viernes, enero 21, 2011

El ángel medio alado.

He amanecido afónica; vaya, sin voz y acompañada de una callada nevada. Esto sí que ha sido una sorpresa, ni se me ocurrió anoche atender al hombre del tiempo.
Al correr la cortina he visto a un ángel medio alado con impermeable amarillo limpiar la acera de varios vecinos, incluida la mía. Digo medio alado porque sólo ha limpiado la mitad. Esperaba que volviera con la maquinita pero creo que éste es de los que les da un poquito a todos.
Está bien distribuir la riqueza entre los más posibles.

Me he animado y de quitar la otra mitad vengo: sudorosa y más roja que una langosta.

Fascinante!





Canciones De Los Ángeles de Rainer Maria Rilke (fragmento)

Sí algún día, en las tierras de la vida,
entre el ruido de feria y de mercado,
la palidez olvido de mi infancia
florecida, y olvido el primer ángel,
su bondad, sus ropajes y sus manos
en oración, su mano bendiciendo;
conservaré en mis sueños más secretos
siempre el plegarse de esas alas,
que como un ciprés blanco
quedaban detrás de él…

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Chiqui, la foto es increíble! Cuanta nieve! Yo creo que ha caído más que la última vez. Y tú quė haces fuera de casa cuando estas afónica y quizás acatarrada? Según los periódicos hace muchísimo frío. Bello, bellísimo el poema de Rilke. Y acompaña muy bien tu última entrada. Cuídate.

estrella dijo...

Gracias, anónimo. Estaba tan abrigada que cuando entré en casa parecía que venía de una sauna. Lo peor de todo es que con la acumulación de la nevada anterior, que no se había derretido, no hay dónde poner más nieve; vamos, que no llego al montón para descargar la pala!

estrella dijo...

Hoy hace frio pero no pienso salir de casa. Tampoco puedo contestar el teléfono porque sigo sin voz. Pondré música.

Juan Ramón Trotter dijo...

Y estos otros versos también de Rilke, que se cumplen en lo que escribes: "No dudes que tu infancia, esa inefable / fidelidad a lo celeste, no revocada por el destino / —incluso para el preso que se pudre en la oscura celda—, / ha velado maternalmente hasta el fin. Pues cuida, / sin atenerse al tiempo, el corazón".

estrella dijo...

Juan Ramón, por qué tendré a Rilke tan abandonado? Te ha traído hasta aquí para que le haga caso. El problema está en encontrar buenas traducciones. Puedes recomendar alguna?

Elvi dijo...

Un pañuelo suave al cuello hasta para dormir, Chiqui. Verás cómo consuela. Medio limón en agua calentita edulzado con una cucharadita de miel, a ser posible, de romero o de bosque. Y no hables ni en sueños. Ay, señor, esta chiquilla que no se cuida.

estrella dijo...

Sí, mami. Ya llevo una bufandita de cashmere y llevas razón, da gusto. Ahora estoy comiendo laminitas de algas secas. Son suavísimas, como si uno comulgara.

Probaré con el limón pero me tendré que arreglar con la miel del osito de plástico.

Neptuno dijo...

Laminitas de algas, eh? Vas bien encaminada. Algunas se curfan haciendo gárgaras con agua salada.
http://www.otramedicina.com/2010/04/13/remedios-caseros-para-la-afonia/

Juan Ramón Trotter dijo...

El fragmento citado procede de la biografía de Rilke que Antonio Pau publicó en Trotta, titulada La belleza y el espanto, y que me gustó mucho. Lo que he leído de Rilke, lo he hecho, como tantos otros (los que no leemos alemán), a partir de la traducción clásica de José María Valverde, de la que hizo Francisco Ayala de los cuadernos de Malte, de la de Antonio Pau de los poemas que aparecen en dicha biografía, y las Elegías de Duino las he leído en la traducción de Cátedra, de Eustaquio Barjau, y en la de Jenaro Talens, en Hiperión. Yo no sé decir cuál es mejor. He oído hablar bien de las traducciones de Jenaro Talens y de Antonio Pau. Pero yo no paso de ser un aficionadillo. Lo de la infancia, y lo de la forma que tienen los niños de mirar el mundo, "como una cosa extraña, desde lo hondo del mundo propio", está en ese librito que es un tesoro, las Cartas a un joven poeta, que empecé a leer de adolescente, y que, sorprendentemente, sigo releyendo con entusiasmo. Pero saber, saber, yo no sé nada. Ciao.

