martes, abril 17, 2007

GRACIELA Y EL AMOR



Queridos todos: Vicente Verdú habla hoy en su blog de una cuesta. Tendré que volver a leerlo para asegurarme qué cuesta es esta, pero sinceramente no hay cuesta que yo pueda subir hoy. Tengo la gran suerte de apoyarme en mi queridísima Graciela, a quien todos echamos de menos y que anda por esos “Aires” con su lap-top roto, pero que en unos días estará de vuelta a Chicago, gozando de esa maravillosa vista desde sus ventanas, del lago Michigan, con su bellísimo color azul verdoso. Chiqui



LOVESICK

Te quiero.
Te quise cuando era ciegamente joven
y te seguí queriendo cuando empecé a saber cómo se hace la alegría.
Te quise luego a la sombra de mis primeras ojeras,
te quise porque te había querido sin saciarme,
te quise para seguir queriéndote, y ahora
te quiero como si te usurpara. Te quiero y te seguiré queriendo
mientras se me vayan abollando los ojos y quebrando las manos
y se me vaya volviendo piedra la voz en la garganta.
Te quiero cuando sea vieja y tenga un jardín, un perro y un esclavo.
Te querré cuando no segregue jugos para inundarte
y no me acuerde de haberte inundado nunca.
Te querré la última vez que mis manos se aferren a las sábanas
y te seguiré queriendo hasta que no tenga con qué y seamos los dos
el recuerdo de alguien
o nada.


INCONSTANCIA DE AMOR

Quisiera darte un tazón de sopa caliente, un pedazo de pan, vino
Y mirarte comer, y sonreírte.
Quisiera abrirte mi cama y que te me durmieras entre
Las manos y cuidarte el sueño.
Consolarte.
Estás solo
Desde que yo, a escondidas de mí, avergonzada,
empecé a olvidarte.
Como un hijo abandonado, como un corazón
arrancado de su cuerpo que se
empeñara en latir, lleno de pelusas,
debajo de algún mueble,
como un hombre sin olor o como una estatua de
ceniza.
Sólo. Frágil. Ido.
Quisiera darte de comer y abrigarte,
decirte otra vez que sí, que claro, que siempre, que
yo,
contarte cosas, hacerte reír por fin. He tenido que
olvidarte
pero sí, claro que sí, siempre, yo.


Graciela Reyes nació en Buenos Aires. Estudió en la Universidad de Buenos Aires y luego en la de Madrid, donde recibió el título de doctora en filología. Ha enseñado la lingüística en la Universidad de Illinois-Chicago. Es autora de varios libros sobre temas de lingüística y de literatura. Ha publicado cuentas y poemas en revistas españolas, argentinas y norteamericanas y dos libros de poemas: Reflexiones de una mujer sola y Poemas para andar por casa. Su obra ganó el premio Letras de Oro en el género de la poesía. Actualmente prepara un nuevo libro de poemas.

30 comentarios:

Anónimo dijo...

dicen que pensamos con la cabeza y sentimos con el corazón... añadiría que algunas cosas se sienten en la boca del estómago, como éstas poesías. tal vez me equivoco.

gracias chiqui, un bonito regalo. me acuerdo que Asier decía algo sobre los lunes: tienen un color o una intensidad especial (algo así). Este lunes, sí embriagado de poesía.

pasaba a saludar, bsos

Anónimo dijo...

Me gustan mucho los poemas, gracias por ponerlos, Chiqui. Me han hecho pensar cosas que son difíciles de decir (yo no tengo talento poético)y también me han dado mucha nostalgia.

estrella dijo...

Querida Irene, llevas razón. Qué suerte tenemos de tener aquellos que hablan y se expresan en una forma tan bella por nosotros. Aunque hablan de un final, para mi, son poemas de juventud, por la intensidad con que uno siente a esa edad y el segundo poema por la generosidad y conciencia que se siente en él, a pesar de la perdida del amor. Pero yo tampoco soy poeta.Siento que mi explicación no hace justicia a los poemas. Espero que otros se animen hoy a dejarnos algunas perlas.

estrella dijo...

