jueves, mayo 28, 2015

Jose Pedroni: Romance de la mujer que espera



Dedico  esta página a mi  querida amiga Amalia Carrara...Si la de los barcos, las damas y los ángeles.
 Este fin de semana pasado encontré esta torrecilla , que se supone es un “bird house”, pero que me pareció mas apropiada para una de las caritas de Amalia, adornada por  mis humildes  joyas.
Casi por casualidad – esas casualidades que nos depara Google—he dado con un romance que tiene la misma gracia y sencillez que esta mozuela que espera en su castillo de madera...
Amalia,  te deseo un productivo y feliz verano.


1

De codos en el balcón,
calle antigua de la iglesia,
con un libro que no lee
está la mujer que espera.

Ha llovido, y el chubasco,
sembrador de manos llenas,
para gloria de chiquillos
tapó de arroz las veredas.
Niñas de la vecindad
están barriendo las piedras;
todas la mujeres barren,
menos la mujer que espera.
Flor de lluvia, en el balcón
qué hermosa se siente ella;
qué hermosa para aquel hombre
todo mojado que llega.
El agua, echada a su paso,
le detendrá en la vereda,
y quizá le diga él,
lleno de buenas maneras:
_¿Por qué tienes a la lluvia
así caída en tu acera?
¿No ves que los pies del hombre
poco a poco se la llevan?
Mujer, levanta los ojos.
¡Qué lindos ojos, estrella!
  
Pero el hombre no la habló.
Pero la mujer espera.

2

Personaje retrasado,
la luna entra en escena.
¿De donde viene la luna
que viene comida a medias?
La luna fue sorprendida
por los perros en la hierba
y para subir se ayuda
de la ramas de la tierra.

Flor de noche, en el balcón
está la mujer que espera.
Lo que le falta a la luna
lo tiene de sobra ella:
Claro de luna su frente;
anuncio lunar sus piernas;
el lado desconocido
de la luna en su cadera,
y dos lunas en su pecho
que ya no puede esconderlas.

Lo que le falta a la luna
lo tiene de sobra ella,
y lo tiene para el hombre
que pase por la vereda.
¿Será aquél que en el café
en mesa de paño juega
con tres esferas que son
tres lunas sobre la hierba,
o aquél otro que en la esquina
fino bastón revolea
para lucirle la luna
que en la empuñadura lleva?

¡Ay, qué hermosa está y qué sola,
qué sola la luna llena!

3

Tocada la medianoche
en el reloj de la iglesia,
una mujer con la luna
se va a la cama con pena.
El aire la está mirando
por el ojo de la puerta:
ya se quita los anillos,
ya se saca la pollera:
ya a sus pies deja caer
un montoncito de seda;
ya el antifaz de sus pechos
en el picaporte cuelga;
ya quiere leer un libro,
ya apaga la luz, ya piensa.
¡Ay, ya se pone a llorar
con la melena revuelta!
   
Afuera la luna baja,
es un globo que se quema.

Jose Pedroni


3 comentarios:

la luna dijo...

Que guapa se ha puesto la dama. Hasta con peinete

gomuka dijo...

Qué bonito altar, Estrella. Todos los elementos parecen tan pertinentes y etéreos... El poema no lo es menos. El otro día me acordé de ti (lo hago a menudo) a propósito de la película El sur, de Víctor Erice, sobre la novela de Adelaida García Morales. La prota se llama Estrella. Me conmueve especialmente, el baile que se marca con su padre, el día de su primera comunión, al son del pasodoble -bellísimo- "En el mundo", que te brindo ahora en este enlace: https://youtu.be/216iSDKurJY

amalia dijo...

Estrella, en qué buen momento leo tu blog! Me da ánimos para seguir adelante con las fantasías que salen de mis manos!
Me pongo en marcha después de un mes de curaciones.
Un abrazo,
Amalia