miércoles, marzo 18, 2009

UNA HISTORIA QUE NO COMENZÓ.



En la primera página de “Poemas de AMOR Y NO”, de José María Parreño, se encuentra lo que yo llamaría ‘un micro cuento sin título’. Imposible no leerlo; comienza: “Íbamos bajando por una calle de Lavapiés,”… y nos relata una situación bien común: romántica, frustrante…divertida.

Con una sonrisa, y moviendo la cabeza, acabé el paseo por Lavapiés con la pareja. En cierto periodo de mi vida solía preguntarme con frecuencia ¿Qué he hecho yo para que éste piense que tengo un interés romántico en él?
Yo no aprendía y ellos se confundían…Familiar, ¿verdad?
¡Disfrútenlo!




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Ibamos bajando por una calle de Lavapiés, tan vertida hacia el horizonte que parecía conducir hasta el mar. Ella dijo: “Me gustan las cosas mientras no las tengo. Una vez que son mías, ya no me importan. Las desprecio”. Se exprimía sobre nosotros uno de los últimos soles del verano. Había en todo una extraña energía melancólica. Sin mirarla, contesté: “No conozco a nadie que no lo haga”. Estábamos en esos preliminares del amor en que, con desgarrada franqueza, se exponen los peores rasgos del carácter. Acaso por la vanidad de pensar: “Le gusto tanto que, a pesar de todo, quiere estar a mi lado”, o buscando la tranquilidad cínica de saber que algún día podría recordarse este momento diciendo: “Ya lo sabías, yo te lo advertí”. Ella continuó: “Tú me das miedo, eres tan impulsivo, pero también eres capaz de actuar con total frialdad. Y además, eres escritor y en el fondo, lo único que de verdad te importa son tus libros”. Me maravilló esa facilidad para describir impávida la amenaza que llevaba de la mano.* Yo le dije: “Ya que sabes tanto, dime cómo acabará nuestra historia”. Y deteniéndose, casi irreal ante una iglesia en ruinas, bordada de esvásticas azules, contestó: “Esta historia no tiene final, porque no ha comenzado. Sólo existe en tu imaginación, que convierte mis comentarios en oráculos, y una caricia en un pasado en común”.
Lo tuve que admitir. Lo admito ahora. Sé que cuando levante la pluma del papel, ella y yo, tal y como los he nombrado, no habrá existido nunca. O si existieron, no éramos nosotros.

José María Parreño



*”Loco, malvado, peligroso de conocer. Pero en ese bello y pálido rostro se encuentra mi destino”. Del Diario de Lady Carolina Lamb, al concer a Lord Byron.


19 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero Chiqui, qué ocurre aquí? Me ha encantado el cuento de Parreño, cuya protagonista expone de forma maravillosamente sucinta lo que es, para algunos, la condición humana: ““Me gustan las cosas mientras no las tengo. Una vez que son mías, ya no me importan. Las desprecio”. Sobre esa sensación se erige todo el teatro de Lorca (Don Perlimplín, Zapatera prodigiosa, Bodas de sangre....), como Adolfo puede testimoniar.
Pero ¿tú dónde estás, Chiqui my Chiqui? Esperaba que contaras algo de tus idas y venidas recientes
No estamos acostumbrados a las páginas en blanco; nos tienes mimaditos.

estrella dijo...

Querida Lili, de momento estoy luchando con un nuevo ordenador con un teclado endemoniado y sin ratón!
También con el jet lag, como puedes ver por la hora. Volveré cuando haya aprendido mi ABC…

Manuel Montero dijo...

Felicidades por el cuento. Solamente termina un poquito amanerado, sabihondo, pero eso le puede pasar a cualquiera. No se puede evitar que se vea de pronto el artificio, que nos habia engatusado al leer las primeras lineas. Yo habria dejado de lado toda reflexion sobre la escritura, ya que el tema que nos atrapa al principio es el amor y la posesion. En todo caso màs provechoso que el curso de andaluz, que era algo lentillo.

Manuel Montero dijo...

Disculpen el tono "pipí de gato".

Anónimo dijo...

Pues a mí me ha gustado la frase final que recuerda, tal vez sin proponérselo el autor, la frase final de “La busca de Averroes” de Borges:

“Sentí, en la última página, que mi narración era un símbolo del hombre que yo fui, mientras la escribía y que, para redactar esa narración, yo tuve que ser aquel hombre y que, para ser aquel hombre, yo tuve que redactar esa narración, y así hasta lo infinito. (En el instante en que yo dejo de creer en él, ‘Averroes’ desaparece.)”

Manuel Montero dijo...

