Granada de afectos said...
El pasado estaba ahí, presente todavía…. Llameando en la plaza. En ellos rescoldos y llamas. Ellos. Ahora.
Huellas únicas sobre múltiples y únicos granos de arena, tan minúsculos, distribuidos de esa única manera, diversa, única, haciendo de esa huella, huella. Pasado.
Celeste la primavera. La ves celeste, ebria de color de cielo … el blanco viste a la que está por llegar, blanco como el de este espacio que existe así, tan blanco, antes de existir, de tomar el color de estas palabras desgranadas. Paleta de efectos. Mañana.
***
El pasado estaba ahí, presente todavía…. Llameando en la plaza. En ellos rescoldos y llamas. Ellos. Ahora.
Huellas únicas sobre múltiples y únicos granos de arena, tan minúsculos, distribuidos de esa única manera, diversa, única, haciendo de esa huella, huella. Pasado.
Celeste la primavera. La ves celeste, ebria de color de cielo … el blanco viste a la que está por llegar, blanco como el de este espacio que existe así, tan blanco, antes de existir, de tomar el color de estas palabras desgranadas. Paleta de efectos. Mañana.
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Publicado 25-oct-2007 2:57:00 Cuadro de Edgar Soberon, 2005
Este poema lo colgó uno de ustedes el 25 de Octubre. Al final no me quedó claro quién lo escribió. Lo cierto es que me lleva rondando la memoria desde entonces. No estaba segura si había leído “afectos” o “efectos”. Hoy vuelvo a él y veo que leí los dos. Me parece un juego de palabras afortunado y, sin entender el poema completamente, la imagen de la granada me ha hecho pensar en mis afectos pasados y presentes y en los efectos que me dejan y voy dejando tras mi.
En las horas que el sueño me roba he visto desfilar a tantas personas queridas. Las he visto en forma de panal de miel, como en la apretada granada, pero también las he visto sueltas, solitarias, extendidas por ciudades, casas, calles…hablando diferentes idiomas o calladas…
Cuando has vivido en tantos puertos y siempre rodeada de personas -personas a las que tomas cariño, porque es fácil querer; y ellos te lo devuelven en creces- la vida se puede convertir en una granada destrozada, donde el color salpica y te hiere en los ojos.
Los afectos que uno deja tras sí, cuando vive una vida nómada - como la mía - no se olvidan pero tampoco se demuestran, son muchos los dejados en la duda…Años sin escribirles, llamarlos…mandarles un recuerdo. Son tantos que los sientes rodearte hasta llegar a ti y hacerte sentir pequeña, ruin…sola. Muchos creerán que los has olvidado. Ni siquiera pudiste ir al entierro de sus padres – a los que tanto querías – nunca lo entenderán. Otros te dejan mensajes, correos. El conjunto es abrumador y no sabes cómo empezar: de dónde sacar energía, tiempo, ganas, si los mismos que están cerca... ya resentidos…nunca les mandaste una invitación para cenar, o no diste las gracias por la cena que te ofrecieron hace dos semanas…no cumpliste con tu turno de ser una buena amiga, porque ni puedes ser buena contigo misma. Tanta gente a la que quieres… y has querido, pesan y tú te rindes al descuido y a vivir la rutina necesaria para existir. Los estudiantes a quienes prometiste seguir su progreso, los vecinos a quienes ofreciste tu casa, los familiares que pensabas visitar. Las tarjetas que hace años dejaste de enviar en Navidad. Toda una granada de afectos perdidos, creerán ellos. Pero cuando piensas en poner solución al problema, lo único que quieres es volver al seno maternal... volver a empezar. Quedarte con una celda del dulce panal, dejar que otros usen el resto de la granada.
Este poema lo colgó uno de ustedes el 25 de Octubre. Al final no me quedó claro quién lo escribió. Lo cierto es que me lleva rondando la memoria desde entonces. No estaba segura si había leído “afectos” o “efectos”. Hoy vuelvo a él y veo que leí los dos. Me parece un juego de palabras afortunado y, sin entender el poema completamente, la imagen de la granada me ha hecho pensar en mis afectos pasados y presentes y en los efectos que me dejan y voy dejando tras mi.
En las horas que el sueño me roba he visto desfilar a tantas personas queridas. Las he visto en forma de panal de miel, como en la apretada granada, pero también las he visto sueltas, solitarias, extendidas por ciudades, casas, calles…hablando diferentes idiomas o calladas…
Cuando has vivido en tantos puertos y siempre rodeada de personas -personas a las que tomas cariño, porque es fácil querer; y ellos te lo devuelven en creces- la vida se puede convertir en una granada destrozada, donde el color salpica y te hiere en los ojos.