ANONIMO, tu comentario quedó en el improvisado blog de ayer. Te preguntabas si uno podía sentirse culpable por olvidar al que había querido.
Yo no creo que la palabra sea "culpable". Todo depende de como acaba la relación y lo intensa que fuera. Hay experiencias que cuando las recuerdas te hacen sonreír, buena señal...otras evitas no recordar; esto último me lo imagino...todos los amores que tuve en el pasado fueron románticos y mas bien platónicos, los recuerdo con cariño. Como Graciela hace en “Inconstancia del amor”

Anónimo dijo...

Quisiera darte de comer y "abrigarte,
decirte otra vez que sí, que claro, que siempre, que
yo,
contarte cosas, hacerte reír por fin. He tenido que
olvidarte
pero sí, claro que sí, siempre yo"


Soy nulo para la poesía. El primer poema lo entendí, el segundo me quedan dudas. Alguien se atreve a aclararme que quiere decir con "claro que si, siempre yo"

estrella dijo...

JOAQUINITA...estaba pensando anoche, cuando te referías a salir de mi casa vestida de novia...yo entendí, del blog. Hoy se me ocurre que quizás te refieres a mi casa donde vivo.
Wow, eso sería un acontecimiento. Podríamos invitar al grupo....Tenme al tanto!

estrella dijo...

ALGUIEN puede ayudar a ANONIMO?

Anónimo dijo...

no creo que haya que sentirse culpable por olvidar a alguien. cuando un sentimiento se acaba se puede transformar (como la energía) en otra clase de sentimiento, por ejemplo en amistad, no? si no es posible, mejor mirar hacia delante y pensar en uno mismo... algo así como dice el poema "siempre yo". pero es que hay algo más? todo gira alrededor del "yo". los recuerdos están bien para quien le guste la nostalgia, pero no ayudan a (sobre)vivir.

irene, yo tampoco tengo talento poético, más bien verborrea incontenible por lo que parece. cuando estoy cansada escribo unas cosas un poco raras, pero ya que lo he escrito...

sdos a todos, buenas noches

estrella dijo...

Pero, Hanako, no crees que ese "siempre yo" es como una promesa de consolación..Ej. Siempre estaré aquí para lo que necesites, aunque ya no te quiero..
No sé...

Anónimo dijo...

Chiqui, no me gustaría recibir la compasión después de la muerte de una relación.Aunque yo siga amando a la persona…

Anónimo dijo...

no lo veo así, claro que hoy no veo mucho, solo la cama (estoy francamente rota)... dices algo así como un premio de consolación? hace unos días alguien en el blog dijo algo así que algunas mujeres para no lastimar muestran afecto y esto es cruel. supongo que también es válido para los hombres, no te parece? no sé, lo veía como una afirmación del "yo" sobre todo lo demás...

me voy a dormir, ni me releo. bsos

estrella dijo...

Sí Hanako, ya se que estarás dormida. Eso lo dijo, no recuerdo quien, cuando yo pensaba ir y visitar a Kico; el perro que aúlla detrás de mi patio. Me pareció un consejo sensato.

estrella dijo...

Tendríamos suerte si Graciela nos lee y decide meter baza. Veríais lo bien que le explicaría a ANONIMO ese “YO” sin reparo de que sean sus propios versos.

Anónimo dijo...

Oasis - Wonderwall

http://www.youtube.com/watch?v=FAPtTS0TYtU&mode=related&search=

hoy una grua enterita con seis gaviotas encima ha entrado por mi ventana abierta. hace tiempo que no pasaba eso, que la realidad que soy yo me rodeaba 360 grados. ya no tengo pesadillas!!! ( y no pienso explicar el sueño que tuve...)

pongo música. la calle está llena de gente que no está delante de una pantalla. eso no es ni mejor ni peor. ES. SOY. SOIS. SOY FELIIIZ (de pequeño en la cama cuando pasaba un R10 veía la sombra de las rayas de la persiana subir por una pared, avanzar por el techo y bajar por la otra pared. No se si tiene a ver con mi felicidad actual pero sospecho que sí, todo tiene a ver con todo: TESOROS...)

saludos.