La influencia de Borges era evidente, pero está tan extendida que es justamente eso lo que resulta previsible y neutraliza lo que el micro cuento pueda tener de singular. Es una especie de aldabonazo cultural que se carga el encanto del paseo por Lavapiés. Yo por ejemplo, que conozco mal Madrid, lo encontraba ensoñador...

Anónimo dijo...

Interesante, yo pense en Machado "todo amor es fantasia".

Anónimo dijo...

Interesante, yo pense en Machado "todo amor es fantasia".

Anónimo dijo...

Me encantó.
Me gusta cuando el autor se entromete en la historia y no se sabe quién es quién.

Anónimo dijo...

Pues a mi ese final me ha parecido el eterno recurso al disimulo. Esta podría ser la historia: El autor, ante su ordenador o su hoja de papel, se ve asaltado por el recuerdo de aquella chica con la que paseaba y a cuyas palabras les estaba dando el significado al que su gusto y, quizás, su vanidad, le llevaban. Se deja entonces arrastrar por su historia, que acaba con el corte seco que la mujer le propina al centrarlo en su realidad. Y lo escribe todo.
Lee su escrito, le encanta cómo le ha quedado -no puede ser de otra forma porque es un cuento atractivo, corto, denso y lleno de contenido y chispa-, pero se da cuenta que su imagen masculina no queda muy bien parada... Y recurre al disimulo del escritor: "Yo me los he inventado. Ellos no existen. Él no soy yo".
Pido disculpas al autor por esta broma, que solo trata de salir al paso del comentario de Manuel Montero.
El cuento me parece estupendo y el final, sea cual sea el motivo, en mi opinión lo cierra perfectamente.

estrella dijo...

Interesantes sugerencias. Como Lili, yo también creo que el parecido con Borges es coincidencia y la idea de Machado afortunada: efectivamente, cuando uno se enamora ve donde no hay por la pura necesidad de sentirse correspondido.

Lili, Lorca no habría usado la palabra ‘desprecio’… tan antipática.De hecho, desentona en el cuento. El narrador la tiene entre comillas pero da la impresión –como tú dices, prima – que su despecho le hace recordar mal y lapone en boca de ella: implicando el desprecio que el imagina ella le tiene (¿) Lorca busca y cuando encuentra se da cuenta que no era eso lo que quería , el vacio lo invade de nuevo y la busca se renueva…pero no desprecia. Adolfo, aclara esto porque esta es tu idea. Lleva razón Lili.
Creo que la historia no comenzó porque sólo fue fruto de la imaginación del narrador, como bien claro le dice ella.

Una historia que se repite diariamente para todo aquel que se enamora, no es correspondido pero le gusta engañarse a si mismo.
Querido Parreño…!Qué mujer más antipática, verdad?

sigo con problemas de conexion!!!

Anónimo dijo...

Como dice Amalia, lo de "desprecio" parece una intromision del autor, y no del narrador.

Chica, buscate un raton que andan por todas partes!

Anónimo dijo...

Estrella, confundías a los hombres porque eras tú misma. A las que van buscando es muy fácil detectarlas y son precisamente las menos peligrosas.
Yo me identifico con Parreño, pero voy aprendiendo. Muy buen cuento para enseñarlo, daría mucho que hablar con los estudiantes.
saludos.

estrella dijo...

Ya tengo ratón!! Lo que creo que no funciona es mi correo. Me puede escribir alguien y decirme (aqui en el blog) que me ha escrito?
Tadeusz, pensé en ti cuando leí el cuento. Me alegro que estés aprendiendo

Anónimo dijo...

Te escribo en este momento.

Anónimo dijo...

Chiquirriqui, ya que tienes un raton nuevo, estamos esperando una nueva entrada en que cuentes tu viaje y tus cosas...Que ya esta bien de esta entrada. Se ve que no paras en casa, eh?

estrella dijo...

Llevas razón, Faulkner (?). Y qué es eso de Chiquirriqui? Con ese seudónimo no tengo más remedio que perdonarte la confianza...

Tengo "bloguer's block". Estoy experimentando lo delicioso de observar, absorber y no decir palabra!
Como hacía cuando era pequeñita.

Salgo para Portugal...no creo que vaya a contar mucho. Llevo años queriendo hacer este viaje y lo pienso saborear minuto a minuto sin preocuparme del blog...quizás en el futuro, cuando me aleje.

Os mandarE una postal!

Anónimo dijo...

Chiqui disfruta de tu viaje y date un recreo de blog!
Te lo mereces

Elvira dijo...

¡Vaya! Toda esta semana la he pasado en plan culo inquieto y ahora me venís con recreo de blog. Joooo, qué injusticia. Chiqui estará ya en Portugal, ha pateado Madrid hasta el agotamiento y promete acercarse al monasterio de Poblet. Le vendrán bien unas prédicas a Santa María.