martes, julio 15, 2008

Pessoa: nota de última hora. (dedicada a Jordi)


Estaba a punto de despedirme de ustedes hasta el otoño, pero acabo se recibir un e-mail de mi querida amiga Graciela, asidua lectora del New York Times, y decidí adelantarme, por unas horas, a El País.

Los herederos de Fernando Pessoa van a subastar su correspondencia con el escritor inglés Alesteir Crowley. Sé que muchos de mis lectores son fanáticos de Pessoa –entre ellos yo misma- en ocasiones así uno siente no ser millonario, pero bueno, se publicará y la acabaremos leyendo…si no nos morimos antes!

Muchos de sus cuadernos ya han sido comprados por la Biblioteca Nacional de Portugal, pero bastante de su obra está todavía inédita. El Ministro de Cultura de Portugal, José Antonio Pinto Ribeiro, ha manifestado que Pessoa "como produto de exportação pode valer mais em termos económicos do que a Portugal Telecom", y que el estado tiene el derecho de impedir que salga del país lo que considere patrimonio nacional. La sobrina de Pessoa le responde que los herederos ya han firmado un contrato con una agencia de subastas. La intención de los herederos es la de vender los originales y hacer fotocopias para que las consulten los eruditos. La mayor parte de los manuscritos de Pessoa pertenecen a la Biblioteca Nacional; el resto –unas 2.700 páginas manuscritas- a los herederos.

Se dice que Pessoa - que murió a los 47- creía disponer de un par de años más de vida para organizar sus escritos.
Parece ser que fumaba un promedio de 80 cigarrillos diarios…(¡)
Información sacada del artículo del New York Times.
Enlaces:

Les dejo con una de mis poesías favoritas. Añadan las suyas.

ESTOU CANSADO

Estou cansado, é claro,
Porque, a certa altura, a gente tem que estar cansado.
De que estou cansado, não sei:
De nada me serviria sabê-lo,
Pois o cansaço fica na mesma.
A ferida dói como dói
E não em função da causa que a produziu.
Sim, estou cansado,
E um pouco sorridente
De o cansaço ser só isto —
Uma vontade de sono no corpo,
Um desejo de não pensar na alma,
E por cima de tudo uma transparência lúcida
Do entendimento retrospectivo...
E a luxúria única de não ter já esperanças?
Sou inteligente; eis tudo.
Tenho visto muito e entendido muito o que tenho visto,
E há um certo prazer até no cansaço que isto nos dá,
Que afinal a cabeça sempre serve para qualquer coisa.
Do entendimento retrospectivo...
E a luxúria única de não ter já esperanças?
Sou inteligente; eis tudo.
Tenho visto muito e entendido muito o que tenho visto,
E há um certo prazer até no cansaço que isto nos dá,
Que afinal a cabeça sempre serve para qualquer coisa.

39 comentarios:

estrella dijo...

He dedicado esta nota a Jordi, quién quiera que sea, porque creo… creo…que fue él quien –durante un tiempo- nos mandó los poemas de Fernando Pessoa y convirtió a este blog en uno de los sitios más visitados de tan extraordinario poeta. Gracias.

Anónimo dijo...

Chiqui qué bien está el artículo del NY Times!
Tal vez podrías dejar que este post se desplace a lo largo del verano, lentamente.
Así surgirán aportes nuestros.
Voy a buscar algo escrito por sus otros personajes, sus heterónimos.
Me tomo tiempo,el verano lentifica...

estrella dijo...

Gracias Amalia. Abierto queda, pero como tú dices el verano tiene su ritmo especial. Paro poco por casa y vuelvo tarde y cansada, pero no lo abandonaré. Un abrazo

Anónimo dijo...

Hablando de tabaco...


TABAQUERÍA

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie
sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada
por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente
evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y
los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y
cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la
carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de
la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a
la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y
opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real
por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real
por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no
fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla.
¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede
haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas
convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más
convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos
soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol
verdadero ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo, aunque
tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más
humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant
ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al
pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o
que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos
de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las
chocolatinas, mira que todas las religiones no
enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad
con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel
de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que
nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un
desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir
de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que
estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar,
que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me
invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no
ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni
amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin
hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al
que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El dominó que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo
desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me
había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por al gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy
sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de
enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la
puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo
mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
en determinado momento morirá también la muestra, y
los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo
la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo
esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así
como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y
viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el
sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a
comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido,
humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo
lo contrario.
enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los
pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia
de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el
cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(el propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y
me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós,
Esteves!, y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario
de la tabaquería se ha sonreído.