PD: sermón de las 0:29:

quereos. no olvideis nunca vuestros tesoros: son sólo vuestros!

Anónimo dijo...

Yo también voy deprisa, y estoy cansadísima, pero quería decir respecto a ese ‘siempre yo’ que estais comentando. Me parece ver a alguien que sabe perfectamente que no puede amar a esa persona en concreto. Y no deja de sentirse responsable del otro -¿culpabilidad?-El caso es que parece que el otro (el dejado) sea un ser inferior, como si dependiera de ‘ella’. De hecho ella ‘quisiera’: darle de comer, abrigarle… vamos: cuidarle como a un ‘dependiente’.
Y como si ese “pero si, claro que sí, siempre yo” fuera un reproche que no era la primera vez que había salido en la relación, sino que era un reproche también rutinario.
Creo que es un poema que puede describir el final del amor. No es posible volver a amarlo.
Respecto a lo de la boda…era una broma ¡claro! se me había ido la olla . yo no me caso, ... Pero en tu casa FIESTA. –si nos dejas-
Besos Chiqui.
Me voy a dormir. Tengo los pies molidos.

Anónimo dijo...

El primer poema me ha gustado muchísimo, precisamente por la incontinencia sentimental que refleja, el desparrame absoluto del sentimiento, la fuerza expresiva de las palabras. Muchísimo. A mi no me parece de juventud, se puede sentir así en cualquier momento. Cuando menos te lo esperas, más tranquila te sientes, más vacunada de esos sentimientos que tienes asociados al primer amor, llega esa locura. Me ha encantado.

Respecto al segundo, precisamente la parte que Anónimo reproduce me había llamado la atención. Ese "yo, siempre yo" me parece un giro cruel, una posición de superioridad de alguien que te está diciendo que estás solo, que eres fragil, que estás ido, o sea, que eres debil, aunque se siente culpable por haberte olvidado; de alguien a quien, para aliviar su culpa, le gustaría poder hacerte reir, pero que eso no va a ser posible porque te ha perdido a ti, siempre a ti. Ese yo, afirmativo de su presencia para siempre es como una especie de maldición que viene a significar que al pobre le han olvidado, pero que el pobre no podrá olvidar a quien se siente tan superior.

Obviamente, es una interpretación completamente subjetiva y no deja de ser lo que a mi me ha inspirado o me sugiere el poema, cercano a lo que apuntan también Hanako y Joaquinita. Por otra parte, si olvidas es díficil que la persona olvidada te despierte ningún sentimiento. Si te sientes culpable es porque sigues queriendo a esa persona con un cariño -no necesariamente compasión- diferente del que ella siente por ti o querría recibir de ti. No sé. En cuestión de sentimientos, es todo bastante complicado. Y teorizando es fácil equivocarse. Seguro que me equivoco.

También me gustó mucho la definición del agua que nos dejó Murakami el otro día. Tan gráfica, tan cierta y con tanta sensibilidad. La versatilidad del agua. Precioso.

Anónimo dijo...

Muchas, muchas gracias, a quien mira por su ventana las gaviotas y nos regala uno de sus tesoros para recordarnos que nosotros también los tenemos.

Muchas gracias. Después de un día muy duro, me voy a dormir recordando el olor del mar el primer día de cada verano de cuando era pequeña. Los demás días ya no olía así. El reencuentro anual con esa oleada de agua, sal, algas y arena me llenaba de un placer tan intenso que me sentía la niña más feliz del mundo.

Gracias.

Anónimo dijo...

...TESOROS (son ellos ya, allá van, aunque los disfruto...)

http://www.flickr.com/photo_zoom.gne?id=463362674&size=o

nada dura mucho y todo dura demasiado.

todo sucede. no hay más belleza que esta: las cosas, suceden.

hasta... no sé cuando.

Anónimo dijo...

