viernes, septiembre 16, 2011

JOSÉ ATAZ HERNANDEZ (1927-2011)


Que difícil me va a ser hacer justicia a este noble “toro”, como nos referíamos a él en estos últimos años tras pasar, una y otra vez, ingresos en la UVI que la mayoría de nosotros no habríamos sobrevivido. Para ello tendrían que hablar todos aquellos que tuvieron la buena fortuna de conocerlo. Muchos de sus más queridos amigos, ya muertos, también.
Conocí a mi tío a los doce años. Mi tía Esperanza se había enterado de que, desde la muerte de mi madre, andaba de casa en casa (por así decirlo) y en los veranos “por esos campos de Dios” como una gitanilla. Para mí fueron veranos inolvidables, pero esta visión romántica-picaresca movió a mi tía y seguramente a su marido, a invitarme a pasar el verano del 62 al Mar Menor. Me enteré así de cómo viven los que estudian: yo llevaba varios años sin ir a la escuela, y era lo que más deseaba.
Quiero aclarar que aunque me refiera a ellos como “tíos” y “primas”, el lazo sanguíneo es mínimo; por parte de mi tío, nulo. Mi madre y mi tía Esperanza eran primas hermanas que se habían visto un par de veces en su vida. Eso, precisamente, hace mi relación con ellos mucho más fuerte.

El verano, que debieron ser casi tres meses, pasó en un soplo. Mi tío venía los fines de semana, hasta el mes de agosto en que tenía vacaciones. Mis tres primas--a la mayor le llevo 5 años--eran casi preciosas muñecas para mí. Con ellas y sus amigas jugué sin descanso y con la abundante imaginación que por entonces tenía.
Preparada mentalmente a volver con mi abuela me llevé una gran sorpresa. Mi tía me preguntó que si me quería quedar con ellos; así iría a la escuela…
Fue entonces cuando me di cuenta de lo diferente que era mi tío a otros hombres. Era persona de pocas palabras. Había delegado en mi tía mi cuidado y educación. Pero no por eso dejaba yo de observar el aprecio que me tenía. Mi tía no podría haber tomado la decisión de esta “adopción” sola. Evidentemente lo hablaron.
Tenía tres hijas y no le importaba añadir a la mesa a una cuarta, extraña. Mi experiencia había sido otra. Desde ese verano, mi admiración y cariño hacia ellos –especialmente a mi callado tío – nunca ha tenido límites.
Pronto, después de ese verano, me encontraría haciendo una vida errante, gitana de verdad pero en un Seat 600. Nombraron a mi tío Delegado de Hacienda y viviríamos en las siguientes ciudades, nunca más de tres años: Córdoba, Burgos, Cádiz, La Coruña y Sevilla. Acabaríamos en Madrid donde mi tío tuvo un importante cargo en el Ministerio de Hacienda.
En 1977 me fui a EE.UU. En un principio volvía todos los veranos, pero en el 94 dejamos de hacerlo por diferentes razones. Fue en esos años de mi ausencia cuando mi tío empezó con problemas médicos. Me mantenían informada y las posibilidades de vivir una vida normal para él eran mínimas, desde un principio. Pasaron unos años y nos sorprendió a todos – en particular a sus médicos – que consideraban que cada día era una prórroga. El siguió trabajando desde casa: ayudaba a amigos, familiares o antiguos clientes… a extraños que conocía en sus paseos en su silla motorizada o sentado en el café de enfrente de casa. La voz corre y en casa siempre había alguien entrando o saliendo cuando yo llegaba.
Escribió artículos de opinión que ni el ABC se atrevió a publicar… Dejaría los artículos y pondría su esfuerzo en un libro:¿MEMORIA HISTORICA? SI, PERO PARA TODOS. Si pinchan en el titulo podrán leer la reseña que hace de él José Manuel G. Torga.
Dedicó un ejemplar a mi marido y cuando le reproché que no me hubiera incluido me dijo, como si él llevara toda la razón, que para qué queríamos dos, en un matrimonio lo que es de uno es del otro. ¡Pues no, pensé yo, mi tío es mío y no del otro! La verdad es que fue mi marido el primero en leerlo… y eso lo sabía él al dedicárselo. El día de la presentación me puse en la cola y se sonrió al verme. La dedicatoria: “A María Estrella que no le gustan las ataduras”.
En estos cortos viajes que he hecho desde el 2006 con el motivo principal de disfrutar de mi familia, hemos tenido largas conversaciones. El silencioso tío Pepe se había vuelto locuaz, apasionado, y argumentativo, era difícil callarlo…Tengo el honor de haberlo dejado callado y pensativo en un par de ocasiones.
Sé que se sentía desilusionado, triste por la situación política actual. No concebía ese desprecio de los nuevos políticos a toda una generación que bajo los últimos años de Franco preparó al país para una transición sin problemas. Toda una generación de funcionarios del estado que habían trabajado honradamente y con un pago mínimo. Una generación ahora perdida sin la cual el cambio habría sido bien diferente.

