www.astartecreativa.comErnesto Fidel Pérez Carmena
En mi recorrido
por Madrid me topé en Recoletos con la Feria
Artesanal. Una novedad para mí. Varios días pasé por allí descubriendo objetos que
me tentaban. Los precios, a mi parecer, buenos... aunque el que compra con dólares
tiene que añadir un 40% más, teniendo en cuenta el cambio y las tasas del
banco. Me encapriché con un colgante de
azabache y plata. El azabache atrapado en la plata parecía la ventana de una
catedral gótica... Consulté con el artesano dos o tres veces
en distintos días. Había que tomar una decisión...me volvía a Boston
pronto.
La noche
estaba lluviosa, Recoletos desierto. Mi paraguas al revés amenazaba con
abandonarme si no me decidía. Compré el encantado colgante, aunque hasta ese momento
solo era “encantador” para mí.
Fui al
puesto de Ernesto, que ya había visitado varias veces en busca de una de sus
gargantillas para colgarlo. Ernesto examinó la pieza, con interés y admiración. Yo, atenta a su cara
quijotesca, pero con algo de Atila: quizás la coleta que empezaba en su
coronilla y dejaba despejada una frente pura y válgame la contradicción. Finalmente
me miró desde el fondo de sus ojos azabache y me dijo: “Sí, es azabache...una
pieza preciosa, parece la ventana de una catedral”.
Ahí empezó
el hechizo de la pieza. “La ventana de
una catedral”... justo lo que había estado yo pensando en esos días. Siguió examinándola
y yo escudriñando su rostro. Le dio la
vuelta y acariciaba el reverso con la yema
de su dedo cuando frunció el ceño. Le pregunté: “¿Qué pasa?” Siguió en silencio
y finalmente me ofreció el colgante para que lo acariciara como él había hecho.
Se lo devolví y le dije que no encontraba nada anormal. ¿No es azabache?. “Sí”,
contestó enfáticamente. Me lo volvió a dar. “Pasa la uña suavemente”. Fue
entonces cuando sentí un tropezón
en el centro, en un minúsculo punto. El azabache tenía una pequeña
grieta que atravesaba el diseño y que
era invisible al ojo humano, pero no al tacto de Ernesto.
Empecé
a pensar en soluciones ya que tenía claro que me quedaba con el colgante, con o
sin grieta...Le dije que le pondría una gota de
pegamento para reforzarlo... “¿Quieres que lo haga yo?”. Sí! le contesté aliviada. A la hora de elegir
el collar Ernesto recomendó un simple cordón de cuero que él mismo hizo a mi
medida con un precioso enganche de pata: cinco euros. Protesté, era un regalo. Empezó
a diluviar cuando me despedía de él. Me dijo: “Deberías de decírselo al ‘compañero’...y
mira que me siento mal porque todos nos conocemos...pero deberías de decirle que
te diera alguna garantía”. Llovía, estaba contenta con su atención, con
su delicadeza al probarme el cordón, por la conversación que mantuvimos sobre
esto y lo otro, su vida, la mía y en general ... Me fui a casa contenta.
Al día siguiente, soleado y caluroso, pensé que
Ernesto tenía razón. El artesano me había vendido el colgante sabiendo que
tenía un fallo. Volví a su puesto y me miró como extrañado. No podía ver la grieta, ni podía
tocarla con la uña, porque no tenía uñas. Le dije que me quedaba con él pero
que me firmara una tarjetita donde se responsabilizara por el defecto y las
consecuencias que pudiera traer en el futuro. Aunque bien sé que no habrá
consecuencias mientras yo viva porque apenas me cuelgo nada y si lo hago, tengo
mucho cuidado con las cosas hechas a mano... no se pueden repetir.