Al hombre que se acerca a la papelera.

Preciosa, mágica y feliz. Gracias por compartirla.

Anónimo dijo...

Obviamente, me refería a la foto.

estrella dijo...

TESOROS...qué bien que pases por aquí. Ese niño con cara de hombre, lo he visto antes...colecciona piedras como yo y le deseo que miles de estrellas de mar lo acompañen en sus sueños. Qué sus sueños sean dulces y duren ...hasta que duren. Te queremos, lo sabes.

estrella dijo...

Pues no se si os lo vais a creer pero amanecí con una tortícolis indomable. Mi pobre chiqui con un ojo totalmente cerrado, conjuntivitis. Los dos nos estamos cuidando. Me quedé dormida en el sofá con un collar de arena que se puede calentar en el microondas.

Me despierto a todos estos comentarios tan interesantes. Todavía tengo la esperanza de que Graciela nos lo aclare. La foto de ese niño tan encantador me ha llevado a otra época de nuestro blog...la colección de piedras también. Que tranquilidad dormir sabiendo que alguien nos recuerda con cariño y que no tiene pesadillas. Besos

Anónimo dijo...

Todas mis tonterías se curan saliendo a la calle. Siempre ha sido así, aunque es fácil abandonarse entre las sábanas para que te abrace la melancolía. Pero cualquier cosa ahí afuera tiene razón, o la tendrá algún día. No tenemos paciencia, eso es todo. Somos ondas y nos parece todo muy complicado. Dejarse mecer en los altibajos. Los bajos y los altos nos componen. Los ojos tendrían que mirar para adentro, a veces pienso. Estaríamos mejor. Pero a la calma no se la llama: eh calma, anda cá! Viene y se va. Hay que cambiar de terraza porque ni la alegría ni la tristeza son la terraza, y a la terraza hay que respetarla, ella no tiene la culpa. Bien sé que más dura será la caída: eh caída, te espero (y el ridículo resulta ser la mejor compañía, es increíble lo que somos capaces de hacer cuando tenemos el depósito lleno de tesoros)
Bona nit. Hace calor y me olvidé de acordarme de lo que me pasa cuando empieza a hacer calor. Mi abuela de 95 años te quitaría la tortículis con un crack. La que mataba conejos y viajaba entre ataúdes en el techo de una guagua. Un poco rara: seca. Gente de pocos besos. Entienden la educación a la antigua usanza. Yo no: no dejes de abrazar hoy (o cuando sea) lo que mañana abrazarás de otra manera.

Anónimo dijo...

Los dos poemas que eligió Chiqui los escribí hace más de veinte años. El primero es la reconstrucción de lo que me contó un amigo mío, Nacho. A él (a sus iniciales) está dedicado el poema. Me contó que toda su vida había amado a la misma mujer imposible. La quiso de niño, de joven, la quería ahora que tenía más de cincuenta, la querría siempre, y cada vez más. Ella estaba casada, tenía hijos y nietos, y él también, y se veían muy de vez en cuando. Ella sabía que él la amaba, pero él no sabía casi nada de ella. Jamás compartieron un día juntos, y jamás pensaron en unirse. Nacho y yo nos distanciamos a causa de este poema. A él le pareció que yo le había robado su sentimiento y lo había expuesto a ojos de todos. Yo lo escribí como un homenaje al amor imposible, con respeto, pero él no quiso convencerse.

En el segundo poema, la voz de la mujer trata al hombre olvidado como a un niño que necesita alimento, calor y consuelo. Entre las dos últimas palabras del poema debería haber una coma: “siempre, yo”. La coma me parece indispensable, porque sin coma la palabra yo queda demasiado realzada. Ella, en esos versos finales, desde “claro que sí”, está como repitiendo algo muy dicho en el pasado “claro que te quiero, claro que te voy a querer siempre, claro que siempre estaré contigo yo y nadie más que yo”. Esas palabras repetidas pueden tener un retintín y ser irónicas y crueles. No lo sé. Los poemas son del lector, yo no puedo dar una interpretación mejor que la interpretación de ustedes.