Anónimo dijo...

Come chocolate,
fuma humo,
fuma chocolate,
come humo, muchacho,
no lo pienses mucho,
pensar cansa,
y la fatiga mata el sentimiento
hiriente del hambre y de la sed.
Solo te queda el ansia de fumar humo, muchacho, y de comer chocolate, aunque sea escondido de tu ser y ni te lo creas, chico.

Al final, queda la calavera.

Anónimo dijo...

Yo también debo estar bastante cansada y atrapada en el calor del verano porque no alcanzo a entender mucho de lo que se dice por aquí. En todo caso, dejándome llevar por las sensaciones, y casi sin pensar, como aconseja Colgado, recuerdo las terrazas de Barcelona, los palomos picoteando algunas migas del suelo y la cerveza fría que un amigo tomaba tranquilamente la lejana mañana de un domingo cualquiera, y que nos regalaba luego su cuento y su recuerdo. Gracias Anónimo.

estrella dijo...

Ay!, prima, debe de ser contagioso. Creía que yo era la única en echar de menos al fumador que se sentaba en las terrazas de los bares, o desde la terraza comunal de su edificio nos hablaba de los palomos y otras tantas cosas…o el que nos traía chocolate.
Buena señal de que más de uno lo echemos de meno; confirma que su imaginación, su gracia, su genialidad es única y el mundo la necesita.
Fuimos afortunados al tenerlo en este blog y espero que haya pasado a tareas más satisfactorias para él. Ojalá, algún día, podamos saber su nombre y reconocerlo con todos los méritos que merece.

Creo que ‘colgado’ lo conoce!

estrella dijo...

El poema de ‘colgado’ me imagino que es de él mismo. No es de Pessoa. ¿Quizás el invitado de piedra nos haya hecho el honor de pasarse por aquí?

Anónimo dijo...

Hoy domingo, prima, con el calor que hace no tengo energía ni siquiera para sentirlo.
Habrá que dormirlo, digo yo.

Anónimo dijo...

Prima, ¿tendría calor Pessoa cuando escribió Tabaquería?.
Me identifico ahora, cuando lo releo, en ese ir y venir, afirmar y negar, y quedarse -o dejarnos- en la duda, atrapados en un momento. Espero que no suene a sacrilegio porque me gusta mucho Pessoa.

estrella dijo...

Prima, tú con tu alegre disposición y optimismo? Me preocupa que te identifiques con Pessoa, pero – como no eres tonta- no te puede resbalar todo lo que te rodea y lo que ha distancia está. Espero , de todas formas que sea pasajero y vuelvas a entrar por aquí con el empuje que pocos conocen, ya que sólo conocen a ‘mi prima’, que no a las otras...como ocurre con Pessoa.
Dejo aquí el enlace de Pessoa y sus heterónimos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Pessoa#Heter.C3.B3nimos:

estrella dijo...

Pues aquí el tiempo me ha engañado hoy. Está nublado y aproveché, bien tempranito, para arrancar las malas hiervas del jardín (que gusto da, salen tan fácilmente) Pero la humedad es tal, sin que corra ni una pizca de aire, que he entrado a casa –después de un par de horas- con la ropa pegada al cuerpo. Esto de la jardinería cada vez me va menos. Tú ni te enteras…pregúntale a tu jardinero, mejor, súbele el sueldo, es trabajo duro! Ún beso y anímate.

Anónimo dijo...

Pessoa construye escaparates de vida y los diseña con el color de su cristal?

Faltan algunos matices verdes

y flores rosas
y explosiones rojas
y tormentas negras
y grandes extensiones blancas

y el infierno ardiendo.

estrella dijo...

Colgado (por qué ‘colgado’)…efectivamente yo echo de menos ‘energía’, tú lo has puesto en términos poéticos. “el infierno ardiendo”, cada cual tendrá una idea de lo que eso es, el mío no creo que tenga nada que ver con el tuyo pero…quién sabe. Tendríamos que conocernos mejor.Por qué no dejas un poema que te guste, eso nos dará una idea

estrella dijo...