¡Cómo no llegar y decirle a Ernesto que había seguido su consejo! Se alegró al verme... comentaba que había pasado una mala noche con la cuestión ética: “¿tendría que haber insistido en que yo volviera y diera cuenta del defecto?” y si lo hubiera hecho “¿habría traicionando aun compañero?”. Era evidente que estaba relajado y feliz. Le compré una de sus cintas de suave piel, con la que nos divertimos experimentando las posibilidades de cómo usarla...infinitas. Me pregunto si a Ernesto le gustará lo que he hecho con ella-- colgarle esos amuletos-- y le pido mis disculpas por alterar su diseño. Creo que su arte está ahí para eso, para seguir creando. El mismo lo ha dicho al compararlo con la naturaleza. |
Conocerlo ha sido para mi una de las cosas que entrarán a formar parte de un mundo mágico que pocos entienden. Ernesto, seguro que tú lo entiendes.
Buena suerte y no cambies.
Levántate a la hora que que quieras!
Levántate a la hora que que quieras!
27 comentarios:
Una aventura, Estrella; como siempre, bien contada por una maestra del relato de la propia experiencia. ESe colgante es precioso y mejor aún ha quedado con tu incorporación. Tiene un toque interesante que roza lo sadomaso y que podría gustar a los heavies. Pero, lo mejor, es que es el resultado de una relación humana, cuidadosa y compasiva, llena de atención. Qué maestría, Chiqui. Un beso muy grande.
Elvi, una de las formas en que me probé la cinta solo me faltaba el látigo! Gracias, amiga. Mi abuela nunca se habría permitido decirme las cosas que tú me dices...por si me las creía! Así era ella y me temo que así soy yo: parca, poco generosa con los elogios.
Qué linda historia Estrella! Como te entiendo lo que decís sobre la magia... Me gustó mucho el colgante, veo que anda una estrellita por ahí!
Un abrazo
Amalia, y cómo no lo ibas a entender? Todo lo que haces es mágico, y en todas partes de mi casa hay algo que me lo recuerda. Cuando vas a mostrarnos tus últimas creaciones? Uno de estos miércoles recordaré que hay 6 horas de diferencia entre vos y yo.
Para los nuevos huéspedes de esta casa.
Amalia Carrera, una artista con “duende”
http://chiquitin52.blogspot.com/search?q=amalia+carrara
Chiqui, ¿ese fondo de la foto es pintado o yo soy un miope?. Quedaría muy bonico en tu jardín.
Murcianico? Llevas razón, parecen pintadas. Pero están hechos en metal. Ya le dije a Ernesto que si viviera en Madrid me llevaba uno, ni le pregunte el precio. demasiado grandes para traerlos, pero sí que le habría encontrado sitio al que cuelga. Aunque mi jardincico es tan pequeñico que pronto va a parecer un puestecico de venta.
Estrella me falla la fantasía o la vista, pero no puedo ver la ventana de la catedral gótica en el azabache!
Mi querida Amalia, pensaba en ti y en el partido de futbol de mañana!
Pero cómo lo vas a ver! No he puesto el colgante en el blog para no desacreditar al artesano!...Déjame unos minutos y busco en la Red. supongo que los comentarios los leen solo los amigos.
Para Amalia.
http://www.acebache.com/galeria.html
pincha en “colección” y ve a “colgantes”. Es el n.10 y debajo dice “imagen 16 de 52"
La parte del azabache está aumentada el triple de lo que es. Yo diría que el tamaño total es como el círculo del centro; así puedes hacerte mejor idea del mérito del trabajo. El mío tiene al rededor un círculo de plata de 1 cm. Lo que lo hace más llamativo pero difícil de fotografiar porque todo se refleja en él!
Ahhhh! Es hermosa la roseta de Nôtre Dame!!!
Me alegro de que la veas y que la hayas identificado con Notre Dame. Efectivamente. Tengo una foto de cuando tenía 18 años justo enfrente de esa roseta...no sé por dónde anda.
Amalia, ¿en qué ángeles y damas misteriosas andas ahora? ¿No vas a mover el cuerpo serrano fuera de Germanía?
Tiene mucho talento Amalia. Ernesto parece un tipo simpático, esas cintas son muy buenas para poner los tres pares de gafas que uso y que nunca encuentro, pero no la veo en su web.
