No quería volver otra vez a mis experiencias en Las Encebras, pero... cómo no despedirme de los que hicieron posible una niñez tan rica como la que pasé con ellos. Su omisión en mis anteriores relatos fue porque su presencia habría anulado lo narrado, así de presentes están en mi mente.
Mi tía, una madraza. Tuvo cuatro hijos y una hija. Cuando yo llegué la hija ya estaba casada y allí estaba ella, rodeada de cinco hombres, contando a mi tío. La recuerdo intentando –inútilmente- dar órdenes interrumpidas por los abrazos y bromas de estos muchachos, hasta hacerla reír. Mi tío, alto y refinado; elegante, risueño y bondadoso. Cuando mi tía murió, después de unos años de haber dejado el cortijo, él no tardó mucho en reunirse con ella.
De mi primo mayor sólo recuerdo que esperaba los domingos , como un colegial las vacaciones, para ir al pueblo a ver a la novia. A pelar la pava, decían...qué sé yo lo que era, pero sabía que no lo debía preguntar!
Mi tía, una madraza. Tuvo cuatro hijos y una hija. Cuando yo llegué la hija ya estaba casada y allí estaba ella, rodeada de cinco hombres, contando a mi tío. La recuerdo intentando –inútilmente- dar órdenes interrumpidas por los abrazos y bromas de estos muchachos, hasta hacerla reír. Mi tío, alto y refinado; elegante, risueño y bondadoso. Cuando mi tía murió, después de unos años de haber dejado el cortijo, él no tardó mucho en reunirse con ella.
De mi primo mayor sólo recuerdo que esperaba los domingos , como un colegial las vacaciones, para ir al pueblo a ver a la novia. A pelar la pava, decían...qué sé yo lo que era, pero sabía que no lo debía preguntar!
El segundo de mis primos, Jose, me adoraba. Ya un hombre, jugaba conmigo como un niño. Me protegía de las pesadas bromas de mi hermano y mi primo menor (los dos de la misma edad) me llevaba en el trillo, me montaba en hombros…era tan alto que recuerdo la sensación de vértigo, como el de una noria.Me miraba con tanto cariño que me hacia sonreír.
El tercero de mis primos, si yo tenía diez él tendría dieciséis, era mi preferido. Tan preferido que quería que el tiempo volara y me hiciera crecer ante sus ojos como una muchacha perfecta…que se olvidara del lazo familiar que nos unía. Mi madre cantaba, con mucha gracia, lo de “Hacia Roma caminan dos peregrinos…” Yo no sabía dónde quedaba Roma, pero sí quién era el Papa; el que iba a casarnos a mi primo y a mí!
Juanjo tenía esa mezcla tan especial de sus padres; aunque no se parecía a ninguno de ellos en particular: Ojos azulados y sonrientes… Era la bondad, la belleza y dulzura juntas en una persona. Dibujaba con gran destreza… no sólo me leía historias y cuentos, cuando éstos se acababan recurría a su mucha imaginación. Todas las noches, a la luz de un cielo estrellado, nos sentábamos en el tranco de la casa y así pasaban las horas… tocaba la flauta… al ganado se le oía en la oscuridad del corral, al resto de mis primos intentando hacer funcionar la dichosa radio.
En una ocasión que me fui andando hasta la casa del señorito del cortijo…donde siempre pasaba algo nuevo, mi primo Juanjo vino a recogerme a la caída de la tarde. Me sentó en el manillar de su bicicleta; por la vereda íbamos cuando me quejé de que había muchos baches y tropezones. Lo convencí para que fuéramos por la carretera principal donde no pasaba nadie…la alsina, algún camión… por lo general era nuestra. Pero no aquel día.
Recuerdo que a Juanjo no le hizo gracia tener que volver para coger la general; llevábamos la mitad del camino andado, pero quién le podía decir que no a una niña como yo! A la general fuimos…pedaleando él, fuera de la carretera, prácticamente al filo de la cuneta. En la penumbra vimos a un ciclista bajando la cuesta a una velocidad increíble…bajaba en vertical… se nos echaba encima. Mi primo gritó “cuidado!”. Lo siguiente que recuerdo fue el fondo de la cuneta y la bicicleta encima de mis piernas. Intente levantarme... di un alarido que se oyó por todo el cortijo (pensé yo) en un segundo mi primo Jose bajó apresurado y me examinaba con ansiedad hasta acurrucarme en sus brazos. Subimos la cuesta; él me escondió la cara entre su brazo y su pecho…demasiado tarde: pude ver un autobús parado y gente rodeando al ciclista que se nos había echado encima.
