Anisia, el otoño de Boston le lleva al de Madrid un mes de adelanto. Ayer entramos todas las macetas al sótano -- donde hemos improvisado un “invernadero”-- porque la temperatura iba a pasar a bajo cero. No se puede estar en todas partes, en el bello otoño de Madrid y en el de aquí!
Amalia, Zéfiro contento con sus hermanos…pero, si se me pone tristón le pondré la pieza de Monteverdi para que la oiga. Cuántos necesito para una flota?
Pues antes de encontrar a los gatos del Animal-ista, me tropecé con los bizcochos de avellana y pera y lo consideré como un regalo; de la buena pinta que tienen me entraron ganas de hacerlos igual.
12 comentarios:
¡Qué bonito! Las hojas de los árboles en otoño al otro lado de la ventana
Estrella!Qué bien les sentó el viaje!Zéfiro vuelve a casa. Le puse ese nombre al barco por un hermoso madrigal de Monteverdi
Anisia, el otoño de Boston le lleva al de Madrid un mes de adelanto. Ayer entramos todas las macetas al sótano -- donde hemos improvisado un “invernadero”-- porque la temperatura iba a pasar a bajo cero. No se puede estar en todas partes, en el bello otoño de Madrid y en el de aquí!
Amalia, Zéfiro contento con sus hermanos…pero, si se me pone tristón le pondré la pieza de Monteverdi para que la oiga.
Cuántos necesito para una flota?
Interesante!
http://wtfarthistory.com/post/8130067131/virtue-over-vice
Pero no olviden pinchar en Zefiro. Divina la música.
Si, las ventanas parecian vidirieras con las hojas de los arboles detrás.
Bonito sofá, Chiqui; muy acogedor.
Elvi,cuando entra el sol, es estupendo para una siestecita.
Felicidades a tres amigos: Rosa Torres-Pardo, Luis Eduardo Aute y al fotógrafo, Chema Conesa, antiguo amigo de la familia...
En versión gatuna, todos existen con una carga de cariño tremenda, para quien lo sepa apreciar y recibir, claro,
http://delicioustories.com/2013/11/12/soupe-au-pistou-de-comportamientos-gatunos/
Muy bonitas también tus fotos de animales, Animal-ista. Las recetas tienen una pinta estupenda.
Pues antes de encontrar a los gatos del Animal-ista, me tropecé con los bizcochos de avellana y pera y lo consideré como un regalo; de la buena pinta que tienen me entraron ganas de hacerlos igual.
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