Haber educado a los hijos sin que prestaran atención
al calendario santoral, y menos al comercial, tiene ahora sus desventajas.
Llegada a cierta edad, el día de las madres que parecía algo tan superfluo
empieza a hacer cosquillas en la maldita
psique que lo registra todo. El padre manda a los hijos un correo recordándoles
que no se olviden felicitar ‘a mamá’. En fin, que en esta
familia de descreídos no seguimos las fechas fijadas por otros y--en resumidas
cuentas--hasta se nos olvidan las que creamos nosotros mismos: cumpleaños,
aniversarios . . .
Pero ayer, un día hermosísimo para trabajar en el jardín--que
lleva un retraso de semanas por el duro trato que ha recibido del invierno—conocí
a Sandra. Al otro lado de mis pinos los vecinos han creado un pequeño oasis de
plantas que no requieren sol. Primavera tras primavera he observado cómo
trabajaba en silencio una mujer de origen oriental. No parecía querer conversación,
ignoraba a los perrillos. Nunca me presenté. En este país no se sabe nunca si
el vecino quiere ser vecino (ella pensaría lo mismo de nosotros). Ayer fue
diferente: desde muy temprano se oía una
especie de gorgojeo en el patio vecino. No entendía lo que decían pero eran
voces alegres, casi melodiosas. Tarde ya salí y una joven me saludó, desde la
verja que nos separa y entre la espesura de los pinos, con un “hello!” tan
amistoso que me hizo bajar del porche para hablar con ella. Sandra había venido
a vestir de gala el jardín de su madre y con un guiño me indicó--cuando la
madre se alejó--“el día de las madres”.
Alegre, comunicativa, nos informó sobre el edificio, su madre, los otros
vecinos. Cuando oyó que tenía dos hijos, sin pensarlo se inclinó y cortó--de la
que le había dicho era mi planta favorita--la rama más bella; luego siguió con
los tulipanes y me los presentó con una hermosa sonrisa de “happy mothers day”.
Sorprendida y agradeciendo tan feliz
encuentro le di las gracias. Luego me quedé pensando que el día de las madres
quizás tenga sentido para la relación
hija-madre, los hijos, los maridos, compañeros, nunca sabrán de qué va
la cosa. Lo entenderán, pero la experiencia seguirá siendo un secreto para el género
masculino.
Feliz día de las madres, y que sea los 365 días del
año.
El que me felicita a diario es este copo de nieve
que se me derrite poco a poco. Ahora hay que ponerle alfombra en el porche para que descanse sus cansadas patas traseras.
14 comentarios:
No olviden pinchar en las fotos, son espectaculares.
Es cierto, prima. Las fotos son espectaculares.
Y las felicitaciones a demanda del interesado son estupendas para mentes despistadas, ja, ja. Y tan válidas como las espontáneas...
¡Más nos vale con la cabeza que tenemos!
¡Ah! Y muchas felicidades. Eres una madre genial.
Gracias, hermosa. Quizás lo haya sido ya que mis hijos no me necesitan... Son muy independientes. Cuando me mueran no me echaran de menos, esa es la cuestión.
Mamitaaaaa, siempre te echaremos de menos, siempre te querremos, ¡qué cosas dices Estrellita!
Oye, ¿cómo se llama esa plante de flores tan espectaculares? Me gustaría encontrarla para plantarla en mi jardín. Eso, si no se trata de una planta invasora, que no lo parece. La flora y fauna americanas son tan vigorosas que acaban con las autóctonas en Europa.
Elvi, si no me importa que no me recuerden, ni me voy a enterar! Las flores se llaman en inglés “bleading heart” ...Le habrían encantado a Bécquer. Juan Ramón, Salinas y Neruda, habrían sangrado por la nariz debido a la temperatura tropical (un disparate mío a ver si alguien los defiende) Dime si encuentras las semillas de esta planta porque si no te las llevo en un par de semanas. Feliz día de las madres, por esa hija tan dulce que tienes.
estrella
Wow, Chiqui looks like a sultan on his magic carpet.
Ruggi. No te lo vas a creer, pero justo eso pensé yo cuando vi la foto.
Somos compatibles!!!
¿En un par de semanas? Eso es retórica o va en serio. Quince días hacen la Feria del Libro. ¿Vienes? ¿Vienes? Qué guay. Yo intentaré dejarme caer por Madrí para entonces, primeros de junio. Tráeme esas semillas, por favor.
Esta vez sí que tenemos que vernos con más calma, aunque planeo una escapada a Toletum, claro. Tengo que ver a mis hermanitas.
Hola Estrella, hace un montón que no escribo, pero sigo leyéndote aquí, un poco rápido a veces.
Aprovecho para felicitarte como madre, y a las demás que por aquí pasen. Que tus hijos no te necesiten me parece un éxito educativo. En eso en parte consiste educar, creo yo, en dejar de ser necesarios.
En cuanto a lo que dices de la relación madre-hija, y el sentido del día de la madre, no sé muy bien qué pensar. En cualquier caso, tus vecinas lo celebraban con ganas, está claro, y eso es lo que importa. Un abrazo
Elvi, buscaré esas semillas...No sé por qué pero siempre pienso que la feria del libro es a finales de mayo, pero no hacen falta ferias para verse, no? De hecho los encuentros son siempre memorables, por cortos que sean.
Hola Ada. Te echaba de menos. A ver si hablamos de lo de hijas y madres. Nunca nos pondríamos de acuerdo porque yo tengo esa relación un poco idealizada. Mi madre murió cundo yo era niña. Para ti las felicidades que todavía bregas con ellos, son jóvenes, verdad?
Anda, di “hola” de vez en cuando para saber que no nos has abandonado.
Ultimo finde de mayo y primero de junio, creo yo. La Feria, digo. Yo espero poder madrileñear hacia el cinco de junio o por ahí.
Pues quedamos para el 5 !
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