Los afectos que uno deja tras sí, cuando vive una vida nómada - como la mía - no se olvidan pero tampoco se demuestran, son muchos los dejados en la duda…Años sin escribirles, llamarlos…mandarles un recuerdo. Son tantos que los sientes rodearte hasta llegar a ti y hacerte sentir pequeña, ruin…sola. Muchos creerán que los has olvidado. Ni siquiera pudiste ir al entierro de sus padres – a los que tanto querías – nunca lo entenderán. Otros te dejan mensajes, correos. El conjunto es abrumador y no sabes cómo empezar: de dónde sacar energía, tiempo, ganas, si los mismos que están cerca... ya resentidos…nunca les mandaste una invitación para cenar, o no diste las gracias por la cena que te ofrecieron hace dos semanas…no cumpliste con tu turno de ser una buena amiga, porque ni puedes ser buena contigo misma. Tanta gente a la que quieres… y has querido, pesan y tú te rindes al descuido y a vivir la rutina necesaria para existir. Los estudiantes a quienes prometiste seguir su progreso, los vecinos a quienes ofreciste tu casa, los familiares que pensabas visitar. Las tarjetas que hace años dejaste de enviar en Navidad. Toda una granada de afectos perdidos, creerán ellos. Pero cuando piensas en poner solución al problema, lo único que quieres es volver al seno maternal... volver a empezar. Quedarte con una celda del dulce panal, dejar que otros usen el resto de la granada.
Yo tendría que haber identificado ese poema…el poeta me lo dice: “es otoño, chiqui, y el otoño tiene algunas respuestas. Mírate. ¿Me ves?”
Sí, te veo… todos los otoños os veo… sois tantos… yo sólo una.
12 comentarios:
Chiqui, que nostálgica estás.
Pero no seas negativa, mujer, esos afectos que has ido dejando en el camino no han sido en balde ni para tí ni para ellos, tuvieron su momento y como poco perduran ahí, en tu historia, en su historia, en tu vida y en la de ellos.
Es bonito haber recorrido tanto, y haber vivido tantos afectos le da sentido al camino ¿No crees?
¡Piensa en los que (seguro) te quedan todavía por vivir!
Y además siempre te quedará Granada...
PD: Siquiendo las instrucciones de matemático pude ver todas las fotos de la entrada anterior clicando en el texto. Mi regalo me encanta, el sujetador de aumento me será muy util y el café es para mí imprescindible, has dado totalmente en el clavo, gracias.
PROZAC...Tú ya no me sorprendes con tus comentarios, siempre al grano (nunca mejor dicho). Pero no me llames negativa. Siempre me he considerado positiva, lo que no soy es optimista!
Es cierto que esto puede sonar triste, pero no lo es. Es la realidad que a cada uno le toca vivir. Aun con mis remordimientos y nostalgias, no me cambiaria por nadie. Sí, la próxima vez Granada! Un beso.
Chiqui, granaína, es muy bella esa imagen tuya de la granada. Pero tiene razón Prozac. Cada grano, cada “rubí” de esos que has dejado por el camino, es una semilla; son los recuerdos y afectos que has sembrado a lo largo de tu vida, entre gente que, seguramente, no te olvida. Cuando se reanude el contacto te recibirán con la amistad de siempre.
TADEUSZ, Espero que tengas razón...ya me ha ocurrido en el pasado. La gente es generosa, mis amigos lo son.
Pero, no creas que te voy a comprar una ginebra más cara...!
Chiqui al leerte se me llovió todo Machado por los ojos.Sentir andaluz?
Igual, creo que estamos en el "belvedere" de la vida.Mirando lo que hicimos sabemos un poco más de nosotros mismos. Y eso causa satisfacción, aunque el camino se llene de hojas que caen.
Amalia, buen consejo. Sabía que comprenderías mi sentimiento. No todos podemos mirar hacia tras y sentirnos satisfechos con lo que hemos hecho, en relación al sacrificio que nos ha costado...
Espero que esta entrada no haya resultado demasiado íntima para algunos lectores. En absoluto pienso que soy la única en pasar por esta experiencia, conozco a otras personas que estarían de acuerdo conmigo y alguna de ellas añadirían mas intensidad y desasosiego que lo que he dejado yo en este párrafo. Muchas de estas personas ni saben escribir ni, por supuesto, tienen acceso a la Web! Piensen en los emigrantes….
Amalia tu me hablabas de ellos y el sol que habían cambiado por esa nieve fría...
Chiqui,es cierto lo de la relación entre satisfacción y el esfuerzo.
Pero tengo una especie de postulado de vida que me ayuda mucho en esos momentos de duda existencial:Nadie nunca puede saber cómo habrían sido las cosas si no hubieran sido como fueron.
Acabo de copiar unas palabras en el boomerang, y les dejo este corolario que pertenece a ese texto,pero que también se aplica a lo que estamos compartiendo aquí.
"We shall never cease from exploration
And the end of all our exploring
Will be to arrive where we started
And to know the place for the first time."
T. S. Eliot
Lo de los emigrantes te lo decía porque cada vez que veo esas pieles morenas por aquí pienso que pagan la mejora material que encuentran en este país tan gris, con,-entre otras cosas-, el sol que dejaron en sus tierras.
Recuerdan los cuentos de Ray Bradbury de la lluvia en Marte?
Poema de Federico Garcia Lorca:
Es la granada olorosa
un cielo cristalizado.
