Este ha
sido para mí un verano raro. Volví de España a
principios de junio llena de
vitalidad y proyectos. Poco a poco fui posponiéndolos,
no sin frustración y un negro nubarrón que apenas me acaba de dejar. Todo
empezó con el nido en el abedul frente a mi ventana. Pasé días y horas sentada en posiciones que nunca creí conseguir, y menos con total ignorancia del yoga. Esos hermosos
acechos a la familia de Petirrojos me dejaron con una ciática de aúpa que duraría
varias semanas. El remedio, “Naproxen 500 mg”… Duré una semana antes de
descubrir que lo que aliviaba el punzante dolor estaba corroyendo las paredes de mi estómago. Ahora
lo urgente era atacar la llaga con antiácidos a todas horas. Mi estómago empezaba a recuperarse... Entre
tanto, y todavía no entiendo por qué, mi tiroides se sintió abandonado y daba señales
desconocidas por su intensidad: insomnio, cansancio, rayando en una fatiga
que me hacía dejar la cama por el sofá. Los nubarrones se metían en casa
nada más amanecer y los amenazantes ruidos no cesaban en el exterior.
Al
mismo tiempo, la Casa Rosada la iban desvistiendo de su candor: aparecían las
oscuras maderas centenarias suplicando que les echaran encima una capa que
protegiera su esqueleto.
De
vuelta a casa un día, la descubrí en su total desnudez; un escalofrío me recorrió
el cuerpo. Pensé en Mimí y de ella me
sigo acordando cada vez que – con reserva y pudor –miro la destrucción y
progreso de las obras. Me preguntaba cómo se habría sentido ella si hubiera
visto de su casa apenas el cascarón. Dónde
habitaría su espíritu y el de sus padres y hermana-- pintores toda una vida. La
he sentido cerca, sobre todo cuando miro el jardín cubierto de deshechos: maderas – avejentadas por fuera,
pero rosadas, erectas en su interior. Las antiguas cañerías, estiradas como
tripas puestas al sol. Tanta ventana desencajada ahora en el contenedor
esperando no sé qué destino. Ahí están, de momento, esos cristales de aguas mágicas que tanto me han ensimismado.
Hoy... ventanas nuevas.
Panorámica
23 comentarios:
MIGUEL, mucho tiempo sin aparecer por aquí. Espero que estés bien. Las fotos del interior van en tu honor. Siento no haber hecho ninguna de la casa por dentro en su estado original.
He leído los comentarios de las entradas anteriores. Me ha encantado ver el interés que despertó esta historia. Adriano, nunca volviste, te asuste? Los otros que no comentáis se que estáis ahí y seguís leyendo. Saludos!
La experiencia parece ser que uno va combatiendo el deterioro y enfrentándose a todo, pero que es señal de vida que el deterioro exista y que al final nos rindamos a él, quizá conservando lo esencial, el reducto de lo esencial.
Muy sabio su comentario. Mucho tiempo sin verlo por aquí, pero ha pasado en un momento oportuno para decir una gran verdad: yo estoy a punto de rendirme...
Me pregunto si a esa casa le ha quedado "el reducto de lo esencial". Creo que sí.
El reducto de lo esencial podría ser, en cuanto al cuerpo se refiere, ese noble esqueleto de madera al que le han llegado para reforzarlo. Veremos cómo le va con el alma...
Alguien que está dispuesto a hacer semejante trabajo de restauración en esa casa, debe amarla, no?
Amalia, la pena es que la casa ha sido comprada por
Amalia. Alguien que la está “restaurando” : lo único que ha dejado por dentro es la escalera, y un par de ventanas . El esqueleto del que hablas ha sido reemplazado en su gran mayoría ya que, como las casas modernas, quiere algo abierto. La distribución de pilares y división de paredes ha cambiado. Por dentro creo que será mas atractiva y cómoda.
Cuando esté lista piensa ponerla a la venta por una cantidad ridículamente alta, y en caso de que nadie la compre, se mudará ella con sus dos niños .
Hoy me llevo un disgusto: las ventanas son negras y con toda seguridad la madera del exterior, la cubrirá con vinilo blanco. Que pena de la madera rosada, un desperdicio. El blanco y negro es popular con cierto tipo de casas en New England, pero no con las casas victorianas…Me va a dar la sensación de vivir al lado de una funeraria.
