Varios paseos en el Retiro, por la Feria del Libro, con la intención de perderme entre el gentío y disfrutar del buen tiempo, los colores, y el espectáculo de tanto libro y tantos lectores. Acabé el domingo con una sola compra, un libro que ya había visto reseñado en El País y en Cuarto Poder: Obra Completa (1935-1977) de Blas de Otero. Uno de esos poetas que siempre he querido leer y al que conozco de una forma superficial.
Un único volumen cuidadosamente editado por Sabina de la Cruz y Mario Hernández y publicado por Galaxia Gutenberg en un tomo manejable y elegante de 1275 páginas.
En busca de poemas que atrajeran mi atención he ido por el libro como un saltamontes hasta descubrir que los más cercanos eran los dedicados a España, en su carácter físico, cultural e histórico: temática de gran actualidad hoy y que al mismo tiempo forma parte de lo que hereda Blas de Otero de la Generación del 98 y, a veces, de la del 27. Machado, Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez, García Lorca son poetas glosados en algunos de sus poemas. Los poetas del XVII (sobre todo Góngora y Quevedo) también le inspiran, a la hora de acercarse al tema de la muerte y a los conceptos de patria, pueblo, y hombre.
Para los que me conocéis no os será de extrañar que sean estos poemas sobre España los que más me han gustado, de acuerdo con mi condición de transterrada semi-voluntaria. Les dejo algunos de ellos aquí.
EL OLVIDO
Hemos vivido a tientas tanto tiempo.
(El humo se deshace entre los árboles.)
Hemos buscado, cada vez más cerca
de la verdad común.
(El mundo se modela con las manos
sonoras
que forjan, siegan, tejen y taladran.)
El olvido dibuja un jardín blanco,
pero cae
una
gota
de sangre,
o bien el hambre abre sus túneles horribles
y estalla y brilla la verdad común.
Y YO ME IRÉ
Bilbao. Me voy ya pronto,
y no sé si volveré.
Esta vez llevo mis libros,
mis discos, y otras chanfainas
menudas. No volveré.
Te padecí hasta el ahogo,
Bilbao: tu cielo, tus casas
negras. Y tu hipocresía.
No, no volveré.
Quemaste mi juventud
como un trapo viejo. Un día,
me rebelé. Vi, y volví.
No, no volveré.
Me laceraste hasta el fondo
del alma. Me arrebañaste
la ilusión: no el entusiasmo.
Insistí hasta lo inverosímil.
Eso me salvó. Rompí
la puerta, y me fuí. Y volví.
No, no volveré.
Labrad, amigos,
un túmulo a mi ausencia (si
es plagio, mejor) Si muero,
Dejaré el balcón abierto:
no sé si en Cuba, en Madrid,
en Moscú, en París. No sé
dónde. Pero lo que sé
seguro, es que me voy. Y
no volveré.
Aire libre
Si algo me gusta, es vivir.
Ver mi cuerpo en la calle,
hablar contigo como un camarada,
mirar escaparates
y, sobre todo, sonreír de lejos
a los árboles...
También me gustan los camiones grises
y muchísimo más los elefantes.
Besar tus pechos,
echarme en tu regazo y despeinarte,
tragar agua de mar como cerveza
amarga, espumeante.
Todo lo que sea salir
de casa, estornudar de tarde en tarde,
escupir contra el cielo de los tundras
y las medallas de los similares,
salir
de esta espaciosa y triste cárcel,
aligerar los ríos y los soles,
salir, salir al aire libre, al aire.
Estribillo Tradicional
Soledad tengo de ti,
tierra mía, aquí y alli.
Ai aquí, siento que me falta
el aire, que apenas puedo
mover la pluma por miedo
al gato, que siempre salta
donde más se piensa. ¿Ves
qué manía tan funesta
esta
de no pensar con los pies?
Pues si allí, siento que el suelo
me falta, que puedo apenas
remover plumas ajenas,
se me va el pájaro al cielo;
es
lo que yo digo: Ya ves,
tierra mía, allí y aquí,
soledad tengo de ti.
MADRID, divinamente
suenas, alegres días
de la confusa adolescencia,
frío cielo lindando con las cimas
del Guadarrama,
mañanas escolares,
rauda huida
al Retiro, risas
de jarroncito de porcelana,
tarde
de toros en la roja plaza vieja,
después me iría y a ver la verbena
en San Antonio o San Isidro,
ruido de Navidad en las aceras
cerca
de la Plaza Mayor,
rotos recuerdos
de mil novecientos veintisiete,
treinta,
pueblo derramado aquel 14
de abril, alegre,
puro, heroico Madrid, cuna y sepulcro
de mi revuelta adolescencia.
11 comentarios:
Me suena muy bien pero no termina de emocionarme, quizás porque yo no comparta esos sentimientos que tú sí que vives, prima, o quizás porque ahora estoy demasiado enfrascada en un trabajo tan aburrido que espanta todo lo demás. La oficina es incompatible con la poesía, por lo menos para mí.
Era muy guapo, y perdonen la frivolidad.
Prima, no le he hecho ningún favor al poeta con mi ‘tan personal’ selección. Es un libro de más de mil páginas de poesía! Volveré a él en otra ocasión, cuando vuelva a casa.
De frivolidad nada;era guapiiisimo
¿Sabes, Estrella, que compartíamos familia?. Traté bastante a sus hermanas, a la "tía" Conchita y a Maria Jesús. Creo que a El le vi una vez de niña. Luego, coincidí una vez con Sabina en un acto en el cementerio de Orozko, un día de lluvia sirimiri. No recuerdo que era pero yo fui con mi madre y su prima, y las hermanas de "Blasdeotero". Orozko, paraje mágico diría yo
"el lugar donde me bañé de niño, piedras rodadas, guijos como anillos, chopos tintineantes, líricos atardeceres amarillos"
Le doy recuerdos tuyos? Voy a verla esta noche!
Muchas gracias pero no te molestes, Estrella,¡imposible que se acuerde!. Yo lo recuerdo porque era "algo" sobre Blas de Otero. ¡Sobre un poeta!
Acabo de recordar que a Sabina le volví a ver, de lejos, en en la conmemoración de "el Día de Blas de Otero (Bilbao, 1916-Madrid, 1979)", la del año 2003 creo. Acto en el que Luis García Montero, cuya voz me enamoró, dio una conferencia titulada "Pido la paz y la palabra". Luego hubo una audición, preparada por Sabina de la Cruz.
Anisia, he pasado unas horas enternecedoras con Sabina, quien sabía de mi , pero no nos habíamos conocido. Un verdadero encanto; una conversación interesantísima. Voy a hacer lo posible por verla en Bilbao en mi próxima visita.
La presentación del libro es el 9 en Bilbao
Pero, ¿vive en Bilbao?
Si, vive en Bilbao...la tienes cerca.
m.v. en Bilbao (sacando foto en el Guggenheim) en el centro de la foto.
La Ria,universidad de Deusto etc....
Como podria yo hacer nada equivalente a lo que tu hagas??
Fantastica!
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