Acabaré, con una anécdota que lo retrata.
Cuando volví este pasado abril, mi tía no estaba en casa. La puerta del despacho de mi tío estaba cerrada y del griterío (mi tío estaba sordo) y algún que otro sollozo de mujer, deduje que se estaba debatiendo algo serio y urgente. Me puse cómoda. Por fin se abre la puerta corredora y veo salir a una pareja en sus setenta, de aspecto humilde. Ahora es ella quien discute porque mi tío no le dice cuánto ha sido la consulta, de casi dos horas, mi tío apoyado en sus muletas la empuja, prácticamente, hasta la puerta; el marido mientras tanto deja un sobre blanco en la mesa del despacho.
Cierra la puerta con alivio y cuando se da media vuelta y me ve dice: “¡Anda, si estás tú aquí!”
A mi insistencia, y resumiendo, me explica que la semana anterior este señor – taxista- lo recogió para llevarlo a una reunión. El taxista le preguntó que si era abogado… Así fue como le explicó a mi tío en el lío que estaba metido con sus hermanos; pensaba que le estaban robando parte de la herencia de sus padres. Ni corto ni perezoso le tendió una tarjeta y le dijo que lo visitaran en casa para arreglar la cuestión. Y vaya que si se la arregló. Muy contentos salieron ese día que los vi. ¡Pero no se esperaban que les saliera gratis! Cuando le señalé que habían dejado un sobre con dinero, me hizo un gesto de indiferencia y nos pusimos a hablar de otra cosa. El dinero del sobre blanco, con seguridad, pasaría a otro caso parecido. Probablemente en el mismo sobre.

NOTA
Para los que no conocieron a José Ataz Hernández personalmente, este ensayo autobiográfico les dará una idea de la fuerza e intensidad con que lo vivía todo, y con la claridad que se expresaba.

Testimonio de una Convicción

17 comentarios:

tu prima dijo...

Prima, tu relato me ha conmovido mucho por muchas razones, ya sabes.

sofia simões dijo...

"Agora que o silêncio é um mar sem ondas..."
Querida Estrella, un abrazo muy forte.

Anónimo dijo...

A Maria Estrella no le gustan las ataduras: Que razon tenia su tio Jose. Nacio el mismo ano que mi madre. Una generacion especial, por lo menos para mi. Y no se por que, siempre intui, desde muy nina, que ella no queria vivir con ataduras. Pero las tuvo, y muchas. Se enamoro de la musica, y tambien de mi padre, y no resulto un triangulo afortunado, porque dejo sus estudios en el conservatorio de Madrid para casarse y tener muchos hijos, muchos para ella, y para mi tambien, que era o soy su cuarto hijo.

No se por que cuento todo esto, ni a quien le pueda importar; lo que si es verdad, lo que si quiero decir porque me reconforta, es lo que ya dijo Javier Cercas primero en "Soldados de Salamina" y despues en "Dialogos de Salamina". La verdadera muerte, la definitiva ocurre despues, cuando ya no pensamos en ellos. Entonces si estan muertos.

Casi otra vida mas, anidando conciencas inquietas, apresuradas, que siguen como ellos o ellas interrogandose.

Anisia Serendipia dijo...

¡Que pena me entra siempre cuando se muere la gente que ayuda!

Anónimo dijo...

No es verdad. El muerto está muerto y la muerte es la definitiva y fatal cosificación del ser. Los recuerdos son solo recuerdos, crueles o buenos, según el estado de ánimo de la mente que los rescata.
Ahora lo sé. Y lo sé porque ninguna fuerza humana o divina hubiera impedido a mi hermano volver para enjugar el llanto de su madre.

Dulce dijo...

Un día hace muchos años alguien me dijo: Define a tu padre con el primer adjetivo que te venga a la memoria, y yo contesté: Mi padre es INMENSO. Creía firmemente que no tenía fin... Ilusiones de niña porque todo termina, y él se ha ido dejándonos el inmenso vacío de su ausencia.
Gracias por este precioso homenaje que le rindes, querida falsa prima, queridísima verdadera hermana.

Ada dijo...

Lo siento mucho Estrella. Lo que has escrito es precioso.
Entiendo lo que dices sobre la generación de funcionarios del final del franquismo, alguna vez lo he oído a personas cercanas. Yo nunca sé qué pensar, pero si sé que hay que escuchar a todo el mundo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Ada, si hubieras conocido a mi padre no tendrías que pensar nada. Con él todo estaba tan claro, que no cabía ninguna interpretación que no fuera la literal. En todas partes hay de todo, claro. Pero mi padre era un hombre inmensamente bueno, inmensamente íntegro, inmensamente inteligente, inmenso, como dice mi hermana. Y su falta va a dejar a muchas personas sin una valiosa ayuda, lo que es una pena, como dice Anisia. Al final, lo único que cuenta es lo que han sido las personas, lo que han significado, la huella que han dejado, sin importar casi nada dónde hayan estado.

