domingo, diciembre 27, 2009
Free Kitten Brothers For Adoption, New York/Boston Area
jueves, diciembre 24, 2009
Aquellas nevadas...
Recuerdo las de mi pueblo en la sierra de Granada. Las esperábamos como a los Reyes Magos. Mi padre nos hacía helado…helado en diciembre, en enero.
Yo, los había abrigado con gorros, guantes , bufandas y un traje de guata; como si al polo norte se fueran. Volvían de noche los tres: los pequeños empapados en sudor bajo tanta indumentaria, las mejillas rojas, heladas…Rendidos se dormían , esperando que en su sueño nevara y nevara. Otro día sin escuela, otro día los tres bajarían una y otra vez, en su tobogán, esa grande montaña.
Pero hay otra historia más interesante. Como observarán, en algún momento estuvo enmarcada (se ven las líneas que encuadran la foto). ¿De dónde ha salido este trozo de periódico amarillento y arrugado? De los papeles del abuelo de mis hijos, mi suegro, que va camino de cumplir 100 años este verano. Está organizando y deshaciéndose de cosas porque se ha mudado a un apartamento, con su hermana de 95, muy pequeño. Yo debo de tener el periódico por algún lado…
Adolfo me dice que esta foto que les acabo de poner fue tomada ayer. Ya pueden ver como están los hermanos, casi docientos años entre los dos…y qué cumplan muchos más!
lunes, diciembre 21, 2009
Amor de invierno
Espero que tu también tengas amigos que te mimen en esos momentos de incertidumbre y te devuelvan a una bella realidad.
Puede que aquí encuentres a más de uno.
ESTRELLITA MIA
te escribo esta mañana temprana de diciembre, ya repuesta, o casi, en la que me he despertado cuando todo estaba en silencio (no muy difícil en El Teular, como sabes) y ni los pájaros decían ni mú. Llueve ahora y la lluvia va borrando la nieve del jardín. Es apacible la lluvia, su sonido. Me siento rara, pero bien por muy paradójico que suene. Pienso en mi madre y le brindo muchas cosas que me van saliendo al paso. No digamos mientras estaba en Filipinas.
Te añoro estos días de frío. A Luis y a mí nos encantaría que estuvierais con nosotros compartiendo polvorones de San Enrique, que están buenísimos. Se me humedecen los ojos cuando lo escribo, quizá porque estoy blandita. Te mando esta felicitación navideña que te hará sonreír, para que veas lo que es tu país: una contradicción sin descanso.
Besos a los seres vivos amorosos que te rodean.
ELVIRITA TUYA
jueves, diciembre 17, 2009
lunes, diciembre 14, 2009
El blog de todos
Otto said... ”…Lo que nos mueve a escribir es ser contestados, comentados, contradichos, leernos y releernos, los unos a los otros, ser vampiros como dijo Joaquinita, aullarnos, fumarnos y que nos conteste el cáncer, ponernos músicas, poemas, etc. Y no agobiarnos porque no hay responsabilidad ninguna.Además de ocupar los blogs ajenos... ocupemos una página en blanco nuestra, en la que nadie se canse, en la que todo el mundo pueda borrar lo que haya puesto y en la que... esperemos... no nos borremos los unos a los otros... En la que podamos hablar de lo que nos ha pasado, de lo que quisiéramos que nos pasara o de lo que no nos pasará nunca. En la que comentemos lo que nos sale al encuentro en la calle. Más o menos como este blog de Chiqui, pero con Chiqui cuando le apetezca estar y con ella cuando le apetezca descansar.Y que sea lo que sea.Un abrazo. Decidme algo. Estoy loco pero estoY.
Otto, no sé si sigues estando. Para ti y para todos los que leéis: Felices fiestas!
sábado, diciembre 05, 2009
Otoño engañoso
El otoño ha sido generoso con nosotros. No sólo lo he notado en la cuenta del gas sino que esta mañana cuando salí de casa pude comprobar que todavía los helechos, geranios, e incluso las hortensias se mantenían en un frágil tallo erguidas, casi resignadas a caer, pero satisfechas de su larga vida.
En cambio ha sido un otoño difícil de convivir con él: Nos ha favorecido con un clima amigablemente engañoso, al menos para mí: mientras distraída con el placer de los colores, la luz y la amable calidez de los días soleados, la realidad me despertó a lo infalible del tiempo que no respeta estación, edad o condición.
Me llegaron noticias de la muerte de queridos amigos: algunos, después de una larga vida, era de esperar. En el caso de otros fulminante; cortando lo que prometía ser un futuro fructífero y esperanzador: la persona que podría haber hecho tanto por aquellos que esperan.
También noticias de los que - considerándose en plena salud – descubrieron que su cuerpo los había traicionado. Para ellos la lucha comienza ahora. Pero eso nos puede ocurrir a cualquiera y, hasta el más insensato, está preparado para luchar contra estas temibles invasiones. La esperanza es lo último que abandonamos.
Quería evitar este tema pero acabo de llevar a los perros al patio en su última salida nocturna y, lo que yo creía una suave lluvia primaveral, me ha sorprendido con una esponjosa alfombra de nieve que - con toda seguridad - desaparecerá al amanecer: no sin antes haber acabado con la vida de las plantas que esta mañana se mantenían tímidamente esperanzadoras en mi jardín.
Ahora, a la espera de otra primavera.