Sigo paseando por Buenos Aires, entre tormentas terribles, con truenos de esos que no dejan ni hablar, relámpagos continuos, ráfagas de agua. Se inunda el Riachuelo (afluente del Río de la Plata), se corta la luz en barrios enteros, no hay semáforos en varias calles, la ciudad es un caos, se oyen continuamente las sirenas de los bomberos. Esperé casi dos horas en el café de una librería, leyendo a Antonio de Benedetto, escritor magnífico, medio olvidado (les recomiendo sus novelas, en especial “Zama”) y esperando que escampara o al menos dejaran de caer raudales de agua para salir y buscar un taxi.Como no encontré taxi, fui de café en café y pasé una de las mejores tardes de esta visita a mi ciudad. Ahora son las 11 de la noche; estoy en un cibercafé, muy cerca de mi casa, y espero que me pasen a buscar unos amigos para ir a escuchar tangos. Todavía hay truenos y relámpagos. Salud a todos.

estrella dijo...

LAVADORA. Con que sigues lavando? Muy acertado estas esta noche con tu poética filosofía.
Mi tortícolis se tendrá que ir sola, no confío en ningún quiropráctico. Siempre que los veo manipular el cuello de alguien pienso que se les va a ir el control un pelin y...ahí me quedo. ¡Me fiaría de tu abuela!
Qué casualidad, tu sermón me ha calmado, me devolvió la sonrisa, todo funcionaba tan bien cuando andabas por aquí . Figurate, Zenobia se cambió de nombre. Ahora se llama HANAKO, y conoce a un tal MURAKAMI, con alma de poeta como tú.
Gracias por tu consejo a todos:
“no dejes de abrazar hoy (o cuando sea) lo que mañana abrazarás de otra manera.”

estrella dijo...

GRACIELA, pareces estar viviendo una aventura bajo la lluvia de Buenos Aires. Ya te veo de café en café. Eso no ocurriría aquí...están tan lejos uno del otro.

Bueno, creo que no nos salieron muy mal las interpretaciones de tus poemas. Es evidente que gustaron. La falta de coma al final es mi culpa. Lo revisé varias veces. Necesito una secretaria…
PD. Mira la foto de tu amigo Chiqui en la próxima entrada.
Qué es de Leda, nos tienen olvidados.

estrella dijo...

HANAKO...TRAETE A MURAKAMI POR AQUI!!

Anónimo dijo...

bueno, por partes, aunque seguro que me olvido de cosas:

Graciela, es un honor para mí que nos leas y nos contestes, mi respeto y admiración.

Chiqui, no puedo traerte a Murakami, le conozco como te conozco a tí, asi que solo puedo decirle en el blog que vuelva cuando quiera, pero creo que eso lo tiene que decidir él... no se me da bien pedir algo, normalmente espero a que suceda.

para el degustador de la vida y de las calles

la foto: real, bella, qué suerte tener un tesoro así, todo cobra otro sentido. una pregunta: se puede tener todo? calma, ventanas, calles, calor, fuera, pantalla, teclado, letras, palabras, dentro? o son incompatibles?

prima: me encantó la definición del agua, pero al mismo tiempo me hizo ver una imagen de mí inestable, que no es que no sea verdad (es verdad), pero pienso: el agua a qué tiende... al movimiento o a la calma, a estancarse? algo de eso también hay

vaya!!! creo que es suficiente por ahora. bsos

estrella dijo...

HANAKO. Recuerda la canción de los Rolling Stones que puse el otro día, algo así como : no siempre vas a tener todo lo que quieres, pero algunas veces puede que tengas lo que necesitas...
Siempre me gusto ese lema. Si uno tiene lo que necesita se puede dar por contento.
Graciela, generosa con su tiempo y con sus sentimientos. Como los que ya van escaseando.

Anónimo dijo...

Graciela, mientras huyes de esas lluvias y escuchas los tangos, te he buscado una coma y te la pongo.
Siempre,
YO