sábado, mayo 29, 2010

WALTER ANDERSON, PELICANOS Y PETROLEO


Mi cariño y simpatía hacia los pelicanos nació hace poco, cuando el interés por la cerámica del período Arts and Crafts nos llevó un verano hasta las costas de Misisipi y Luisiana. Shearwater Pottery ( Ocean Spring Ms.) seguía produciendo sus piezas en las mismas condiciones que lo hacía en 1926. Christopher y yo quedamos fascinados con el lugar y sus habitantes. Esta experiencia la contamos en Dreaming in Clay on the Coast of Mississippi: Love and Art at Shearwater.

Pero fue Walter Anderson (Bob) - el segundo de los tres hermanos fundadores de Shearwater- quien atrapó mis sentidos y me descubrió un mundo impensable para mí: La naturaleza del mar y las criaturas que en él y de él viven. Su legado artístico ( miles de dibujos, acuarelas - todo en cuartillas de baja calidad ) sólo se puede apreciar en su valor único cuando se conoce al hombre y su lucha consigo mismo - su inestabilidad mental - y los que le rodean. El hombre que se comunicó mejor con los pelícanos que con sus propios hijos. Al artista en su isla, Horn Island, viviendo durante largas temporadas de lo que el agua le traía a la orilla de la solitaria playa.

Cito un párrafo (mi traduccion) de Christopher Maurer - y el eco de Walter Anderson- en Dreaming in Clay on the Coast of Mississippi:

Muchas veces, en sus últimos quince años de vida, remó en una humilde barca unas doce millas del Mississippi Sound hasta llegar a una isla del Golfo, un lugar en estado natural a donde escapaba de "el modo de vida que domina en el mundo" y dibujo y pintó su visión del Paraíso. "Tanto depende de [esa forma de vivir]," decía, "que necesito salir al mar para encontrarme con lo provisional. Todo parece provisional y condicional en la isla. Allí, si como, puedo vivir, a no ser que algo más fuerte que yo me destruya."
Bajo las más primitivas condiciones de vida y protegiéndose bajo su barca, convivía con esa naturaleza a la que "le gusta sorprendernos; de hecho parece justificarse ante el hombre de esa forma, restaurándole su juventud una y otra vez-- la verdadera fuente de la juventud." [...] Se encontraba en un Edén, una tierra de "rejuvenecimiento infinito" abastecido por la Providencia con todo lo que necesitaba como creador. "Un amanecer duro pero ha salido el sol. Me di una vuelta y encontré un par de zapatos que desesperadamente necesitaba, y me quedaban bien. ¡Hijo predilecto de la fortuna! En efecto. Si el hombre no se negara a dejarse distraer -- llevado por la locura, la enfermedad y la furia--con frecuencia se daría cuenta de que es el hijo predilecto de la Fortuna y no simplemente un asno inútil, con una montura vacía, que ruega ser montado y apaleado. Dios sabe que hay muchos dispuestos a montarlo-- profesionales y jóvenes puros llenos de confianza en su propia destreza".


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Estos días he vuelto a mi adicción con CNN, con Anderson Cooper...Las angustiosas imágenes de los pelicanos pacientemente esperando no saben qué, nosotros tampoco. En su negritud, con el peso de esa masa viscosa que les impide volar, y con la que nosotros no sabemos vivir, y que acabará con el planeta.
Me resigno a pensar que , efectivamente, existe la maldad humana. ¿Cómo es posible que se hayan construido en el Golfo de Méjico cerca de cuatro mil pozos de petróleo a sabiendas de las posibilidades de fallos, desgastes, accidentes, y no haberles exigido de antemano a estas compañías el desarrollo de técnicas efectivas para, en su momento, controlar los daños producidos por estos desastres? Obama se hacía la misma pregunta en la rueda de prensa de la semana pasada...Más o menos venía a decir que 'su gran sorpresa' había sido ver que las compañías petroleras no están preparadas para situaciones como la presente.
Señor Presidente, no lo culpamos, pero sí que lo hacemos responsable a partir de ahora.

Aprovecho esta entrada para presentarles el blog de Dreaming In Clay. Para los que leen el inglés será de gran utilidad para entender este rincón del Mississippi de la costa, La familia Anderson y su historia...Su saga, en manos de la tercera generación, nos sigue dando talentos en la pintura, música, literatura y - más importante aún- su forma de afrontar los reveses del tiempo y las horas.

15 comentarios:

Elvira dijo...

Muy bonito, Chiqui. Cuando suceden estos accidentes, o lo que quiera que sea, se desea poder vivir sin necesidad de crudo, desde luego. Sacar la energía de las ganas de vivir, por ejemplo.

Camelot dijo...

Gracias Chiqui.No lo podria hacer tan bien como tu, menos la traduccion. De acuerdo contigo, hay que conocer la vida de WI para apreciar mejor su obra.

camelot dijo...

