En otoño
estamos y mi jardín, que no ha tenido un buen verano, empieza a echarme en cara
mis descuidos. Con las obras en la casa de al lado hemos usado muy poco el
porche: ojos que no ven … ya saben. Me siento culpable; ahora es un poco tarde
para resucitarlo. Otra primavera vendrá .
Algo
parecido dice Ángel González
Ángel González
NADA ES LO MISMO
La lágrima fue dicha.
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.