad y género,  se pasan el día entre siesta y siesta; sólo se despiertan  cuando oyen un ruido no familiar o muy familiar, por ejemplo, cuando entro y salgo de la habitación sólo abren un ojo como diciendo “sabemos que nos dejas, pero no te vas”. Voy a la cocina o hago otras tareas por la casa; siguen durmiendo y cuando entro de nuevo, vuelven a abrir el mismo ojo…y a sestear se ha dicho.
No ocurre así cuando me ven salir con bolso al hombro y les digo adiós desde la puerta de la habitación. En ese caso  alzan la cabeza y me miran atentamente hasta perderme de vista (digo yo, que tampoco los veo). Sé que se vuelven a dormir, pero   a la vuelta --después de varias horas --  cuando me ven entrar saltan del poyo de la ventana al sofá y del sofá al suelo, dándome una bienvenida que ni a una reina, o estrella de cine, o a Obama -- que tanto cariño le he tomado -- se la darían.

No les quiero, o puedo, contar nada que ya no sepan y que no se haya dicho.  Me siento, abrumada por las noticias, por la cantidad de información que no soy capaz de absorber y las imágenes que son difíciles de ver y luego olvidar. Por eso estas fotos: con frecuencia, cuando veo a mis animales durmiendo  bajo este sol otoñal, mi primera inclinación es acompañarlos en ese sofá que espera y dice  “anda, acuéstate, duerme y olvida” .  Y lo hago, pero no con la frecuencia que me lo pide.




10 comentarios:

Elvira dijo...

Qué sugestivo, Estrella; y qué agradable ese sofá que deja ver el sol de otoño y las ramas del árbol del jardín. Acogedora casa, ambiente que alivia la presión de la actualidad enloquecida de un mundo banal y agresivo, absurdo y criminal. Hacedme un hueco en ese sofá, por favor, que necesito una siestecita.

estrella dijo...

Cuando quieras Elvi! A la derecha de ese sofá, haciendo ángulo recto, hay otro igualito, con su propia ventana...pero da a la casa de los vecinos (españoles!)
Te dejo el mío, pero tendrás que bregar con los animalillos.

estrella dijo...


Sigo las protestas en España… me acongojan.

UNO QUE NO DUERME dijo...

Estrella, mira que animado está el blog de Elvira.

estrella dijo...

Al que no duerme!
No me dices nada de las fotos? Bien que te agradezco yo las tuyas...o me equivoco?

Si, lo de Elvira es "un mano a mano", voy a ver como va.

amalia dijo...

Estrella qué modorra da ese sillón entibiado por el sol que acaricia!
Entre las cosas que pasan en el mundo y la manipulación de la información, una siesta en tu sofá se presenta como una opción ideal para olvidar por un rato el horror y sentir que la Naturaleza aún nos quiere.
Tienen un peluche Chata y Chiqui?

pinguino despistado dijo...

Abrumados por la información: hay que descender a nuestro alrededor y aumentar el escepticismo y la avidez de saber todo, opinar de todo, estar en todo... ¿no? Tú utilizas lo que cuentas y esos compañeros, otros lo hacen con otras cosas: una corriente de vida con otro ritmo.

Elvira dijo...

No te acongojen esas protestas, Chiqui. Las protestas están bien; la bronca vale cuando hay razones para protestar. No llegará la sangre al río. La gente se sabe impotente y protesta frente al Parlamento porque en Madrid no hay Wall Street que es un lugar más adecuado.

estrella dijo...

Amalia, Elvira y Pingüino.
De acuerdo con los tres. No me acongojan las protestas pacíficas sino el que tengan que hacerlas. La escena está llena de vitalidad pero la tramoya carcomida. En uno de los videos creí ver a mi antiguo profesor de bachiller, Carlos Álvarez Novoa, que en estos últimos años parece Moisés y no Quijote. Parecía que lo empujaba la policía.

Amalia, el peluche es de Chiqui: lo usa para apoyar la barbilla cuando duerme y para jugar conmigo a eso de ‘a ver si me lo quitas’...siempre gana!

dog Scruffy dijo...

hiding on the sofa