(Cada grano es una estrella,
cada velo es un ocaso.)
Cielo seco y comprimido
por la garra de los años.
La granada es como un seno
viejo y apergaminado,
cuyo pezón se hizo estrella
para iluminar el campo.
Es colmena diminuta
con panal ensangrentado,
pues con bocas de mujeres
sus abejas la formaron.
Por eso al estallar, ríe
con púrpuras de mil labios...
La granada es corazón
que late sobre el sembrado,
un corazón desdeñoso
donde no pican los pájaros,
un corazón que por fuera
es duro como el humano,
pero da al que lo traspasa
olor y sangre de mayo.
La granada es el tesoro
del viejo gnomo del prado,
el que habló con niña Rosa
en el bosque solitario.
Aquel de la blanca barba
y del traje colorado.
Es el tesoro que aun guardan
las verdes hojas del árbol.
Arca de piedras preciosas
en entraña de oro vago.
La espiga es el pan. Es Cristo
en vida y muerte cuajado.
El olivo es la firmeza
de la fuerza y el trabajo.
La manzana es lo carnal,
fruta esfinge del pecado,
gota de siglos que guarda
de Satanás el contacto.
La naranja es la tristeza
del azahar profanado,
pues se torna fuego y oro
lo que antes fue puro y blanco.
Las vides son la lujuria
que se cuaja en el verano,
de las que la iglesia saca,
con bendición, licor santo.
Las castañas son la paz
del hogar. Cosas de antaño.
Crepitar de leños viejos,
peregrinos descarriados.
La bellota es la serena
poesía de lo rancio,
y el membrillo de oro débil
la limpieza de lo sano.
Mas la granada es la sangre,
sangre del cielo sagrado,
sangre de la tierra herida
por la aguja del regato.
Sangre del viento que viene
del rudo monte arañado.
Sangre de la mar tranquila,
sangre del dormido lago.
La granada es la prehistoria
de la sangre que llevamos,
la idea de sangre, encerrada
en glóbulo duro y agrio,
que tiene una vaga forma
de corazón y de cráneo.
¡Oh granada abierta!, que eres
una llama sobre el árbol,
hermana en carne de Venus,
risa del huerto oreado.
Te cercan las mariposas
creyéndote sol parado,
y por miedo de quemarse
huyen de ti los gusanos.
Porque eres luz de la vida,
hembra de las frutas. Claro
lucero de la floresta
del arroyo enamorado.
¡Quién fuera como tú, fruta,
todo pasión sobre el campo!
AMALIA, efectivamente tienes mucha razón, uno nunca puede saber que habría ocurrido de no haber dado los pasos dados...desde luego no te habría conocido a ti ni a otras personas tan especiales en mi vida.
Ayer leí un artículo en que decía que el 90% de las personas, entre 40 y 60, revisan su pasado y se empiezan a hacer preguntas en subjuntivo "si hubiera". No es mi caso, lo que más siento es haber dejado España tan joven, pero no los motivos de porqué la dejé. Mi malestar nace de haber conocido a tanta gente querida y sólo estar en contacto con unos cuantos, dado a la distancia, tiempo y otras razones.
Creo que así se siente todo el que ha vivido en más de un par de sitios. En España viví en 9 ciudades, antes de venir a EE.UU. y aquí, que es normal, en cinco. Como si me hubiera casado y vivido desde pequeña con el ejército de tierra, mar y aire!! Claro que puede enriquecer a cualquiera el haber tenido estas oportunidades, no lo dudo, pero si son cambios muy drásticos, no sé lo aconsejaría a nadie.
TADEUSZ
OK. Quedas totalmente perdonado por meterte con mi ayudante. Cuando vuelvas lo celebramos con "Bombay blue zafiro"
Este es uno de los mejores Lorca que conozco. Qué diferencia a las Odas de Neruda...tan innecesariamente largas. Lorca lo recoge todo en una!
“La granada es como un seno
viejo y apergaminado,
cuyo pezón se hizo estrella
para iluminar el campo.”
A quién se le ocurriría esto?!
Chiqui, tú eres de Granada, no? Esa “Canción oriental” lo puse en homenaje tuyo (qué bien esa botella de… bueno, que sea de Tangeray, que es mi ginebra favorita). Hoy en Cracovia hace un frío de tres mil demonios; ojalá estuviera en Granada! El gran Federico escribió ese poema en 1920; tendría 21 ó 22 años. En efecto, anticipa las odas de Neruda, y , leyendo con cuidado, verás la influencia del encuentro reciente con Ramón Gómez de la Serna (las greguerías). Dentro de poco – al año siguiente—descartaría el estilo de las “odas” (de las que hay varias en Libro de poemas) y se pondría a cultivar el poema corto, ordenado en secuencias (me refiero a las suites).
Tadeusz, Toda mi familia es de la provincia de Granada, así que algo tendré de Granada. Gracias, después de todo eres un buen amigo...Tangeray para ti! Ya faltan pocos días. Tu familia anda impaciente y alborotada!
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