El ciclista había frenado en seco y se había estrellado. Mi primo fue esposado y llevado al pueblo más cercano. Yo sólo había sufrido un esguince y desollado la pierna. La espera fue eterna. Juanjo volvió absuelto de toda culpa en un par de días. Los compañeros del ciclista, que lo seguían, declararon que iba intoxicado. A nuestro favor estaba que acabamos en la cuneta al rozarnos él con su bicicleta.
Para una niña de diez años estas no eran suficientes razones…Cuando Juanjo volvió no lo podía mirar a la cara, no sé si él sentía lo mismo…¿era mi culpa? La niña caprichosa que siempre se sale con la suya. ¿Habría arruinado su vida para siempre?
Nos volvimos a encontrar veinte años despues. Los dos casados y con hijos. Pasamos el día juntos…yo no pude volver a mirar sus serenos ojos sin perturbarme: me acordaba de la adoración por él y de mi traición… a él lo encontré distante. Siempre será mi primo favorito!
Nos volvimos a encontrar veinte años despues. Los dos casados y con hijos. Pasamos el día juntos…yo no pude volver a mirar sus serenos ojos sin perturbarme: me acordaba de la adoración por él y de mi traición… a él lo encontré distante. Siempre será mi primo favorito!
18 comentarios:
Chiqui tus palabras tiene la gran riqueza de la simpleza, que las hace tocar lo universal.Y fluyen como una suave pincelada que empieza antes de llegar al papel y sigue su curso después de dejarlo.O como una nota que existe en el silencio previo, y resuena en el posterior.Tanto me gustó leerte.
Ahora, la duda:esas relaciones, que para cada uno de nosotros son únicas.Cuando veinte anios después vemos a la persona y sentimos esa distancia, ese vacío detrás de sus ojos.No puedo creer que desaparezca lo que una vez fue, por más distintos que sean los caminos que seguimos.Somos lo que fuimos,sólo se trata de volver a encontrarlo.Aunque la vida me demuestre lo contrario,no me convenzo.
Romper el hielo. Veinte años son muchos años, pero los sentimientos de fuego derriten con facilidad cualquier frío inicial. El problema suele ser el tiempo. Hace falta tiempo para que la timidez, la inseguridad, la prudencia, el pudor, la aparente distancia y otras zarandajas te permitan, por fin, prescindir de esa mirada teñida de las mismas dudas que la tuya y lanzarte a decir lo que sentías entonces y lo que quieres recuperar, si es que quieres recuperarlo.
Porque hay veces en que atesoras tus recuerdos y tus afectos pasados y los alimentas allí, en tu memoria, completamente indiferente a las personas en que esos recuerdos y esos afectos han derivado hoy. Cuando no ha habido un paréntesis de veinte años y has asistido a la evolución ajena, es más fácil darse cuenta de que la distancia actual con la otra persona es totalmente consciente y asumida.
No sé cual será la situación en tu caso, prima, pero es un verdadero placer visitar las Encebras que fueron de tu mano.
El tiempo pasa y las vivencias se convierten en recuerdos, y los recuerdos evolucionan y adquieren entidad propia, deslindándose por completo de su origen.
Por eso cuando tu primo y tu os encontráis veinte años después cuando ya no sois los niños que montaban en bicicleta, el reparo no tiene nada que ver con el incidente del ciclista muerto, es consecuencia del no reconocimiento mútuo, lo que es lógico, y no resta valor en absoluto al recuerdo que ambos guardáis de vuestra época juntos, seguro que valiosísimo para los dos, y totalmente distinto para cada uno.
Recordar es importante, procesar los recuerdos también. Tu eres una artista haciéndolo. Recuerdas en tonos pastel, obviando las sombras, por lo que siempre es un relajante placer rememorar contigo.
Pero Amalia...ese primer párrafo es bien poético, como artista que eres no sólo está en tus manos esa magia.
Creo que las tres: tú, mi prima y Prozac lleváis razón. Si nos hubiéramos visto con más frecuencia o solos, hasta habríamos hablado del pasado. Creo que ninguno de los dos queríamos recordar el accidente
Sigo mirando tus creaciones que me hacen pasar por todo un arco iris de sentimientos!
PRIMA
"Romper el hielo. Veinte años son
muchos años, pero los sentimientos de fuego derriten con facilidad cualquier frío inicial.
Qué razón llevas...las dos lo hemos experimentado en diferentes situaciones, verdad?. Yo recintemente. Besos, guapa.