Severiano dijo...

Conocí a mi tío José Ataz en una visita que hice a la familia cuando estaban en Córdoba. Me pareció una persona amable en el trato y con un importante cargo que venía a demostrar su valía intelectual. Mi hermana ya estaba con ellos.
Recuerdo a mi tía Esperanza (siempre ha sido una mujer atractiva, elegante e inteligente) y a tres niñas preciosas que me acogieron con mucho cariño.

A pesar de no existir relación posterior entre nosotros, ha existido siempre un nexo de unión muy fuerte que ha sido mi hermana que tuvo la suerte de acabar en una familia tan especial.
He leído con fervor la autobiografía de mi tío y he visto que fue un hombre que vivió muy de cerca los avatares de la guerra y que pasó sus vicisitudes, pero desde un principio se dejó llevar por sus ideas claras y convincentes; llegó hasta donde llegó por méritos propios.
Sin embargo, hoy quiero rendir tributo a su honestidad y humanidad como persona; con seguridad lo más destacado de su personalidad, y esto se puede vislumbrar en su autobiografía.
Hace un año vi su foto en Facebook y le mandé un mensaje donde expresaba mi preocupación por su salud, a la vez que le transmitía mi admiración y aprecio. Me contestó de forma cordial, como si nunca hubiéramos perdido contacto.

He hablado con mi tía Esperanza y la he encontrado con ánimo, pero echando mucho en falta a su marido.
Desde este foro, que tan bien lleva mi hermana, quiero transmitir mi más sentida condolencia a mis primas, Mari Pre, Maruja y Mª Esperanza, así como a sus hijos.
Un abrazo a todos.

Pre dijo...

Muchísimas gracias, Severiano. Te recuerdo muy bien, más de las fotos que de la visita de la que hablas porque éramos muy pequeñas. Tenía ocho años por aquel entonces. Pero de las fotos sí que me acuerdo. María Estrella presumía mucho de su hermano y con razón. Como nosotras no teníamos chicos en la familia, nos parecía una suerte tremenda tener un hermano mayor y, encima, tan guapo y tan bueno en todo.
Un abrazo muy fuerte también para tí.

Angela dijo...

Querida Estrella. Me alegre mucho cuando supe que pasarias un semestre en Espana. Ahora, a pesar de lo triste de la situacion, me alegro mucho mas. Te he oido tantas veces hablar de tus tios y primas que todo me llega muy cerca. Estoy segura que habra sido un gran confort el estar ahi en momentos tan dificiles para tus seres queridos. Cuidate y mis condolencias para tu familia.
Que foto tan bonita, franca y abierta.
Angela.

Estrella dijo...

Del blog de Rafael Argullol

http://www.elboomeran.com/blog/2/blog-de-rafael-argullol/

Elvi dijo...

Precioso relato, Chiqui; un homenaje merecido, seguro. El comportamiento de tu tío, su decencia, me recuerda otros que se produjeron cerca de mi familia, contados por mis padres. Leeré con atención esa autobiografía. Como dice Anisia, los que ayudan no deberían morir nunca.

Anónimo dijo...

Querida Mª Esrella: no sabes cuanto siento la perdida del ser tan maravilloso y extraordinario que ha sido para ti tu tio y lo que ha significado en tu vida, tuve en el año 1974 el gran privilegio de conocerle en Sevilla y a tu tía Esperanza gran mujer de corazón y primas, fueron todos conmigo encantadores, muy humanos y humildes, las dos cualidades que más admiro de las personas, a además de su inteligencia. En estos momentos no tengo palabras para expresar cuanto siento la gran pérdida. Un abrazo muy fuerte para tu tia y primas.
Un beso
Lola.

Anónimo dijo...

Te añoramos y deseamos lo mejor para ti y el resto de la familia. Las familias unidas lo superan todo y tú tienes en ellos y ellos en ti la solución.
Tere y Luis

Camelot dijo...

Estrella, no se que decir y recuerdo que te gusta esta pieza que es una de mis favoritas.
Para ti y tus primas.
http://www.youtube.com/watch?v=w8LL1x6J2rU&feature=related

Estrella dijo...

Queridos. Seguro que a mi tío le habría hecho gracia ver que tantos de vosotros lo reconocíais en este medio tan popular y no del todo extraño para él.
Mañana se celebrará un Funeral en su honor y esperamos que con él se cierre este ciclo público y su recuerdo quede en la intimidad de los que lo conocimos. Si él no puede disfrutar de esta vida que tanto amó, lo intentaremos hacer nosotros por él.
Un sincero abrazo a todos.