Elvi dijo...

Pues no quieras saber lo que ya sabes, Trotter.

estrella dijo...

Juan Ramón, de acuerdo con Elvi.
Saber no sabrás pero estás bien informado. Pero creo que me replicabas con eso a mi comentario en tu blog.

Tengo, no sé dónde y en inglés, las Cartas a un joven poeta. Será un buen inicio.

Juan Ramón Trotter dijo...

Chiqui, intentaba solo responder como podía a tu pregunta de las traducciones. Anda, que a lo del blog de la isla ya te he respondido en el blog de la isla, y además allí te he dicho que me gustaría cuidarte, en lugar de enrollarme de forma tan pedante y aburrida. Que disfrutes mucho con la lectura!

adolfo dijo...

Chiqui, Juan Ramón, Elvi, estoy disfrutando de la discusión de lo rilkeano y de las traducciones. Hace poco traduje al inglės “Nuevas cartas a un joven poeta” de Joan Margarit, y vi, con gran sorpresa, al escribir las notas, que hay unas 15 ó 16 traducciones al español (de editoriales españolas y argentinas) de las “Cartas a un joven poeta”. Me hice una lista, que no encuentro en este momento. En inglės hay varias, pero menos.

estrella dijo...

Adolfo, tengo el libro de Margarit y lo he hojeado pero me gustaría volver a Rilke - si lo encuentro - antes de leerlo.

No, si no será por falta de libros y lecturas es que últimamente me aburro con los libros. Me falta serenidad; esto de la afonía es un poco inquietante, sobre todo cuando suena el dichoso teléfono! La poesía es otra cosa.

Elvi dijo...

Deja que suene el teléfono, Chiqui, y que graben sus mensajes en él. Será divertido componer luego un poema de recortes, al modo como Javier Marías saca algo parecido en una de sus novelas, no recuerdo en cuál.

Elvi dijo...

Hombre, Adolfo, qué bien que aparece usted. ¿Mucho frío por la Villa? Bufanda, guantes y sombrero, ya sabe.

adolfo dijo...

Ni guantes ni gorro, Elvi (aunque seria prudente el gorro) y desde luego, acostumbrado como estoy al frío brutal de Chicago y el de Boston, apenas me afecta el de de Madrid. Acabo de andar desde la iglesia de las Salesas a la Calle del Pinar, sin pasar nada de frío (en Madrid en este momento hace -2 C (=28 F) y en Boston, -16 C (=3 F). Menuda diferencia!

Elvi dijo...

Es verdad, adolfo, que parece buen entrenamiento el de Boston, mecachis. En el Molino, ayer cayó hasta 7 bajo cero, momento que -sin sospecharlo- elegí para dar un ameno paseo por el bosque. Ni que decir tiene que más que ameno fue breve. Aún esoy recuperándome.

Elvira dijo...

Bonito frontispicio el de la foto madrileña dde tu enlace, adolfo. Siempre me maravilló cómo el escultor convierte en pliegues de tela el mármol en que los esculpe. Muy discreto el monumento funerario de doña árbara de Braganza, ¿no? Y esa calavera que descansa sobre el soberbio cojín impone.

pingüino despistado dijo...

Pues dicen aquí, en Japón, que el frío de Madrid, en donde tengo muchos amigos, es excepcional, Ahora nevadas como las de la foto, nunca.
A ese Troter,. por cierto, no debemos perderle como interlocutor, nos da mucha información y muy sabrosa

pingüino despistado dijo...

Pues dicen aquí, en Japón, que el frío de Madrid, en donde tengo muchos amigos, es excepcional, Ahora nevadas como las de la foto, nunca.
A ese Troter,. por cierto, no debemos perderle como interlocutor, nos da mucha información y muy sabrosa

estrella dijo...

Pinguino, me alegro de verlo de vuelta. Se ha dado cuenta de que si pincha en los comentarios de Trotter lo llevara a su blog. Ahi si que hay informacion jugosa. No , no debemos perderlo de vista