El pasado estaba ahí, presente todavía…. Llameando en la plaza. En ellos rescoldos y llamas. Ellos. Ahora.
Huellas únicas sobre múltiples y únicos granos de arena, tan minúsculos, distribuidos de esa única manera, diversa, única, haciendo de esa huella, huella. Pasado.
Celeste la primavera. La ves celeste, ebria de color de cielo … el blanco viste a la que está por llegar, blanco como el de este espacio que existe así, tan blanco, antes de existir, de tomar el color de estas palabras desgranadas. Paleta de efectos. Mañana.
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Este poema lo colgó uno de ustedes el 25 de Octubre. Al final no me quedó claro quién lo escribió. Lo cierto es que me lleva rondando la memoria desde entonces. No estaba segura si había leído “afectos” o “efectos”. Hoy vuelvo a él y veo que leí los dos. Me parece un juego de palabras afortunado y, sin entender el poema completamente, la imagen de la granada me ha hecho pensar en mis afectos pasados y presentes y en los efectos que me dejan y voy dejando tras mi.
En las horas que el sueño me roba he visto desfilar a tantas personas queridas. Las he visto en forma de panal de miel, como en la apretada granada, pero también las he visto sueltas, solitarias, extendidas por ciudades, casas, calles…hablando diferentes idiomas o calladas…
Cuando has vivido en tantos puertos y siempre rodeada de personas -personas a las que tomas cariño, porque es fácil querer; y ellos te lo devuelven en creces- la vida se puede convertir en una granada destrozada, donde el color salpica y te hiere en los ojos.
Los afectos que uno deja tras sí, cuando vive una vida nómada - como la mía - no se olvidan pero tampoco se demuestran, son muchos los dejados en la duda…Años sin escribirles, llamarlos…mandarles un recuerdo. Son tantos que los sientes rodearte hasta llegar a ti y hacerte sentir pequeña, ruin…sola. Muchos creerán que los has olvidado. Ni siquiera pudiste ir al entierro de sus padres – a los que tanto querías – nunca lo entenderán. Otros te dejan mensajes, correos. El conjunto es abrumador y no sabes cómo empezar: de dónde sacar energía, tiempo, ganas, si los mismos que están cerca... ya resentidos…nunca les mandaste una invitación para cenar, o no diste las gracias por la cena que te ofrecieron hace dos semanas…no cumpliste con tu turno de ser una buena amiga, porque ni puedes ser buena contigo misma. Tanta gente a la que quieres… y has querido, pesan y tú te rindes al descuido y a vivir la rutina necesaria para existir. Los estudiantes a quienes prometiste seguir su progreso, los vecinos a quienes ofreciste tu casa, los familiares que pensabas visitar. Las tarjetas que hace años dejaste de enviar en Navidad. Toda una granada de afectos perdidos, creerán ellos. Pero cuando piensas en poner solución al problema, lo único que quieres es volver al seno maternal... volver a empezar. Quedarte con una celda del dulce panal, dejar que otros usen el resto de la granada.