Uy! Colgado, mi imaginación -con frecuencia- me lleva muy lejos y no acierto pero me da igual. Ahora se me ocurre que estás describiendo el trocito de mi casa que colgué en el blog de la Eurocopa. Ahí está el verde, las flores rosas (son hortensias) los geranios rojos y la bandera roja y amarilla…un fuego.Creo imaginar los espacios blancos y las tormentas negras… (en mí misma) no me digas que me equivoco, me hace ilusión haber acertado.
Acabo de plantar esas hortensias, sólo tienen un año, en dos más deben triplicar su altura y frondosidad…me impaciento; les han dado el nombre de “Miss Hepburn”

Anónimo dijo...

Antoine de Saint Exupèry.- El Principito.- Capítulo 21:

"Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo..."

estrella dijo...

Colgado, muy bonito -en el contexto de El Principito- pero cómo aplicarlo a la vida real. Algunos no podemos ni domesticar a nuestros propios gatos o perros, y ¿quien querría ser domesticado? Lo cierto es que todos acabamos domesticándonos a nosotros mismos. Muy graciosa la cita...tendría que leer ese librito que leí a los 14 o 15. Seguro que le sacaría mucho jugo!

Anónimo dijo...

Ser único en el mundo para alguien es bonito mientras dura, pero nunca dura mucho. El niño se cansa o el zorro se cansa y entonces vuelves a ser uno entre mil, pero no importa porque vendrá otro alguien que te atará a su yunta y te hará de nuevo importante por un tiempo, porque gira la noria y gira y gira hasta que sales despedido por los aires y se acabó, te volatilizas y desapareces.
Pero mientras vives, lo vives, y fumas y y te torras al sol mirando las palomas o leyendo a Pessoa, y comes chocolate y el pesimismo se transforma en optimismo y el mundo gira y gira y tu te agarras para no salir despedido.
Buenas noches de ideas derretidas

Anónimo dijo...

Hombre chiqui, ¡los días nublados son los más húmedos!La proxima, bébete un par de cervezas, mejor que empieces con agua antes. Aquí no hay quien aguante el calor, hasta las cucarachas amanece boca arriba.
Siempre me gusto el nombre de Hortensia, me pasaré por tu casa en tres años para verlas crecidas.

Oye, Pessoa me hunde.

Anónimo dijo...

Estupenda receta Zombie. Agarrarse a la noria y comer chocolate.
Aunque añadiría una buena horchata porque aquí seguimos derritiéndonos.

Prima, tienes un montón de personas domesticadas, en el sentido en que se comenta. Pero lo de domesticarse a uno mismo también es perfecto. De hecho, creo que el que no nace domesticado por sí mismo, lo tiene dificilísimo. No hay nada como saberse único para sí, y creérselo. Por aquello de la autoestima y todo lo demás.

Anónimo dijo...

Bueno prima, tampoco creas que domesticarte a tí mismo es ninguna panacea. Por aquello de que si mantienes una parte de tí indómita e imprevisible te aburrirás menos contigo mismo, y teniendo en cuenta que de tu ser no te librarás mientras vivas, serás mejor autocompañía si te sorprendes a tí mismo de vez en cuando.
Pero de acuerdo con lo de la autoestima, sin ella no se va a ningún lado.
¿Al chocolate no le va mejor el champán bien frío que la horchata?

estrella dijo...

Zombi, hace tanto tiempo que no entrabas por aquí. Leía, hace un par de semanas, entradas de Enero y febrero de 2007 y no me podía creer tus sentenciosas finezas: ¿por qué te fuiste? No has perdido ese deje de amargura y sensatez que me emboba.

En cuanto a las norias… Con suerte, como padezco de vértigo, no me subo…mis porrazos son poco estrepitosos, aunque salgo de ellos dolorida, quién no!
No te tomes unas vacaciones tan largas, la próxima vez que desaparezcas.

estrella dijo...

Ah, mira que guapos. Mi prima y Zombi hablando de la autoestima. Zombi, a mi prima le sobra autoestima…creo yo, por lo menos se comporta como si nos pudiera dirigir a todos como a una orquesta. ¿No lo has notado? Aquí la que tiene falta de autoestima soy yo, aunque la gente no se lo cree. Lo que ellos creen que es autoestima – en mí- yo lo llamo determinación y cabezonería.

