
o una Botero, porque guapa era, alegre y rápida en entender mis alusiones al comportamiento de su hija en clase. Me solía acabar las frases, haciendo mi trabajo crítico más fácil. Era increíble…mientras que seguía buscando fotos donde estuviera ella, mi sobrina seguía disparando información sobre la situación. La madre de Emily había adelgazado más de 150 libras en menos de dos años. Estamos hablando de casi 70 kilos. “¿Cómo lo ha hecho?”, le pregunté… todavía asombrada. Laura contestó como la cosa mas natural del mundo: “se divorció del padre de Emily”. La miré con extrañeza y volví a las fotos. Efectivamente el padre de Emily andaba por allí cargando sus – también - 300 y pico de libras; él no había adelgazado.La explicación entre las compañeras de clase, dada por Emily hacía unos años, era que su padre arrastraba –diariamente- a toda la familia a los sitios de hamburguesas, Pizza, tacos y todo lo grasiento que encontrara, digiriéndolo con cerveza y sodas. Emily, en rechazo al retrato que sus padres presentaba , había crecido rayando en la anorexia y avergonzada de ellos.
Lo cierto era que, ahora, su madre parecía mucho más joven y había recobrado cierta elegancia y gracia, y según mi sobrina había cambiado de trabajo y estaba saliendo con un profesor del colegio más joven que ella.¡Wow! Quién lo hubiera dicho.
Esta mañana, mientras cargaba la lavadora y el friega platos, quitaba cosas de en medio… me preguntaba qué iba a poner en el blog. De repente me siento como si lo hubiera dicho todo. Una sensación bien rara de vació y sorpresa. Sonó el teléfono; era una amiga de New Hampshire que había estado visitando Boston y no quería irse sin decirme hola. Así son las buenas amigas. Me dice que no puede verme porque su amiga Lucy ha comprado un apartamento en Gloucester que da al mar y tiene mucha ilusión en que lo vea. Yo no conozco a Lucy pero mi amiga pasa a contarme que Lucy se divorció el pasado enero y que desde entonces la ha querido ver. Le pregunté que si lo estaba pasando mal. “¡No!” respondió mi amiga…” ha rejuvenecido y tie
ne un montón de proyectos. Lo más importante es que ha adelgazado mucho y está fabulosa. Ahora con este apartamento está en la gloria, puede andar al trabajo y como está en el último piso tiene unas vistas fantásticas, en fin, concluye mi amiga, tiene muchas ganas de enseñármelo y contarme como le va en su nueva vida.Me pareció una de esas coincidencias…la conversación con mi sobrina y ahora con esta amiga. Dos divorciadas alegres y delgadas. Discretamente le pregunto cómo es que adelgazó tanto (esperando que fuera por el dolor y la pérdida). Mi amiga me dice “Bueno tu sabes el estrés que uno pasa cuando las cosas no marchan (mi amiga es divorciada también, desde hace años, y una esplendida pintora y fotógrafa). La gente se consuela comiendo sin control y, lo peor, bebiendo…Ese era el caso de Lucy”.
Sí, estoy segura de que algo de esto hay. También el deseo de encontrar a otro
hombre debe motivar a la mujer a cuidarse mejor, sobre todo si se es joven. Pero, según las estadísticas las que deciden no volver a casarse también adelgazan. En una ocasión, recién llegada a este país oí a una enorme señora, que sentada en frente de un plato de langostas con patatas asadas, le decía a su atractivo –en mi opinión- marido, en voz tan alta que lo pudo oír todo el restaurante: ”pues si adelgazo no será por ti… Si ves que adelgazo ¡empieza a sospechar!” Y aquí me quedo…yo necesito adelgazar 10 libras… ¿y tú, cuantos kilos?

