Para los que no conozcan a Walter Anderson, pueden leer este resumen que viene en la cubierta de "Fortune's favorite child". Arriba queria decir WIA


Walter Anderson (1903-1965) was a prolific, fiercely individual artist renowned for his matchless style, his lonely independence, and his astonishingly creative works of art. Devoted to the beauty of the natural world, Anderson emblazoned the events of his everyday life into art that expressed a unique and absorbing vision.
This compelling biography, published in celebration of his centennial, draws on Anderson's voluminous journals and graphic works, the previously unpublished papers of family members and friends, and archival materials from several American museums.
In his creative diversity he was both an artist and a naturalist who left the art world paintings, prints, murals, journals, wood carvings, ceramic works, poems, aphorisms, and pen-and-ink illustrations of literary works. Despite poverty and mental anguish, Anderson called himself "Fortune's favorite child." Few artists have been more grateful than Anderson for the moments of artistic truth extracted from adversity, isolation, and illness.
He was the second of three sons of a good-natured grain merchant and a strong-willed New Orleans society woman who encouraged the children to devote their lives to art. After studying in New York, at the Pennsylvania Academy of the Fine Arts, and in Europe, Anderson returned to the South and settled in Ocean Springs, Mississippi, to live by his art. During the Depression he earned a meager living by decorating pottery and designing figurines for his family's pottery, Shearwater.
Spending his life on the edge of the art world and the edge of society, Anderson fell into many intense adventures, for which his community regarded him as an eccentric. In 1937 he suffered a devastating attack of mental illness that foreshadowed a long battle with emotional turmoil. In an escape from a mental institution in Baltimore, he trekked a thousand miles homeward. Occasionally he lived in self-isolation on Horn Island. He sallied south to Costa Rica to hunt orchids. He rambled across China during the Maoist revolution.
In tracing a life that the artist himself regarded with gratitude and wonder, this biography recounts the story of Anderson's marriage and fatherhood, his bouts with illness, his creative periods of astonishing work, and his spells as a solitary rover expressing his artistic vision and searching for spiritual fulfillment.

estrella dijo...

Sacar la energía de la ganas de vivir? Qué poético Elvira. Pero sería un poco injusto porque aquellos que más la necesitan producirían menos...
Tú saldrías ganando, maja.

estrella dijo...

Camelot. No vamos a discutir quién lo habría hecho mejor, OK? pero entiendo que este medio de expresión no te vaya(?) Lo tuyo es la música, de acuerdo. Gracias por poner el texto de la UPM,"hoy casi todo el mundo lee el ingles", muy buena idea!Un abrazo.

tex dijo...

Ahora vas y le reganas a Camelot?.
Te has fijado que Anderson Cooper parece un pelicano?. Te dije que es gay ?. No te pongas de mal humor que son dos dias.

gomuka dijo...

Jo, Chiqui. No nos regañes. Aunque probablemente estés cargada de razones para ello. ¿Quién te manda a ti hacer tan buenas tortillas de patata? Humm, un gazpacho. Lo que daría ahorita mismo por un buen gazpacho, con no mucho vinagre, ¿sabes? y su puntito soso (sonso, me gusta más).
Mira, chica: nada se puede hacer para remediar la avaricia de la BP ni de todos los demás. De modo que habrá que sacar ingenio para ir tirando y disfrutar en el empeño. Eso sí, sin dañar a nadie en el camino, que bastante joroban los arriba mencionados. ¿O no? Pues eso. Dixit.

estrella dijo...

Yo? Regañar? Gomuca, por lo que más quieras, que no se te pegue nada de Tex. Lo conozco bien y sé que estaba de broma. Mi comentario a Camelot - lo he leído - se podría interpretar como un poco, malhumorado...todo depende de los lentes con se lea. Ese comentario ya venía de un par de correos. El sabe que era un comentario 'desganado' y por cumplir con lo acostumbrado del blog. Si no le hubiera contestado, entonces sí que habrían pensado que algo andaba mal, no?

estrella dijo...

Gomuca, me conoce usted? Cómo sabe de mis tortillas y gazpacho?

Gomuka dijo...

Pero, ¡cómo! Si e conocido universalmente, Chiqui, que sus tortillas y su gazpacho no tienen igual. ¿Cómo no habría yo de saberlo?

me dijo...

Lo del universo me encanta, Gomuca.
Por cierto, de dónde ha sacado ese nombre tan resalaó?

estrella dijo...

Ah, Tex, ahora veo que te metes con Anderson Cooper. Sí, ya me has dicho que es gay varias veces...para lo que yo lo quiero, a Cooper, me da exactamente igual! Lo de que se parece a un pelicano me parece genial. Llevo unos días diciéndome - cuando lo veo en la tele - 'qué mal le sienta a este chico el sol en la nariz; o será alcohólico?' Ahora, cuando lo miro, pienso en los pelicanos y me hace sentir mejor. Gracias por salvarme de pensamientos negativos.

Gomuka dijo...

http://www.houseoflucas.com/Rob/new%20site/asanas/seated/Gomukasana.htm

me dijo...

Wow! Gomuka, te puedes contorsionar así? Yo lo intentaría si no fuera porque tengo la seguridad de no poder volver a mi forma habitual.

La foto es mondante, pero no consigo ver la cara de una vaca...

Elvira dijo...

Tienes que tomar la figura entera. La caravaca se forma con todo el cuerpo así dispuesto. Tampoco creas que a mí me convence mucho. La contorsión se logra con un poco de práctica y va muy bien para la elasticidad de columna y extremidades. Y para la azotea, claro.