De acuerdo, con el chocolate Cava o, si hay dinero, un buen champán. Feliz encuentro!

estrella dijo...

Tex, de la tierra de Bush no se puede esperar nada jugoso y fresco. Hace años tuvimos (bueno, mi marido) una oferta de trabajo en Austin TX. Alguien me dijo que en verano las cucarachas volaban y eran del tamaño de los grillos…Ha sido una de las pocas veces que he impuesto mi criterio en la carrera de este señor, mi marido. Claro, todo hay que decirlo la contraoferta era de Harvard. Vente pacá hombre de dios! Las tejanas tiran para el terruño que da miedo!

estrella dijo...

Que no prima, que yo no domestico a nadie…ni lo quise hacer con mis hijos; ¿recuerdas que todo el mundo me decía que eran indomables? (claro- hace veinte años- comparados con los niños del retiro vestidos de principitos…y ellos con sus camisetillas y vaqueros) pues no han salido tan mal.
Para domesticar hay que ejercer control; como yo no quiero que me controlen pues no controlo a nadie (tuve mucho existo como profesora de adolescentes!) Ya me controlo yo demasiado como para que vengan a domesticarme o decirme lo que debo hacer o deshacer. Me conoces.

Anónimo dijo...

Uffff. Creo que lo de la doma no es un ejemplo muy afortunado. Lo siento por Colgado, o por el autor del Principito. Pero insisto en que sí que domesticas a la gente, prima, en el sentido de darles un significado único en tu vida, no en el sentido de someter sus voluntades. Creo que a eso se refiere la cita, aunque no me he parado a analizarla muy a fondo.

estrella dijo...

PRIMA, en eso tienes toda la razón y me emociona que lo reconozcas. No creas que es algo positivo. Te llevas muchos desengaños…no contigo, no con vosotros!

estrella dijo...

AMALIA !!!!

Dónde está el poema que prometiste?

Anónimo dijo...

Chiqui que más quisiera yo. Sabes que no es tan fácil.
Si, las cucarachas vuelan por aquí
!

Anónimo dijo...

Uy! Chiqui, me tomé en serio lo del ritmo lento del verano!
Ya busco y mando!

Anónimo dijo...

Chiqui mira por dónde:
Esoy leyendo un libro de Antonio Tabucchi, y en una lista al final del libro figura, de él mismo, :Los tres últimos días de Fernando Pessoa.
Encontré este comentario:

A la hora de los fantasmas llegó Álvaro de Campos. Él era uno de sus heterónimos y le cuenta que morirá junto con él, pero antes debían despedirse por si no se volvían a ver. Le cuenta sobre una creación inédita suya, un soneto, que habla de un amor homosexual. Luego hablan de la evolución de su literatura. Los cambios acerca de la realidad. Él fue quien escribió el poema Tabaquería. Pasan un tiempo conversando y se va.

Pessoa ya esperaba que pronto llegaría alguien mas. El maestro Caeiro, aunque ya estaba muerto, tendría que hacer un largo viaje desde Ribatejo. Luego de unos minutos llegó. Sus ropas mostraban su personalidad de hombre de campo. Le confieza a Pessoa que era él quien influía en sus escrituras de trance nocturno, a pesar de que él sabía. También le dice que es el sustituto de su padre, a lo que Pessoa responde que también lo sabía. A pesar de ser un hombre sin instrucción, había sido maestro de él y de todos sus heterónimos.

El 29 de noviembre se volvió a abrir la puerta. Entró otro de sus heterónimos, Ricardo Reis, quien volvía de su Brasil imaginario. Confiesa de que toda su literatura en contra de la República era sólo una careta para ser leído. Nunca había sido exilado al Brasil y se refugió escondido en un pueblito llamado Azeitao donde vivió una vida de estoico dedicándose a trenzar coronas de flores ideales.

Anónimo dijo...

SUEÑOS DE SUEÑOS; LOS TRES ULTIMOS DIAS DE FERNANDO PESSOA

TABUCCHI, ANTONIO

EDITORIAL ANAGRAMA, S.A., 2000

9.61 € ($15.09)

Anónimo dijo...

Las cartas de amor

Álvaro Campos



Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fueran
ridículas.

En mis tiempos también escribí cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, en fin,
sólo las criaturas que no han escrito nunca
cartas de amor
son las que son
ridículas.

