Buscando en la Red al Coco que visitaba este blog (sí, el que nos hizo la tortilla onanista) me encontré con “soy coco”... quien me asegura no tener nada que ver con su tocayo: “lo malo abunda”, me dice este otro coco.
Desde que lo encontré – al segundo Coco - vuelvo, (de cuando en cuando y de incógnito) a visitar sus intimos silencios: me gusta su vena poética y casi fatalista, su trasnochado romanticismo y su original sentido del humor, con frecuencia rayando en lo absurdo de la existencia.
Así encontré estos consejos sobre cómo medicar a un gato. Mis experiencias con Chata, mi gata, me dicen que sólo alguien que convive con gatos podría haber escrito estos catorce TRONCHANTES mandamientos. ¡Qué los disfruten!
Gracias COCO.Guías prácticas paso a paso.
Primera entrega: cómo medicar fácilmente a su gato.Antes de iniciar el proceso descrito en la presente guía, deberá usted adquirir el medicamento en cuestión. En este caso, y a modo de ejemplo, se utilizará un "antibiótico de amplio espectro dosificado en prácticas ampollitas de cristal de 5 ml. Agradable sabor. Via oral".
Paso 1: Disponga la comida predilecta de su gato en cantidad generosa. Enciérrese sigilosamente en el cuarto de baño para que su mascota no observe sus maniobras y no sospeche. Vierta sobre tan magnífica vianda, una de las ampollitas de 5 ml. Remueva con una cuchara o tenedor. Coloque la mezcla obtenida en el recipiente donde su gato se alimenta habitualm
ente. Llámelo cariñosamente.
Paso 2: Transcurridos dos días, deposite el contenido del recipiente (intacto) en el cubo destinado a la basura orgánica.
Paso 3: Repita el paso 1 con un entrecot de ternera de primera calidad y/o con una paella marinera aderezada con marisco recién pescado en la Costa Brava.
Paso 4: Repita el paso 2.
Paso 5: Olvídese del antibiótico por un momento y ofrezca usted a su gato las sobras del frigorífico. A estas alturas llevará más de cuatro días sin probar bocado.
Paso 6: Observe feliz y plácidamente cómo ese hijo de la gran puta devora hasta el último pedazo.
Paso 7: Sujete al gato con el brazo izquierdo, dulcemente, como si se tratara de un bebe, al tiempo que mantiene la ampolla de antibiótico oculta en la palma de la mano de esa misma extremidad. Utilice los dedos índice y pulgar de la mano derecha para ejercer una leve presión sobre las mejillas del animal. Cuando la mascota abra la boca, introduzca un extremo de la ampolla, previamente abierta, y espere a que el animalito trague el medicamento.
Paso 8: Recoja la ampolla del suelo, limpie las manchas de antibiótico del techo, haga descender al gato de las cortinas (se recomienda utilizar unos guantes de jardinero y unas pinzas de barbacoa), cámbiese la camisa hecha trizas, desinfecte los arañazos de la mejilla con Betadine y limpie la sangre de la alfombra.
Paso 9: Coloque a su mascota boca arriba, sobre la cama, y ate sus extremidades a cada una de las patas de la misma. Ábrale la boca ejerciendo palanca con un
destornillador e introduzca directamente en su interior una ampolla entera, con la certeza de que medio mundo no puede estar equivocado y los gatos comen de todo, "total-un-poco-de-cristal-no-le-hará-daño".
Paso 10: Extraiga las astillas de vidrio de la palma de su mano con sumo cuidado, utilizando unas pinzas de cirugía. Deposite el colchón hecho trizas en elcontenedor de basura inorgánica y los restos de la cama en el vertedero para muebles desechados.
Paso 11: Pida ayuda a un vecino. Enrrolle al gato en una toalla dejando únicamente su cabeza libre. Mientras el vecino se sienta sobre su mascota en cuclillas, aprisionándola fuertemente entre las piernas. Utilice una pajita de plástico, donde previamente habrá aspirado desde la ampolla el antibiótico (vaya con cuidado al ejecutar este paso si lo hace sorbiendo, por si el medicamento entra en contacto con sus labios y es usted alérgico al mismo). Introduzca la pajita entre los dientes del gato y sople enérgicamente.