Incluyo una foto.
Me parece entonces que va a ser mejor que plantes un árbol bien frondoso que te tape la visual...Pobre casa agraviada...
Pues no, Amalia, no hay donde plantar tal árbol, ni creo que viva tanto como para que se ponga “frondoso”. La casa da al lado de donde está nuestra cochera y lo que aquí llaman “dryway”, puro cemento. Gafas de sol sí; y la esperanza de que a todo se acostumbra uno. Quizás me sorprendan y no sea como me la imagino.
Animo Chiqui: los milagros existen.
Jo, Elvi, y que lo digas! Me acaba de ocurrir uno...pero no lo voy a contar hasta que se haga realidad.
Habrá sido la casa?
Esas ventanas negras son una estocada...
Abrió la puerta.
No había nadie.
Suspiró. Casi llora.
Cerró de un portazo contra el mundo vacío.
Se fue sin mirar atrás.
Las ventanas se volvieron negras.
Abrió la puerta.
No había nadie.
Rió con fuerza y ganas.
Todo estaba preparado.
Acarició el brillante e intenso lacado negro de la
puerta, que dejó entreabierta.
Se alejó rápidamente.
Volvió corriendo, con su genial carga de paquetes.
¿¿Espejismo y Pepito Grillo!!
No me digáis que os han echado de la casa de al lado?
Uno de estos días dejaré la puerta entornada. Me encanta abrir paquetes. Y me encanta que hayáis vuelto, no se sabe de dónde, para hacerme esta visita tan inesperada.
A veces vuelvo a las entradas de años pasados solo para veros. Besoooos
Si, Amalia, espero que no sea de muerte!
Hola Estrella, estuve el verano sin internet, y por tanto muy desconectada (como antaño claro). He vuelto por aquí hace unos días, aprovecho para saludar a todos.
Ya nos contarás de que color pintan la madera, para ver como queda con el negro de las ventanas. A mí desde luego me gustaba la casa como era antes, una casa de película.
Entre los agentes inmobiliarios de Brookline suele circular una expresión que le viene bien a tu casa rosada: "this house has good bones" o "this house doesn't have good bones"...
Hola Ada. Qué delicia, sin internet…fuera de tentaciones.
La madera que ahora ves tiene que ser cubierta por otra capa de madera (siding) que me imagino no será “madera” sino una imitación hecha de vinilo. Sospecho que será de color blanco o gris…casi me gustaría más el gris, aunque, como dices, el otro color era de cine. Te tendre al tanto.
Bienvenida!
Luis, ya sabes, tenemos que darles mucho calcio y vitamin D…Ah, y Glucosamina!
No se me olvida lo del milagro, Chiqui. No se te olvide contarlo. Y anímate. A lo mejor te enamoras de la nueva casa.
Todo es posible, Elvi.
El milagrito te lo contaré en persona ( está por ocurrir) Espero que tú me cuentes el tuyo!
Yo pieso con pena en la difunta Mimí. Es como si la estuviesen insultando. Como si le dijesen ¡en que porquería de casa vivías!
Esta manana, despues de sacar a Nico, me he metido en el ordenador y como queria hablar con Estrella, me he metido en su blog. Los dos nos hemos estremecido. Benditos veranos, que traen lo que no les pedimos.
Luego, hemos pasado a mirar las fotos de la casa de vuestros vecinos. Ya la habiamos visto antes "in sito" destartalada y tristisima. Pero esas fotos, por Dios, que tristeza! No he conocido a tus vecinos, y sin embargo, al leer sus nombres mencionados por ti, nos han resultado familiares. A mí el alma se me ha caido al estomago. Esas casonas que con el paso del tiempo se abandonan, y que siguen alli, erguidas, destartaladas, como queriendo seguir, tirar del carro de la vida, (como nosotros? como yo? Acaso como todos? Sí, trasluzco pesimismo, ya lo se. Nos pasa a los dos cuando nos corta de cuajo el aliento al salir de casa). No se.
Las palabras de Estrella, que se nos cuelan entre ensayo y ensayo mal escrito. Que bueno que esta ya aquí.
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