Elvi, estoy haciendo unas damas más altas, ya colgaré fotos, por ahora esperan la magia del fuego...
Murcianica, no creas que no pensé en lo de las gafas...pero la cinta es muy suave y fina y no aguantarían el peso de las gafas; además sería un crimen porque por si sola luce con gran estilo, ya me siento yo un poquillo rara por haberle colgado tanto santo; me gustaría saber lo que piensa Ernesto, pero veo que no es mucho de Internet, lo suyo en comunicación a menos de un metro de distancia.
La Web la he puesto aun sabiendo ( me lo dijo ) que la tenia completamente abandonada. Así es , porque lo que yo vi no aparece en esa página.
Si me dices quién eres te hago algo para colgar 3 gafas ¡
Amalia, me temo que esas Damas van a salir del fuego con “fobia” a volar en avión...
Hay que ver esas altas damas en cuanto se pueda, Amalia. Hace tiempo que no me doy un garbeo por tu página, así que p'allá que me voy.
¡Cómo me gustan esos cacharritos, esas almas, esas ladies y esos hombrecillos que trepan y se ocultan, que cuentan tantas vidas... Amalia, esas manos tuyas te adornan.
El negro, un color elegante e inspirador de sombrías ficciones, puede ser muy negro.
¿Pero cómo será el negro más negro de todos?
Es tan profundamente negro que es imposible distinguir sus contornos, dobleces o irregularidades: sólo se puede ver lo que hay a su alrededor
Es lo más parecido, dicen quienes lo han visto, a asomarse a un agujero negro.
Pero aunque puedan alegrarse por la noticia en mundo de la moda, el oscuro color fue desarrollado para otros usos
Según los científicos, será útil para mejorar los sistemas de reconocimiento espacial y los instrumentos ópticos que se usan para obtener imágenes del Universo
Ya biene el negro zumbon...la la la la la ,la la.
Con lo que me gusta el negro...unos pantalones me voy a comprar!
Ya se sabe que el negro es "el NUEVO NEGRO". De todas formas, a mí el negro que más me gusta, aparte de Obama pero ese es medio blanco, es el negro BELUGA. Lo digo por lo de los pantalones.
Tu me corregirás si no es así, Estrella, pero yo a ese Ernesto como que le he visto un toque tiquismiquis. Y ¡qué me perdone!
¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Nicolás Guillén
Tiquismiquis??? No! Es un tío de lo más salao, muy tranquilo. Tu crees que haría esa joyería y piezas de hierro (de eso sabes tú mucho...) si fuera tiquismiquis? Perfeccionista quizás.
En cuanto al negro, el del caviar me gusta pero siento decir que me gusta más comerlo, aunque ahora sabiendo que está en extensión no lo voy a probar...en extinción está también mi cuenta corriente.
El mas riguroso de los pintores abstractos.Obra sorprendente de Malévich, cuando la abstracción alcanza su nivel mas elevado.
...Malévich vió en este cuadro Negro el mayor de los enigmas, semejante al cosmos, la "impenetrable imagen de Dios", imposible copiar, modificar o superar...
No se si Malévich lo hizo intencionadamente pero veo dos puntitos minúsculos en el rincón de arriba , a la derecha...Claro que podrían ser de la pantalla. No sé, estas cosas no me mueven ni me inspiran. Soy demasiado primitiva? Probablemente. Pero gracias por el comentario. Aprendo mucho de vosotros, os lo tendría que decir con más frecuencia.
A cuadro negro azabache:
Con el 'Cuadrado negro' de Malévich, 1913, frente al poema de Cendrars se cierra la exposición. Lo había visto antes en una pared del Museo Guggenheim y entonces no me pareció nada pero esta vez, no sé si por el poema ó porque era el último, me ha parecido maravillosamente lleno del color robado a la Composición VI de Wassily Kandinsky que cuelga entre ambas obras.
martes, 7 de febrero de 2012
Anisia, me quedé con ganas de ver esa exposición, pero no pudo ser...
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