Paso 12: Llame a su madre para preguntar si es usted alérgico a los antibióticos. Tome varios tragos de su bebida favorita para eliminar esa sensación nauseabunda. Escriba una carta a la empresa farmacéutica describiendo las diferencias entre "agradable sabor" y "brebaje vomitivo e infernal". Pida disculpas a su vecino por el mordisco que le ha propinado su gato en la entrepierna y lamente con él la irremediable pérdida de sus testículos. Acompañe a su vecino a urgencias.
Paso 13: De vuelta a casa, deténgase en IKEA para comprar una cama nueva, y en el conservatorio de música para inscribir a su vecino en el típico curso "aprenda a cantar como Montserrat Caballé".
Paso 14: Llame a su veterinario para comunicarle que, inexplicablemente, ha utilizado hasta la última ampollita de antibiótico y su gato, lejos de experimentar mejoría, agoniza a causa de la infección. Con un poco de suerte podrá convencerlo de que le administre una inyección letal. Al gato no. A usted.
Adolfo loved the piece and sent me this translation:How to Give Your Cat Its Medicine
A Practical Step-by-Step Guide
Before beginning the process described in the present guide, please acquire the appropriate medicine. In this case, for example, we will use a “wide-spectrum antibiotic in convenient, individual 5 ml glass vials. Pleasant tasting. By mouth.”
1. Set aside a generous portion of your cat’s favorite food. Sneak into the bathroom so that your mascot has no suspicion of what you’re about to do.
Pour one of the 5 ml vials on top of that feast and stir with fork or spoon. Place the mixture in your cat’s dinner bowl. Affectionately, summon the cat.
Step 2. Two days later, deposit the (entire) contents of the food dish in the container you use for compost.
Step 3. Repeat step 1 with a first-class cut veal cutlet and/or with a seafood paella, with fresh shellfish from the Costa Brava.
Step 4. Repeat step 2.
Step 5. For the moment, forget the antibiotics and offer your cat leftovers from the refrigerator. It will have been four days before he has had a bite to eat!
Step 6. Enjoy watching how the son of a bitch gobbles down every last bit of it.
Step 7. Cradle the cat gently in your left arm, as if it were a baby, while concealing the vial of antibiotics in the palm of the hand of said extremity. With the thumb and index finger of your right hand, press gently on the animal’s cheeks. When your mascot opens its mouth, insert the tip of the previously-opened vial and wait for the little bugger to swallow the medicine.
Step 8. Pick up the vial from the floor, clean the spots of antibiotic off the ceiling, get the cat down from the curtains (highly recommended: gardeners gloves, barbecue tongs), change your shredded shirt, disinfect your scratched face with Betadine, and clean the blood off the rug.
Step 9. Place your cat on the bed and tie his extremities to the four bedposts. Pry open his mouth with a screwdriver and insert an entire vial, with the certainty that hey, half the world can’t be wrong, cats eat everything, and anyway, a little glass never hurt anyone.
Step 10. With extreme caution, using surgical tweezers, extract the splinters of glass from the palm of your hand. Put the shredded mattress in the receptacle for non-organic trash, and the remains of the bed in the dumpster for discarded furniture.
Step 11. Ask a neighbor for help. Wrap your cat in a towel, leaving only its head free.
While your neighbor squats over your cat, trapping him firmly between his legs, suck the contents of the vial into a plastic straw (do this step very cautiously if you are sipping the medicine, for it may come into contact with your lips, and you may be allergic to it.) Insert the straw between the cat’s teeth and blow energetically.
Step 12. Call your mother to ask if you’re allergic to antibiotics. Take a few shots of your favorite drink to get rid of the nauseating taste. Write a letter to the drug company describing the difference between “pleasant to the taste” and “revolting, infernal potion.” Ask forgiveness of your neighbor for the bite your cat gave him between his legs. Grieve with him over the irremediable loss of his testicles. Accompany him to the emergency room.
Step 13. On the way home, stop at IKEA to buy a new bed, and stop at the Conservatory to enroll your neighbor in a course called “Learn to Sing Like Montserrat Caballé”.
Step 14. Call your veterinarian to tell him that, inexplicably, you’ve used every single vial of antibiotics and that your cat, far from getting better, is dying because of the infection. With a bit of luck, you’ll be able to convince him to give you a fatal injection. Not for the cat. For you!