sábado, enero 26, 2008

MANUEL VICENTE Y MI GATA



¿Se han dado ustedes cuenta de cómo un día en un cierto lugar vemos a alguien que nos llama la atención? A partir de entonces, casi diariamente, nos encontramos con la misma persona. Claro, no es que ocurra así, es que antes nunca nos habíamos fijado en ella, que a la misma hora que tú sale para el trabajo, coge el autobús, el metro, o entra en el mismo café . Algo así me está ocurriendo últimamente con un escritor del que vagamente me sonaba el nombre. Un día Aúpa aterrizó aquí con uno de sus artículos… que no me convenció del todo. El escritor celebraba el año nuevo, lleno de entusiasmo y lugares comunes, mientras que yo lo recibía como un día más en mi vida.
Ya se habrán dado cuenta con quien me cruzo constantemente en el camino estos día: Manuel Vicent.

Después del artículo de Aúpa, colgaron una entrevista en el Boomeran(g) que escuché pero también sin entusiasmo. Días más tarde, su nombre aparecía en los comentarios de otro blog. Ahora me tienen los domingos buscando, en la última página de El País, su columna. Efectivamente, yo llevaba razón, el artículo del día de fin de año no era de lo mejor que había escrito, y lo prueban los siguientes que he leído. Está visto que este autor está destinado a que le dedique un poco de tiempo.

Hace más de un año dejé en mi blog, o en algún comentario, una idea similar a la que él expresa en la entrevista del Boomerng y con la cual el escritor describe el proceso de la escritura…Qué casualidad.


Lo mío no pretendía ser una metáfora, simplemente contaba cómo - con frecuencia - me siento como Penélope: haciendo y deshaciendo el mismo collar hasta que llegado el punto de la extenuación, por fin sale lo que quería. A este proceso me acompaña mi gata Chata, que no pierde detalle de los movimientos de mis manos, el brillo de las piedras; esperando pacientemente que el hilo se libere de las cuentas para entonces dar un salto, cogerlo y jugar con él. Les transcribo aquí el final de la entrevista de Vicent y... vaya casualidad…!

“Tejer y destejer la manga del jersey de Penélope, con un ovillo con que juega el gato… en eso consiste la literatura. Y el gato es lo importante.” ( "el gato" insiste el autor)

Estoy de acuerdo. Si no fuera por el gato…ya me dirán...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

El gato, azar, el gato, inspiración, el gato, constancia, el gato, técnica, el gato, belleza, el gato, armonía, el gato...,el gato, audacia.

Pobres de los que vivimos sin gato y nos pasamos la vida tejiendo y destejiendo sin atrevernos nunca a dar nada por terminado..., en la literatura, digo. Desde luego, es necesario un gato. Lo suscribo, prima.

Anónimo dijo...

PRIMA,
Traigo aquí el enlace que dejaste en la entrada anterior sobre las hermanas Brown. Sirva como antídoto a la cirurgía estética, etc. de la que se hablaba ayer. Pocas fotos me han conmovido como estas, que muestran el paso de los años sobre la cara humana. ¡Qué belleza hay en un proceso natural del que huimos todos, y pocos aceptamos con gracia! La foto, el arte, "de las injurias de los años vengadora". Gracias. Ahí va el enlace.
http://tinyurl.com/3yyok2

CHIQUI, me gusta el nuevo formato mas amplio... y me inspira tu gatita.

Anónimo dijo...

Que bien, Adolfo. Creo que tu enlace funciona mejor que el que puse yo. Las fotos también me conmovieron, como ya dije. Pero, efectivamente y aunque el paso del tiempo sea tan inexorablemente cruel y tan implacable con todo y con todos, si lo aceptas naturalmente tiene hasta un cierto dulce encanto.
Por otra parte, esas fotografías retratan algo más que las imágenes de sus protagonistas. Al final, parece que las conoces y hasta te gustaría hablar con ellas.

Anónimo dijo...

Esas fotos me recuerdan a las hermanas March, las de Mujercitas. ¿Qué historias se podría imaginar sobre ellas? Al pasarlas de una manera rápida, se produce un efecto casi cinematográfico que no se percibiría en la exposición. El gran parecido inicial -sobre todo entre las tres morenas-, se va desdibujando con el tiempo, a medida que se perfila con más nitidez la personalidad de cada cual-. Me gusta esa manera de envejecer, creo que conservan su belleza hasta la última foto, muy diferente a la belleza de ultratumba del bótox. Hay una belleza en los huesos y otra en la piel, -de esto hablaba Vic el otro día en el blog de Azúa-. Por muy apagada que esté la piel puede que no termine con la perfección de la calavera. Creo que en esas fotos eso se percibe muy bien. De Vicent hay dos tazas en el País de hoy, Chiqui. Una en forma de columna y otra en forma de artículo para la revista del domingo (por cierto, les noto obsesionados con las r'osas y las estrellas).

Anónimo dijo...

He publicado unas reseñas de libros de viejo (inencontrables) que hice hace cuatro años para una revista de psicoanálisis argentino-española y que me rechazaron. He publicado... digo, HE COLGADO LA RESEÑA EN EL BLOG DE AZUA. De pronto ese pequeño trabajo que estaba muriéndose de risa, y que no desentona de las parrafadas de Vic y otros, toma cuerpo y sale con garbo a la arena. Es la fuente de la eterna juventud, por retomar el hilo que llevan ustedes en esto de la estética y la escritura.

estrella dijo...

QUERIDOS, tengo esto abandonado pero, no sólo de bloging vive el hombre!

Gracias Prima. Muy buenas cosas se hacen en Mafre. Las fotos dicen mucho pero no todo… algunos huimos de la cámara otros posan y hoy la técnica puede hasta poner en la foto lo que no existe. Los americanos saben posar…con esa naturalidad con que también hablan a la cámara.

Escarola, vivo relativamente cerca de la casa de Louisa May Alcott.Fascinante. Uno se pregunta cómo sería la vida en un lugar tan diminuto, cómo subirían esas escaleras tan estrechas con los vestidos y cancanes de época, ¿dónde los guardarían? Los primeros escritos de Alcott fueron realizados en un estante que su padre le construyó: una diminuta mitad de luna, entre las dos ventanas de su dormitorio. Más tarde tendría su propio escritorio, elegante pero pequeño e incómodo.
Nos hemos vuelto tan exigentes; pensamos tanto en nuestro alrededor, como si la inspiración radicara en ello. De hecho lo que hacemos es volver al pasado y rememorar a escritores que compusieron su obra bajo circunstancias bien difíciles, Eso es lo extraordinario de la casa y vida de los Alcott. Tanta vida en tan poco espacio, poco espacio para lo mucho que ocurría diariamente.
Por esa misma área (Concor MA) están las casa de muchos otros escritores y filósofos, algunas amplias y señoriales, todos amigos de los Alcott. Aquí dejo un enlace de las habitaciones de la casa. Parecen más grandes en las fotos.

http://tinyurl.com/2j2rg9

estrella dijo...

Perdon, P en MaPfre