Who noticed, among the unending stories of record snowfalls,
skidding planes, police brutality, Hilary’s email. and Netanyahu’s speech to
Congress? American news programs have found barely a minute for the strange
tale of Alberto Nisman,
the Argentine prosecutor mysteriously murdered on the eve of his testimony
against President Cristina Fernández de Kirchner.
The daily drama reminded our friend
Leda Schiavo of a story by her old teacher, Borges, “Tema del traidor y el héroe”. “Literature always anticipates life,” Oscar
Wilde once wrote. “It doesn’t copy it, but molds it to its purpose.”
Hace
más de cien años a Oscar Wilde se le ocurrió la brillante idea de escribir, en
Elogio de la mentira, que “la Naturaleza imita al Arte”. Como todo lo que hizo
o dijo en su vida, Wilde lo hizo para mortificar a los burgueses. A Borges le
gustaba también inquietar a los burgueses, a los tontos, a los falsos letrados
y también a los iletrados. Borges tenía una cultura enciclopédica, lo que se
nota en todo lo que escribe, pero también le gustaba hacer bromas inventando
autores o citas falsas que hicieron doler la cabeza a muchos críticos
literarios. A Borges se lo puede leer cien veces y siempre se encuentra algo
nuevo para pensar. No sé si alguien ya ha dicho –se dicen tantas cosas sobre Borges-
que la historia argentina imita a sus cuentos. Vea por ejemplo “Tema del
traidor y del héroe”. Este cuento se puede comentar desde casi infinitos
ángulos, ya que no se trata solo de la dilucidación de un crimen, sino también de
una crítica de las posibilidades de encontrar la verdad en una investigación y
de las trabas y señuelos en que puede perderse un historiador.
El
tema central es la investigación sobre el presunto asesinato de un héroe
irlandés, Kilpatrick, que lleva a cabo su bisnieto, llamado Ryan. Si bien las
circunstancias del crimen son enigmáticas, Ryan se da cuenta de que “el enigma
rebasa lo puramente policial”. Hubo premoniciones y avisos de que iban a matar
al héroe, tal como sucedió con el asesinato de Julio César. Ryan nota los paralelismos
y supone “una secreta forma del tiempo, un dibujo de líneas que se repiten”.
Luego encuentra en Macbeth frases que fueron prefiguradas en la tragedia de
Kilpatrick. Y el texto dice: “Que la historia hubiera copiado a la historia ya
era suficientemente pasmoso; que la historia copie a la literatura es
inconcebible”. Y sí, es pasmoso que la historia copie a la historia y es
inconcebible que la historia copie a la literatura y ni qué hablar si
entendemos por historia lo que cuentan los periódicos.
Premonitoriamente,
en la Agenda de diciembre hablaba yo de la crisis de la novela, atribuyendo
esta crisis a los novelones que nos endilgan la televisión y los diarios. No
sabía yo que a mediados de enero nos íbamos a ver sumergidos en un folletín que
se nos entrega en cuotas, como los folletines del siglo XIX.
En
el cuento de Borges, el traidor es el héroe, el mismo Kilpatrick, que prefigura
y colabora con su propia muerte, escenificada para llegar a ser el héroe que
Irlanda necesitaba. ¿Crimen, suicido inducido, muerte dudosa? El pueblo
necesitaba un héroe, y la maraña de sucesos y versiones sobre su muerte le
entrega un héroe a medida, diseñado por los dueños de la palabra. Después de
todo, dice Borges citando a Robert Burton, la realidad se construye variando al
infinito las letras del alfabeto. Eso es la literatura, y por lo tanto, la
realidad.
“Kilpatrick
fue ultimado en un teatro, pero de teatro hizo también la entera ciudad, y los
actores fueron legión, y el drama coronado por su muerte abarcó muchos días y
muchas noches”. El país se ha convertido en un gran teatro, donde como en el tema
del gran teatro del mundo nos convertimos en actores involuntarios, en una obra
de la que desconocemos el final aunque sospechamos que será un final
imaginario.
- Publicado en La Agenda del Sur.
Otras participaciones de Leda Schiavo en este Blog
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