Dedico esta página a mi querida amiga Amalia Carrara...Si la de los barcos, las damas y los ángeles.
Este fin de semana pasado encontré esta torrecilla , que se supone es un “bird house”, pero que me pareció mas apropiada para una de las caritas de Amalia, adornada por mis humildes joyas.
Casi por casualidad – esas casualidades que nos depara Google—he dado con un romance que tiene la misma gracia y sencillez que esta mozuela que espera en su castillo de madera...
Amalia, te deseo un productivo y feliz verano.
1
De codos en el balcón,
calle antigua de la
iglesia,
con un libro que no
lee
está la mujer que
espera.
Ha llovido, y el
chubasco,
sembrador de manos
llenas,
para gloria de
chiquillos
tapó de arroz las
veredas.
Niñas de la vecindad
están barriendo las
piedras;
todas la mujeres
barren,
menos la mujer que
espera.
Flor de lluvia, en el
balcón
qué hermosa se siente
ella;
qué hermosa para aquel
hombre
todo mojado que llega.
El agua, echada a su
paso,
le detendrá en la
vereda,
y quizá le diga él,
lleno de buenas
maneras:
_¿Por qué tienes a la
lluvia
así caída en tu acera?
¿No ves que los pies
del hombre
poco a poco se la
llevan?
Mujer, levanta los
ojos.
¡Qué lindos ojos,
estrella!
Pero el hombre no la
habló.
Pero la mujer espera.
2
Personaje retrasado,
la luna entra en
escena.
¿De donde viene la
luna
que viene comida a
medias?
La luna fue
sorprendida
por los perros en la
hierba
y para subir se ayuda
de la ramas de la
tierra.
Flor de noche, en el
balcón
está la mujer que
espera.
Lo que le falta a la
luna
lo tiene de sobra
ella:
Claro de luna su
frente;
anuncio lunar sus
piernas;
el lado desconocido
de la luna en su
cadera,
y dos lunas en su
pecho
que ya no puede
esconderlas.
Lo que le falta a la
luna
lo tiene de sobra
ella,
y lo tiene para el
hombre
que pase por la
vereda.
¿Será aquél que en el
café
en mesa de paño juega
con tres esferas que
son
tres lunas sobre la
hierba,
o aquél otro que en la
esquina
fino bastón revolea
para lucirle la luna
que en la empuñadura
lleva?
¡Ay, qué hermosa está
y qué sola,
qué sola la luna
llena!
3
Tocada la medianoche
en el reloj de la
iglesia,
una mujer con la luna
se va a la cama con
pena.
El aire la está
mirando
por el ojo de la
puerta:
ya se quita los
anillos,
ya se saca la pollera:
ya a sus pies deja
caer
un montoncito de seda;
ya el antifaz de sus
pechos
en el picaporte
cuelga;
ya quiere leer un
libro,
ya apaga la luz, ya
piensa.
¡Ay, ya se pone a
llorar
con la melena
revuelta!
Afuera la luna baja,
3 comentarios:
Que guapa se ha puesto la dama. Hasta con peinete
Qué bonito altar, Estrella. Todos los elementos parecen tan pertinentes y etéreos... El poema no lo es menos. El otro día me acordé de ti (lo hago a menudo) a propósito de la película El sur, de Víctor Erice, sobre la novela de Adelaida García Morales. La prota se llama Estrella. Me conmueve especialmente, el baile que se marca con su padre, el día de su primera comunión, al son del pasodoble -bellísimo- "En el mundo", que te brindo ahora en este enlace: https://youtu.be/216iSDKurJY
Estrella, en qué buen momento leo tu blog! Me da ánimos para seguir adelante con las fantasías que salen de mis manos!
Me pongo en marcha después de un mes de curaciones.
Un abrazo,
Amalia
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