PROZAC, que te voy a decir que no te haya dicho? Eres psiquiatra...?deberías serlo. Gracias por los piropos, de las tres, no los quiero, por favor criticadme o este blog se acaba.
Contad vuestras experiencias...tenemos lectores y les interesan vuestras vidas, opiniones…, más que las mías porque todos tenemos lo fundamentalmente humano en común. Besos, te los mereces. Hemos cumplido un año en este blog!
chiqui vivo muy cerca de ti, pero no nos conocemos. Soy de Sevilla y me gustan leer tus historias del sur. Te las inventas o son biograficas? Vuelvo a Espana al final del curso y quiza visite las encebrars. Tengo familia en Granada. Gracias por tus historias.
Vi anoche en Krakow una película antigua, “El espíritu de la colmena”, y aunque creo que la rodaron en Segovia, el paisaje – austero, seco, enjuto —me hizo pensar en el mundo que describes en tu epíologo a “Las Encebras”, donde no he estado nunca, pero que estoy viendo. Alguna vez habló Rilke –¿o fue Borges?—de la sencillez y eternidad del paisaje español.
Tadeusz, me suena que algo de eso escribió Borges, pero, se te ocurre en qué obra?.JLB es mi referencia preferida, me gustaría encontrarlo y no sé por dónde empezar a buscar.
Querida Triana. No serás amiga de mi sobrina? Si no te conozco no creo que seas ella; además la familia es la última en comentar en este sitio. Algunos hasta les parecerá mal que hable de cosas remotamente relacionadas con ellos.
En lo que escribo, depende del tema, hay poca invención o ficción. Con frecuencia omito o combino experiencias diferentes...pero eso lo hace todo el que escribe.
Las Encebras de hoy día no tienen nada que ver con lo que cuento, así que si vas...todo te parecerá mentira. Estás en Boston?
Tadeusz...Polonia???
Sabes que vi esa película hace unos veinte años y no me acuerdo de mucho. Sé que me quedé con la impresión de verme en la niña de los ojos negros y el pelo corto...También de un edificio abandonado en mitad del campo, como si hubiera estado allí...Tengo que volver a verla.
Qué haces en Krakow? Estás viajando o vives ahí? ya ves que preguntas hago..! Algunos se asustan y no vuelven a mi blog, por preguntona! Saludos
Amalia, dejo a Zeus?...Tadeusz
Amalia, por fin he encontrado la cita, en “La busca de Averroes”. “Abajo estaban los jardines, la huerta; abajo, el atareado Guadalquivir y después la querida ciudad de Córdoba, no menos clara que Bagdad o que el Cairo, como un complejo y delicado instrumento, y aldrededor (esto Averroes lo sentía también) se dilataba hacia el confin la tierra de España, en la que hay pocas cosas, pero donde cada una parece estar de un modo sustantivo y eterno.” ¿Qué te parece?
Chiqui, soy profesor de ingles; vivo y trabajo en Krakow.
Y el pasaje de Rilke sobre el paisaje de Toledo, que encuentro en inglés: "the external thing itself - tower, hill, bridge - already possessed the incredible, unsurpassable intensity of the inner equivalents through which one might have been able to represent it. External world and vision everywhere coincided as it were in the object; in each a whole inner world was displayed, as though an angel who embraces space were blind and gazing into himself".
Gracias Tadeusz!
Hoy me desperté muy temprano, en los límites del insomnio y leí tus dos mensajes.Conozco muy poco a Rilke, y para entenderlo mejor busqué información acerca de él. Después releí ambas citas, y en ese estado de duermevela en el que creemos descubrir verdades trascendentales pensé: no están diciendo lo mismo? No es el sustantivo (JLB) una membrana entre lo interior y lo exterior (RMR)?
Ni qué decir de los ángeles, que son mis seres fantásticos favoritos.Y no los cristianos, sino unos más arcaicos, más esenciales.
PARA COCO:
http://www.straaten.com/ORIENTANGO2b.avi
Aquí tenéis el artista de la foto, tocando un tango en la armónica.
Amalia, Pues sí, el nombre como “membrana” entre lo material y lo espiritual. Para un místico del lenguaje (estoy pensando en este momento en fray Luis de León), el sustantivo –el significante-- contiene algo de la esencia del objeto nombrado, lo significado. No sería accidental la forma, el sonido, etc. de la palabra. Ya he visto tu comentario en Verdú, en que la palabra desplaza al objeto.
Tadeusz,
te gusta Slawomir Mrozek? Lo he leído en alemán y me gustó mucho más que en espaniol.El idioma polaco,es más bien seco o saleroso?
Ahora me toca enterarme de Fray Luis de León...
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