Quién volviera a aquel tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy
mis recuerdos
de esas cartas de amor
son los que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículos).

estrella dijo...

Uy! (is that a hint?) Qué rápida eres y que material tan interesante.
Gracias por la información, creo que me tendré que hacer con ese libro...

estrella dijo...

“Pero, en fin,
sólo las criaturas que no han escrito nunca
cartas de amor
son las que son
ridículas.”

Qué ridícula debería sentirme, pero no! Nunca escribí una carta de amor…si cartas crueles, eso si que es ridículo. Bueno, escribí poemas de amor, ridículos…cómo no!

estrella dijo...

Esta noche tocó cine. Me vi "Historia de Lisboa", Escrita y dirigida por Wim Wenders. Interesante forma de recorrer una ciudad a través de la imagen y el sonido. Dos sorpresas: el protagonista lee a Pessoa antes de dormir, intenta matar a un moscardón (PESSOA?), que lo acompaña todas las noches, con el libro...no lo consigue.
Se me han quedado un par de versos por ahí, si encuentro el poema lo cuelgo. La otra, la participación del grupo Madredeus :bella música, voz y mujer.
De ‘Historia de Lisboa’:
http://tinyurl.com/6glm36

estrella dijo...

Aquí está. Abajo dejo el pasaje de la Carta a los Corintios en que se inspira Pessoa.
**************************
Álvaro de Campos, a 1ª Epístola aos Coríntios:

Ali não havia electricidade.
Por isso foi à luz de uma vela,mortiça
Que li, inserto na cama,
O que estava à mão para ler —
A Bíblia, em português (coisa curiosa), feita para protestantes.
E reli a «Primeira Epístola aos Coríntios».
Em torno de mim o sossego excessivo de noite de província
Fazia um grande barulho ao contrário,
Dava-me uma tendência do choro para a desolação.
A «Primeira Epístola aos Coríntios»...
Relia-a à luz de uma vela subitamente antiquíssima,
E um grande mar de emoção ouvia-se dentro de mim...
Sou nada...
Sou uma ficção...
Que ando eu a querer de mim ou de tudo neste mundo?
«Se eu não tivesse a caridade.»
E a soberana luz manda, e do alto dos séculos,
A grande mensagem com que a alma é livre...
«Se eu não tivesse a caridade..»
Meu Deus, e eu que não tenho a caridade!...

**************
Biblia: Canto Al Amor - De la Carta A Los Corintios - Cap – 13

Aunque hable las lenguas de todos los hombres y de los Ángeles si no tengo amor, no soy más que una campana que toca o unos platillos que resuenan.
Aunque tenga el don de la profecía y conozca todos los misterios y toda ciencia, y aunque tenga tanta fe que mueva las montañas, sino tengo amor, no soy nada.
Aunque reparta todos mis bienes entre los pobres y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente,
es servicial,
El amor no tiene envidia,
No es presumido,
Ni orgulloso
No es grosero
Ni egoísta,
No se irrita.
No toma en cuenta el mal
El amor no se alegra con la injusticia.
Se alegra de la verdad,
Todo lo excusa,
Todo lo cree,
Todo lo espera,
Todo lo tolera.

Anónimo dijo...

Chiqui esto lo encontré en un blog que se llama "Descontesto"

miércoles, agosto 06, 2008

"Todos los días despierto ahora con alegría y pena...", de Alberto Caeiro

Todos los días despierto ahora con alegría y pena.
En otros tiempos me despertaba sin ninguna sensación: despertaba.
Tengo alegría y pena por perder lo que sueño
y porque en la realidad puedo estar donde está lo que sueño.
No sé lo que he de hacer con mis sensaciones.
No sé lo que he de ser conmigo a solas.
Quiero que ella me diga algo para despertar de nuevo.

estrella dijo...

Amalia, volviste a Pessoa! Qué cercano y diferente este poema. Es difícil imaginar a Pessoa enamorado, aun cuando lo expresa.
Hablando de los sueños –literalmente- hay épocas en que uno sueña más que otras. Yo pasó por algunas que me agobia despertar con tanta experiencia vivida; otras –como ahora – me levanto vacía y extrañando no haber soñado algo en que pensar mientras me tomo el primer café del día. Gracias por asomarte inesperadamente a esta ventana!